lunes, 22 de junio de 2020

163. LA FE DE JONATÁN Y EL JURAMENTO TEMERARIO DE SAÚL.


 “La honradez, integridad y fe de Jonatán eran cualidades sumamente necesarias en esa hora de la historia de Israel”. “Jonatán fue tan cuidadoso en prestar atención a la orden de Dios como descuidado su padre”.

JONATÁN DESTRUYE MILAGROSAMENTE UNA GUARNICIÓN DE LOS FILISTEOS, SIN QUE LO SEPA SU PADRE, EL SACERDOTE NI EL PUEBLO.
1 ACONTECIÓ un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre… 6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos… 8 Dijo entonces Jonatán: 
Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos.
9 Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, 
entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos.
10 Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, 
porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal…
1Samuel 14.

**1. EL SIGILO de Jonatán es una clara evidencia de su fe en Dios a pesar del rechazo de Saúl en Gilgal.  Lo que comúnmente se consideraría como una temeridad se convierte en una poderosa prueba de la acción de la divina providencia.  El Señor usó cada prueba material posible para convencer a un pueblo que ignoraba el amor que le tenía, y que todas las cosas son posibles para quienes anhelan ser liberados del yugo del pecado.

6. QUIZÁ HAGA ALGO JEHOVÁ POR NOSOTROS.
Jonatán no dependía tanto de su propia armadura como del poder ilimitado de Dios.  Tan sólo usó lo que tenía a mano, y Dios bendijo su humilde dependencia del cielo.  Aun cuando el rey se hubiera apartado del sendero de la obediencia, Dios se proponía demostrar a todo Israel que LA SALVACIÓN es un asunto de ELECCIÓN Y ACCIÓN INDIVIDUALES y no tanto un movimiento colectivo.  Muy trágica habría sido la situación si Dios hubiese rechazado a todo Israel cuando el rey eligió no obedecer.

10. Si nos dijeren.
Gedeón había pedido una señal casi imposible, humanamente hablando, cuando rogó que cayera rocío sobre el terreno pero no sobre el vellón (Juec. 6: 39).  Así también Jonatán convirtió la invitación del enemigo a "subir" en la señal de que Dios combatiría por Israel.  Escalar los muros perpendiculares del peñasco del lado norte era 516 una proeza aparentemente imposible, de un modo especial llevando armaduras.  Se honra a Dios cuando sus hijos esperan mucho de él e intentan grandes cosas para él.

13. Subió Jonatán.
Josefo piensa que fue al amanecer cuando Jonatán y su escudero se aproximaron al reducto filisteo y que llegaron a él cuando todavía dormían la mayoría de sus hombres (Antigüedades vi. 6. 2).  El relato del cap. 14 confirma la idea de que era temprano por la mañana (ver vers. 15, 16, 20, 23, 24-28, 30, 31, 45).  No se dice si los dos israelitas esperaron hasta la noche para escalar el peñasco o si tan sólo necesitaron unos pocos minutos para hacerlo.  Es evidente que tomaron la fortaleza por sorpresa pues reinó la más completa confusión en la guarnición filistea. 2 CBA

UN TERROR ENVIADO POR DIOS HACE 
QUE LOS FILISTEOS SE MATEN UNOS A OTROS.
15 Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación…
18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios.  Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera.  Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.…
23 Así salvó Jehová a Israel aquel día.  Y llegó la batalla hasta Bet-avén. 1Samuel 14.

*15. HUBO, pues, gran consternación.
Literalmente, "hubo un terror de Dios ['elohim]" (BJ).  La palabra 'elohim aquí se refiere a la intensidad del terremoto, y refleja el terror y la confusión que prevalecieron.  La palabra 'elohim se usa así ocasionalmente como un superlativo (ver com.  Gén. 23: 6; 30: 8).  Sin duda el movimiento sísmico fue un acto de intervención divina (ver PP 675).  Dios se interpuso con frecuencia usando las fuerzas de la naturaleza, como en el mar Rojo (Exo. 14: 21-28), en el valle de Ajalón (Jos. 10: 11-14), en Eben-ezer, cuando los filisteos fueron vencidos (1 Sam. 7: 10), y en otras ocasiones.

