miércoles, 5 de febrero de 2020

153. LOS FILISTEOS DEVUELVEN EL ARCA.


Por más de medio año estuvo el arca entre los filisteos. Suficiente tiempo para reconocer al verdadero Dios a quien simbolizaba; pero fue desaprovechada. Y nunca más tendría una oportunidad de reconocer que su religión era vana ante la realidad del Dios creador.
Cada vez estoy más convencido, que Dios, siempre dio la oportunidad de conocerlo a todos los pueblos en todas las épocas. Pero estos, mal usaron su libre albedrío.

DESPUÉS DE SIETE MESES, LOS FILISTEOS SE CONSULTAN PARA DEVOLVER EL ARCA.
1 Estuvo el arca de Jehová en la tierra de los filisteos siete meses.2 Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar.3 Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.4 Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los filisteos, cinco tumores de oro, y cinco ratones de oro, porque una misma plaga ha afligido a todos vosotros y a vuestros príncipes.5 Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.6 ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron?7 Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa.8 Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella; y la dejaréis que se vaya.9 Y observaréis; si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente.

LA LLEVAN A BET- SEMES EN UN CARRO NUEVO CON UNA OFRENDA.
10 Y aquellos hombres lo hicieron así; tomando dos vacas que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros.11 Luego pusieron el arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus tumores.12 Y las vacas se encaminaron por el camino de Bet-semes, y seguían camino recto, andando y bramando, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes.13 Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle; y alzando los ojos vieron el arca, y se regocijaron cuando la vieron.14 Y el carro vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró allí donde había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová.15 Y los levitas bajaron el arca de Jehová, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes sacrificaron holocaustos y dedicaron sacrificios a Jehová en aquel día.16 Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos, volvieron a Ecrón el mismo día.17 Estos fueron los tumores de oro que pagaron los filisteos en expiación a Jehová: por Asdod uno, por Gaza uno, por Ascalón uno, por Gat uno, por Ecrón uno.18 Y los ratones de oro fueron conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco príncipes, así las ciudades fortificadas como las aldeas sin muro. La gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jehová está en el campo de Josué de Bet-semes hasta hoy.

LOS HOMBRES DE BET-SEMES QUE MIRAN DENTRO DEL ARCA MUEREN.
19 Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.20 Y dijeron los de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? ¿A quién subirá desde nosotros?

ENVÍAN MENSAJEROS A LOS HABITANTES DE QUIRIAT-JEARIM PARA QUE BUSQUEN EL ARCA.
21 Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el arca de Jehová; descended, pues, y llevadla a vosotros.miconcordancia.com
1 Samuel capítulo 6.


LOS FILISTEOS DEVUELVEN EL ARCA.
Temiendo el pueblo conservar el arca en habitaciones humanas, la colocó en campo raso.  Siguió entonces una plaga de ratones, que infestaron la tierra y destruyeron los productos agrícolas, tanto en los graneros como en el campo.  La destrucción total, ya fuese por la enfermedad o por el hambre, amenazaba ahora a toda la nación.

Durante siete meses el arca permaneció en la tierra de los filisteos, y en TODO ESTE TIEMPO LOS ISRAELITAS no hicieron esfuerzo alguno por recobrarla.

Pero los filisteos tenían ahora tanta ansia de deshacerse de ella, como antes la habían tenido por obtenerla.

En vez de ser una fuente de fortaleza para ellos, era una carga pesada y una gran maldición.  Sin embargo, no sabían qué hacer, pues adondequiera que la llevasen seguían inmediatamente los juicios de Dios.

El pueblo clamó a los príncipes de la nación, como también a los sacerdotes y adivinos; y ansiosamente les preguntó: "¿Qué haremos del arca de Jehová?  Declaradnos como la hemos de tornar a enviar a su lugar." Ellos aconsejaron que la devolvieran con un costoso sacrificio de expiación.  "Entonces -dijeron los sacerdotes- seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano."