19. Detén tu mano.
La impetuosidad de Saúl crecía rápidamente.  La manifiesta confusión del campamento enemigo lo alborotó de tal manera que ni aun pudo esperar el consejo del Señor.  Durante días, él y sus compañeros habían estado detenidos y habían oído informes de incursiones del enemigo en los pueblos vecinos, y aunque no sabía la razón de la fuga de las fuerzas que cruzaron el wadi, súbitamente dio la orden de atacar.  SI SE HUBIERA DADO TIEMPO PARA BUSCAR LA DIRECCIÓN DIVINA, probablemente habría evitado muchas de las dificultades que tuvo que afrontar el ejército de Israel durante las horas siguientes, y su victoria sobre el enemigo habría sido mucho más completa.  ESTE FUE UN CASO EN EL QUE EL APRESURAMIENTO OCASIONÓ PERJUICIOS.  El tiempo que dedicaba Jesús a la meditación y a la oración le permitió tener el juicio sereno necesario para soportar con paciencia la prueba severa que le esperaba; la noche de la lucha de Jacob con el ángel, cerca del Jaboc, le dio fuerza no sólo para enfrentarse con Esaú sino para afrontar los años de las serias dificultades que siguieron.

23. Salvó Jehová a Israel,
Aquí hay un notable ejemplo del poder divino que coopera con el esfuerzo humano. Jonatán anhelaba que Israel quedara libre de las incursiones de los filisteos.  Los acontecimientos del día no permitían dudar que su aspiración emanaba del Espíritu Santo. Jonatán vio el impulsivo acceso de depresión que afligía a su padre, pero esto sólo lo inspiró a tener mayor confianza en el Gobernante divino que había puesto a Saúl en el primer lugar.  Con cada paso que daba hacia adelante, Jonatán sentía una oleada de poder -emanado de la fe- que lo fortalecía para dar el siguiente.  Aquel día estaba comprobando que Jehová es un Dios fiel a su pacto, capaz de hacer que redunde en su alabanza la ira del hombre.
¡Cuánto contienen estas palabras: "Salvó Jehová a Israel"!  La fuerza agresiva y el valor del joven guerrero, la compañía y leal apoyo de su escudero, el confiado descuido de los centinelas que estaban en el risco, la sincronización exacta para el asalto, el pánico provocado por el ataque sorpresivo, el terremoto, la derrota de una hueste confusa, la liberación de los esclavos que, debido al estímulo de la hazaña de Jonatán, se sintieron libres para volverse contra sus opresores, y el regreso de un rey y su ejército, antes indeciblemente humillado por sus enemigos.  Ahora todos parecían ansiosos de demostrar su anhelo de completar la derrota del enemigo.

Bet-avén.
El nombre de Bet-avén quizá signifique "la casa de ídolos" o "la casa de la vacuidad".  Se piensa que se refiere a una localidad del distrito septentrional de Micmas y al este de Bet-el.  La ruta principal de los filisteos estaba al oeste, hacia su tierra natal, pero su confusión evidentemente fue tan grande que huyeron en todas direcciones. 2 CBA

UN JURAMENTO APRESURADO DE SAÚL ENTORPECE LA VICTORIA.
24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito.  Y todo el pueblo no había probado pan… 27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos. 28 Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo desfallecía. 29 Respondió Jonatán: Mi padre ha turbado el país.  Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel.
30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botín tomado de sus enemigos? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago entre los filisteos? 31 E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; pero el pueblo estaba muy cansado. 32 Y se lanzó el pueblo sobre el botín, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con sangre. 1Samuel 14.

* 24. Saúl había juramentado al pueblo.
Evidentemente Saúl estaba tratando de "quedar bien", porque ya no pensaba en que la victoria fuera del Señor (ver cap. 11: 13), sino sólo en que él pudiera vengarse de sus enemigos.  Este es el segundo caso, en el mismo día, cuando no buscó el consejo del Señor e impuso su propia voluntad al pueblo, como lo había hecho antes con el sacerdote (cap. 14: 19).  Quizá todavía estaba íntimamente dolido por el reproche de Samuel en Gilgal.  La presencia del sacerdote Ahías (vers. 3) como consejero implica que el profeta había vuelto a Ramá en vez de permanecer con Saúl en Gabaa (cap. 13: 15).
Jonatán fue tan cuidadoso en prestar atención a la orden de Dios como descuidado su padre.  La actitud de Jonatán probablemente obedecía, en buena medida, a la influencia de Samuel.  Posiblemente un mensaje animador anterior de Samuel inspiraba a Jonatán para que ahora se atreviera a realizar esta audaz hazaña.  Así como Saúl había sido advertido de lo que sucedería en Gilgal meses antes de que eso aconteciera (caps. 10: 8; 13: 8), un mensaje similar de Samuel puede haber preparado al hijo de Saúl para que realizara su parte en los sucesos de este día memorable.  Sin que importe lo que eso hubiera sido, Jonatán era humilde como su padre lo fue al principio, por lo que esperó la dirección divina, la siguió y estuvo dispuesto a atribuir a Dios los resultados (cap. 14: 10, 12).  La orden arbitraria y apresurada de Saúl para que hubiera un día de ayuno contrasta muchísimo con la fiel docilidad del pueblo ante las instrucciones recibidas, que no tomaban en cuenta los deseos y las necesidades personales.
Parecía que Saúl había perdido para siempre la humildad, y en su lugar aparecieron un falso celo, un orgullo secreto y un abuso de autoridad que habían de madurar a través de los años hasta llevarlo al suicidio.  Como Judas, Saúl anduvo bien por un tiempo.  Si hubiera muerto antes de convocar a Israel en Gilgal, habría sido considerado como digno del lugar más encumbrado en la lista de honor real.  Ahora había traicionado su sagrado cometido.  Sin embargo, se le permitió que continuara viviendo para que pudiera ver el fruto del egoísmo y la perversidad.

29. Mi padre ha turbado.
Al conocer la precipitada orden de su padre, inmediatamente Jonatán reconoció la desventaja que eso imponía sobre el ejército, y no vaciló en hacer saber al pueblo que no estaba de acuerdo con tales restricciones.  Esto es interesantísimo en vista de las repetidas afirmaciones acerca del indudable afecto que le tenían los soldados.  Puesto que Saúl había hecho jurar a los israelitas (vers. 28), ellos se sentían personalmente atados por el juramento, en tanto que Jonatán -no habiendo jurado nada- 
no sentía ninguna obligación.
El país. Es decir el pueblo (ver vers. 25).

31. Desde Micmas hasta Ajalón.
Una distancia de 21 km sobre la meseta montañosa de la Palestina central que descendía hasta la ondulada región de la Sefela, a 305 m por debajo de Micmas, pasando por cañones como el Wadi Selman.  La principal carretera moderna de Jerusalén a Lida pasa por el Wadi Selman después de bifurcarse del camino que va al norte hacia Siquem, a 8 km al norte de Jerusalén.  Una marcha común sobre un terreno tal, como el que hay entre Micmas y Ajalón, se consideraba como una jornada completa.  El contexto implica que el ataque de Jonatán se efectuó muy temprano por la mañana (ver com. vers. 13).  Si fue así, Israel persiguió al enemigo durante todo un día, deteniéndose apenas para recoger los despojos que deben haber sido grandes en este caso.  Los filisteos habían reunido una gran cantidad de carros y caballos en Micmas.  A eso se añadían lanzas, escudos, alimentos y otros diversos suministros que debe llevar un ejército.  La proeza militar de los hombres de Saúl 518 habría sido una gran empresa para un ejército bien alimentado, y fue mucho mayor para una muchedumbre mal alimentada de campesinos indisciplinados como los que él dirigía.  Esto debería haber sido una lección para Saúl, que todavía estaba dolido por el reproche y que sólo estaba celoso de su propia reputación.  Pero una vez que afirmó los pies en las arenas movedizas del orgullo, cada intento débil e indeciso para zafarse tan sólo hacía que se hundiera más.

32. Se lanzó al pueblo sobre el botín. Era de noche, y los israelitas quedaron liberados de su voto (ver vers. 24).  En su hambre mataron tanto vacas como becerros, y en su apresuramiento descuidaron la debida eliminación de la sangre (Lev. 17: 10-14). 2 CBA

JONATÁN ES SALVADO POR EL PUEBLO.
36 Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la mañana, y no dejaremos de ellos ninguno.  Y ellos dijeron: Haz lo que bien te pareciera.  Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios. 37 Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel?  Mas Jehová no le dio respuesta aquel día. 38 Entonces dijo Saúl: Venid acá todos los principales del pueblo, y sabed y ved en qué ha consistido este pecado hoy; 39 porque vive Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro morirá.  Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese. 40 Dijo luego a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado.  Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciera. 41 Entonces dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta.  Y la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre. 42 Y Saúl dijo: Echad suertes entre mí y Jonatán mi hijo.  Y la suerte cayó sobre Jonatán.  43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho.  Y Jonatán se lo declaró y dijo: Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traía en mi mano; ¿y he de morir? 44 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán. 45 ENTONCES el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha hecho esta grande salvación en Israel?  No será así.  Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios.  Así el pueblo libró de morir a Jonatán. 1Samuel 14.

*36. Acerquémonos aquí a Dios.
Comprendiendo que se le escapaba una gran oportunidad, Saúl propuso que, habiendo comido, continuaran durante la noche.  Tales maniobras no eran insólitas.  Saúl había efectuado una marcha nocturna desde Bezec hasta Jabes de Galaad para liberar esa ciudad del poder de Nahas amonita (cap. 11: 11).  Gedeón siguió en gran medida la misma táctica en su campaña contra los madianitas (Juec. 7: 19-23).  El pueblo fácilmente estuvo de acuerdo con la propuesta de Saúl, pero el sacerdote Ahías sugirió que consultaran al Señor.  Evidentemente creía que el rey se había equivocado al no buscar el consejo divino más temprano ese día (1 Sam. 14: 18, 19).

39. Aunque fuere en Jonatán.
¿Por qué no dijo Saúl: "aunque fuere en el rey"? ¿Le había dicho alguien a Saúl que Jonatán había probado alimento?  EL SILENCIO DEL SEÑOR SIGNIFICABA LA DESAPROBACIÓN DIVINA, y Saúl llegó a la conclusión de que había pecado en el campamento.  El pueblo había demostrado su lealtad vez tras vez durante el día, y sin duda su propia conciencia lo acusaba a Saúl.  Pero quizá para encubrir su sentimiento de culpabilidad, virtualmente acusó a su hijo, el cual, bajo la dirección de Dios, había logrado una gran victoria.  Así como en Gilgal había insinuado con insistencia que la falta no era suya sino de Dios, también ahora insinuaba que él, como rey, estaba libre de culpa.  Probablemente comprendía que el pueblo no era culpable.  Por lo tanto, el único que podía estar en pecado era su hijo.  Así también los dirigentes de los días de Cristo pensaban de ellos mismos que estaban por encima de todo reproche, y votaron para que el gran Héroe de nuestra salvación llevara la maldición por toda la nación.  Profundamente asombrados por la precipitada violencia de Saúl, los hombres de Israel no le contestaron una palabra.  Estando Dios callado y también el pueblo, ¿qué podía hacer Saúl sino echar suertes?

42. Cayó sobre Jonatán.
Una mente inquisitiva bien podría preguntar: PUESTO QUE JONATÁN ERA INOCENTE Y SAÚL MUCHAS VECES HABÍA DADO PRUEBAS CLARAS DE SU CULPABILIDAD, ¿por qué permitió Dios que la suerte cayera sobre el primero y no sobre el segundo? Ciertamente, Dios no había aprobado los juramentos de Saúl (vers. 24, 39), y con absoluta seguridad no estaba de acuerdo con la ejecución de Jonatán después de haberlo dirigido tan milagrosamente durante el día.

Pero así como en los días de Cristo -permitiendo que fuera condenado el Inocente Dios puso de manifiesto el mal proceder de los dirigentes de Israel- también al permitir que la suerte cayera sobre el inocente Jonatán, en forma inequívoca DIOS PUSO DE MANIFIESTO EL MAL PROCEDER DE SAÚL, que había comenzado su reinado 519 con toda humildad pero que al buscar la justificación propia ya había perdido toda esperanza.  A menos que algo extraordinario lo pudiera sacudir haciéndolo SALIR DE SU ENGAÑO de que un rey no podía equivocarse, Saúl pronto arruinaría su utilidad como dirigente.

43. ¿Y he de morir?
"Estoy dispuesto a morir" (BJ). Jonatán podía justificar plenamente sus actos.  Sin embargo, dijo la verdad y se sometió a las órdenes del rey. ¿En qué mejor forma podría haber condenado a su padre por desobedecer las órdenes del Rey de reyes?  Delante de Samuel, Saúl había justificado su proceder de franca rebeldía, pero Jonatán había justificado su conducta de ese día sometiéndose al juicio precipitado de su padre.

44. Sin duda morirás.
¡Con qué aparente facilidad Saúl pronunció el veredicto!  Mientras que Jonatán reconoció su transgresión ceremonial -algo para lo cual hubiera sido suficiente una ofrenda expiatorio-, SAÚL HABÍA COMETIDO UNA FALTA MORAL que ahora quedaba públicamente demostrada por la dureza de la sentencia contra su hijo.  LA CONCIENCIA de Saúl lo condenaba por haber obligado al pueblo a que se abstuviera de alimento, pero esperaba ocultar su temor por la forma en que pronunció su juramento.  
POR EL CONTRARIO, tan sólo logró condenarse a sí mismo.

45. El pueblo libró de morir a Jonatán.
El pueblo había obedecido con fidelidad a Saúl todo el día.  A pesar de haberle oído dar las órdenes más irrazonables, había obedecido.  Lo habían visto mantenerse firme frente a minúsculas restricciones ceremoniales, pero consintieron.  Lo habían visto resentirse por el silencio del Urim* y del Tumim, Y SIN EMBARGO DEJARON QUE ECHARA SUERTES.  El pueblo había visto cómo la suerte cayó sobre Jonatán aunque sabía que era inocente.

Entonces los israelitas recordaron las hazañas del héroe del día y cómo Dios les había dado la victoria mediante el valor y la fe de Jonatán.  EL MISMO DIOS que había movido a Jonatán para que realizara su famosa hazaña, AHORA INSPIRÓ al ejército para que clamara como un solo hombre: "No ha de caer un cabello de su cabeza en tierra".
Jonatán aún debía cumplir un papel dificilísimo, y nadie podía tocarlo hasta que terminara su obra.  Sin tomar en cuenta la forma en que era tratado, fue fiel a su padre.  A veces esa lealtad lo indujo a apaciguar la impulsividad de su progenitor y también a luchar a su lado, lo que hizo hasta el mismo fin.  
LA HONRADEZ, integridad y fe de Jonatán eran cualidades sumamente necesarias en esa hora de la historia de Israel.  Ni siquiera Saúl podía quebrantar los límites fijados por el Espíritu Santo. 2 CBA

PODERÍO MILITAR DE SAÚL Y LA FAMILIA DEL REY.
47 Después de haber tomado posesión del reinado de Israel, Saúl hizo guerra a todos sus enemigos en derredor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía, era vencedor.
48 Y reunió un ejército y derrotó a Amalec, 
y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban.
49 Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa.  Y los nombres de sus dos hijas eran, el de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.
50 Y el nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas.  Y el nombre del general de su ejército era Abner, hijo de Ner tío de Saúl.
51 Porque Cis padre de Saúl, y Ner padre de Abner, fueron hijos de Abiel.
52 Y hubo guerra encarnizada contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a todo el que Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba consigo. 1 Samuel 14.

*En los últimos versículos de este capítulo el énfasis se coloca sobre los progresos materiales del reino, antes que sobre los espirituales.  SAÚL PARECÍA REGOCIJARSE con su genio militar.  EN VEZ DE PROTEGER los derechos de su pueblo, tomó la ofensiva contra las naciones vecinas para acrecentar su propia reputación como rey.  Imitó a otras naciones cuando podría haber ofrecido al mundo un método de administración nuevo y más perfecto. 2 CBA

SAÚL MANDA TRAER EL ARCA
SAÚL HABÍA PERDIDO EL FAVOR DE DIOS, y sin embargo no quería humillar su corazón con arrepentimiento.  Lo que le faltaba en piedad verdadera, quería suplirlo con su celo en las formas religiosas.  Saúl no desconocía la derrota sufrida por Israel cuando el arca de Dios fue llevada al campamento por Ophni y Phinees; y a pesar de esto resolvió mandar que trajeran el arca sagrada y al sacerdote que la atendía.  Si por estos 674 medios lograba inspirar confianza al pueblo, esperaba que podría reorganizar su ejército disperso, y presentar batalla a los filisteos.  YA NO NECESITARÍA la presencia y el apoyo de Samuel, y así se libraría de la crítica y los reproches del profeta.
EL ESPÍRITU SANTO había sido otorgado a Saúl para iluminar su entendimiento y ablandar su corazón.  Había recibido instrucciones fieles y reproches sinceros del profeta de Dios.  Y, SIN EMBARGO, ¡cuánta perversidad manifestaba! La historia del primer rey de Israel representa un triste ejemplo del poder de LOS MALOS HÁBITOS ADQUIRIDOS durante la primera parte de la vida.

EN SU JUVENTUD Saúl no había amado ni temido a Dios; y su espíritu impetuoso, que no había aprendido a someterse en temprana edad, estaba siempre dispuesto a rebelarse contra la autoridad divina.  Los que en su juventud manifiestan una sagrada consideración por la voluntad de Dios y cumplen fielmente los deberes de su cargo, quedarán preparados para los servicios más elevados de la otra vida.

Pero los hombres no pueden pervertir durante años las facultades que Dios les ha dado y luego, cuando decidan cambiar de conducta, encontrar estas facultades frescas y libres para seguir un camino opuesto.

Los esfuerzos de Saúl para despertar al pueblo resultaron fútiles.  Encontrando que sus fuerzas habían sido reducidas a seiscientos hombres, se fue de Gilgal, y se retiró a la fortaleza de Gabaa, recién librada de filisteos.  Estaba este baluarte en el borde meridional de un valle profundo y escarpado o desfiladero, a pocas millas al norte de Jerusalén.  Al norte del mismo valle, en Michmas, acampaba el ejército filisteo, y salían destacamentos en diferentes direcciones para saquear el país.

DIOS HABÍA PERMITIDO que las cosas culminaran en esa crisis, para poder reprender la perversidad de Saúl y enseñar al pueblo una lección de humildad y de fe.
A CAUSA DEL PECADO DE PRESUNCIÓN cometido por Saúl al presentar su sacrificio, el Señor no quiso darle el honor de vencer a los filisteos.

Jonatán, el hijo del rey, hombre que temía al Señor, fue escogido como el instrumento que había de liberar a Israel.  Movido por un 675 impulso divino, propuso a su escudero que hicieran un ataque secreto contra el campamento del enemigo.  "Quizá -dijo él- hará Jehová por nosotros; que no es difícil a Jehová salvar con multitud o con poco número."
El escudero, que también era hombre de fe y oración, le alentó en su plan, y juntos se retiraron secretamente del campamento, no fuese que sus propósitos encontraran oposición.  Después de orar con fervor al Guía de sus padres, convinieron en una señal por medio de la cual determinarían su modo de proceder.  Luego, bajando a la garganta que separaba los dos ejércitos, avanzaron en silencio, a la sombra de la roca a pique, y parcialmente ocultados por los montículos del valle.  Al aproximarse al fuerte filisteo, fueron vistos por sus enemigos, QUIENES EXCLAMARON EN TONO INSULTANTE: "He aquí los Hebreos, que salen de las cavernas en que se habían escondido," y los desafiaron diciéndoles: "Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa," con lo cual querían decir que castigarían a los dos israelitas por su atrevimiento.  Este reto era la señal que Jonatán y su compañero habían convenido en aceptar como testimonio de que el Señor daría éxito a su empresa.  Desapareciendo entonces de la vista de los filisteos, y escogiendo un sendero secreto y difícil, los guerreros se dirigieron a la cumbre de una peña que había sido considerada inaccesible, y que no estaba muy resguardada.  Penetraron así en el campamento del enemigo, y mataron a los centinelas, que, abrumados por la sorpresa y el temor, no ofrecieron resistencia alguna.

LOS ÁNGELES del cielo escudaron a Jonatán y a su acompañante; pelearon a su lado, y los filisteos sucumbieron delante de ellos.  La tierra tembló como si se aproximara una gran multitud de soldados a caballo y carros de guerra.  Jonatán reconoció las muestras de ayuda divina, y hasta los filisteos comprendieron que Dios obraba por el libramiento de Israel. UN GRAN TEMOR SE APODERÓ DE LA HUESTE ENEMIGA, tanto en el campo de batalla como en la guarnición.  En la confusión que siguió, tomando equivocadamente a sus propios soldados como 676 enemigos, 
los filisteos comenzaron a matarse mutuamente.
PRONTO SE OYÓ en el campamento de Israel el ruido de la batalla.  Los centinelas del rey le informaron que había una gran confusión entre los filisteos, y que su número estaba disminuyendo.  Sin embargo, no había noticia de que alguna parte del ejército hebreo hubiera salido del campamento.  Al inquirir sobre el asunto, se comprobó que nadie se había ausentado del campamento excepto Jonatán y su escudero.  Pero viendo que los filisteos iban perdiendo, Saúl llevó su ejército a participar en el asalto.  Los desertores hebreos que se habían pasado al enemigo se volvieron ahora contra él; gran número salió también de sus escondites, y mientras los filisteos huían el ejército de Saúl les infligió terribles estragos.

RESUELTO A APROVECHAR HASTA LO SUMO SU VENTAJA, el rey prohibió precipitadamente a sus soldados que comieran alimento alguno durante todo el día, y reforzó su mandamiento por esta solemne IMPRECACIÓN: "Cualquiera que comiere pan hasta la tarde, hasta que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito."  Ya se había ganado la victoria, sin el conocimiento ni la cooperación de Saúl; pero él esperaba distinguirse mediante la destrucción total del ejército derrotado.  LA ORDEN DE NO COMER FUE MOTIVADA POR UNA AMBICIÓN EGOÍSTA, y demostraba que el rey era indiferente a las necesidades de su pueblo cuando ellas contrariaban su deseo de ensalzamiento propio.

Y AL CONFIRMAR ESTA PROHIBICIÓN MEDIANTE UN JURAMENTO SOLEMNE, DEMOSTRÓ SAÚL QUE ERA PROFANO A LA VEZ QUE TEMERARIO. 
Las palabras mismas de la maldición atestiguan que el celo de Saúl ERA EN FAVOR SUYO, Y NO PARA LA GLORIA DE DIOS.  Declaró que su propósito no era "que el Señor fuese vengado de sus enemigos," sino "que haya tomado venganza de mis enemigos."

La prohibición dio lugar a que el pueblo violase el mandamiento de Dios.  Habían estado peleando todo el día, y se sentían débiles por falta de alimento; y tan pronto como terminaron las horas abarcadas por la restricción, cayeron sobre 677 el botín de guerra, y devoraron carne con sangre, violando así la ley que prohibía comer sangre.
Durante la batalla, Jonatán, que nada sabia del mandamiento del rey, lo violó inadvertidamente al comer un poco de miel mientras pasaba por el bosque.  Saúl lo supo por la noche.  Había declarado que la violación de su edicto sería castigada con la muerte.

Aunque Jonatán no se había hecho culpable de un pecado voluntario, a pesar de que Dios le había preservado la vida milagrosamente y había obrado la liberación por medio de él, el rey declaró que la sentencia debía ejecutarse.

PERDONAR la vida a su hijo habría sido de parte de Saúl reconocer tácitamente que había pecado al hacer un voto tan temerario.  Habría humillado su orgullo personal.  "Así me haga Dios -fue la terrible sentencia- y así me añada, que sin duda morirás, Jonathán."

Saúl no podía atribuirse el honor de la victoria, pero esperaba ser honrado por su celo en mantener la santidad de su juramento.  Aun a costa del sacrificio de su hijo, quería grabar en la mente de sus súbditos el hecho de que la autoridad real debía mantenerse.

Hacía poco que, en Gilgal, Saúl había pretendido oficiar como sacerdote, contrariando el mandamiento de Dios. CUANDO SAMUEL LE REPRENDIÓ, SE OBSTINÓ EN JUSTIFICARSE.  Ahora que se había desobedecido a su propio mandato, a pesar de que era un desacierto y había sido violado por ignorancia, el rey y padre sentenció a muerte a su propio hijo.
El pueblo se negó a permitir que la sentencia fuese ejecutada.  Desafiando la ira del rey, declaró: "¿Ha pues de morir Jonathán, el que ha hecho esta salud grande en Israel?  No será así.  Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha obrado hoy con Dios." EL ORGULLOSO monarca no se atrevió a menospreciar este veredicto unánime, y así se salvó la vida de Jonatán.
Saúl no pudo menos de reconocer que su hijo le era preferido tanto por el pueblo como por el Señor.  
La salvación de Jonatán constituyó un reproche severo para la temeridad del 678 rey.  PRESINTIÓ que sus maldiciones recaerían sobre su propia cabeza.  No prosiguió ya la guerra contra los filisteos, sino que regresó a su pueblo, melancólico y descontento.

APLICACIÓN
LOS QUE ESTÁN más dispuestos a excusarse o justificarse en el pecado son a menudo los más severos para juzgar y condenar a los demás. 
Muchos, como Saúl, atraen sobre sí el desagrado de Dios, pero rechazan los consejos y menosprecian las reprensiones.  Aun cuando están convencidos de que el Señor no está con ellos, se niegan a ver en sí mismos la causa de su dificultad.  Albergan un espíritu orgulloso y jactancioso, MIENTRAS SE ENTREGAN a juzgar y reconvenir cruel y severamente a otros que son mejores que ellos.  Sería bueno que cuantos se constituyen en jueces meditasen en estas palabras de Cristo: "Con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán a medir." (Mat. 7: 2.)

A menudo los que procuran ensalzarse se ven puestos en situaciones que revelan su carácter.  Así pasó en el caso de Saúl.  Su conducta convenció al pueblo de que apreciaba el honor y la autoridad reales más que la justicia, la misericordia o la benevolencia.  Así fue inducido a ver el error que había cometido al rechazar la forma de gobierno que Dios le había dado.  El pueblo había renunciado al profeta piadoso, cuyas oraciones habían traído grandes bendiciones, por un rey que en su celo ciego había impetrado una maldición sobre ellos.

SI LOS HOMBRES de Israel no hubieran intervenido para salvar la vida de Jonatán, su libertador habría perecido por decreto del rey. ¡Con qué dudas y vacilaciones debe haber seguido aquel pueblo desde entonces la dirección de Saúl! ¡Cuán amargo les habrá sido pensar que había sido colocado en el trono por decisión de ellos mismos!  El Señor soporta por mucho tiempo los extravíos de los hombres, y a todos les otorga la oportunidad de ver y abandonar sus pecados; pero aun cuando parecería que hace prosperar a los que menosprecian su voluntad y pasan por alto sus advertencias, pondrá oportuna y seguramente de manifiesto la insensatez de ellos. PP EGW

*SAÚL, tenía más en contra, que a favor en lo que respecta a su carácter. y, aun así, fue llamado por Dios. Y así darle al pueblo una lección y vean por experiencia propia, lo que pasa cuando se mide la fe según los estándares del mundo. Donde se valora la fuerza, el poder o la apariencia, como éxitos en la vida. Pero no se valora las virtudes y valores reales como la amabilidad, lealtad, respeto, altruismo, compasión, misericordia, solidaridad, amor, pureza, justicia…etc.

Mira los videos en las redes, las que tienen más visitas son aquellos que presentan antivalores, como violencia, memes o burlas, sátiras, pornografía, espiritismo, vanidades…etc.

Volviendo a nuestro tema. Saúl está yendo de mal en peor. En éste capítulo, cometió dos desaciertos graves: mandó traer el arca, y el otro impuso al pueblo un ayuno sin sentido. Por puro ego.
Cuán importante es educar bien al niño. En un punto tan trascendente como el dominio de sí mismo. Porque de adulto será definitivo y será un hombre que beneficie a la humanidad y a la obra de Dios 
o lo perjudique. Recuerde: “Una sola persona puede marcar la diferencia para bien o para mal”. 
Ministerio Hno. Pio

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