ANTIGUAMENTE, para reprimir o eliminar una plaga, solían hacer los paganos una representación en oro, plata u otros materiales, de aquello que causaba la destrucción, o del objeto o parte del cuerpo especialmente afectados.  Esta representación o imagen se colocaba en una columna o en algún lugar visible, y se creía que constituía una protección eficaz contra los males que representaba.  Todavía subsiste hoy una costumbre semejante entre ciertos pueblos paganos.  Cuando una persona que sufre de alguna enfermedad va al templo de su 637 ídolo en busca de curación, lleva consigo una figura de la parte afectada, y la presenta como ofrenda a su dios.

EN CONSONANCIA con la superstición reinante, los señores filisteos aconsejaron al pueblo que hiciera representaciones de las plagas que les habían estado afligiendo, "conforme al número de los príncipes de los Filisteos, cinco hemorroides de oro, y cinco ratones de oro, porque -dijeron ellos- la misma plaga que todos tienen, tienen también vuestros príncipes."

ESTOS SABIOS RECONOCIERON QUE UN PODER MISTERIOSO ACOMPAÑABA AL ARCA, UN PODER AL QUE NO SABÍAN HACER FRENTE.  Sin embargo, no aconsejaron al pueblo QUE SE APARTARA DE SU IDOLATRÍA para servir al Señor.  Seguían odiando al Dios de Israel, aunque se veían obligados a someterse a su autoridad, por los castigos abrumadores.

Así también pueden los pecadores verse convencidos por los juicios de Dios de que es vano contender contra él.  Pueden verse obligados a someterse a su poder, mientras que en su corazón se rebelan contra su dominio.  Una sumisión tal no puede salvar al pecador.  El corazón debe ser entregado a Dios; debe ser subyugado por la gracia divina, antes de que el arrepentimiento del hombre pueda ser aceptado.

¡Cuán grande es la longanimidad de Dios hacia los impíos!  Tanto los filisteos idólatras como los israelitas apóstatas habían gozado de las dádivas de su providencia.  Diez mil misericordias inadvertidas caían silenciosamente sobré la senda de hombres ingratos y rebeldes.  Cada bendición les hablaba del Dador, pero ellos eran indiferentes a su amor.  Muy grande era la tolerancia de Dios hacia los hijos de los hombres; pero cuándo ellos se obstinaron en su impenitencia, apartó de ellos su mano protectora.

Se negaron a escuchar la voz de Dios, que les hablaba en sus obras creadas y en las advertencias, las reprensiones y los consejos de su Palabra, y así se vio obligado a hablarles por medio de sus juicios.

Había entre los filisteos algunos que estaban dispuestos a oponerse a que se devolviera el arca a su tierra.  Consideraban humillante para su pueblo un reconocimiento tal del poderío 638 del Dios de Israel.  Pero "los sacerdotes y adivinos" advirtieron al pueblo que no imitara la testarudez de Faraón y de los egipcios, y no trajera sobre sí calamidades aun mayores.

Se propuso entonces un proyecto que pronto alcanzó el consentimiento de todos y en seguida se puso en práctica.  El arca, con la ofrenda de oro, fue colocada en un carro nuevo, a fin de evitarle todo peligro de contaminación; a este carro se uncieron dos vacas, cuyas cervices no habían llevado yugo.

Los terneros de estas vacas se dejaron encerrados en casa, y las vacas fueron dejadas libres para que fueran adonde quisieran.

Si el arca fuese así devuelta a los israelitas por el camino de Beth-semes, la ciudad de levitas más cercana, ello sería para los filisteos una evidencia de que el Dios de Israel les había hecho a ellos este gran mal.  "Si no -dijeron,- seremos ciertos que su mano, no nos hirió, nos ha sido accidente."
Al ser soltadas, las vacas se alejaron de sus crías, y mugiendo tomaron el camino directo a Beth-semes.  Sin dirección humana alguna, los pacientes animales siguieron adelante.  La presencia divina acompañaba el arca, y ésta llegó con toda seguridad al sitio señalado.

BET - SEMES
Era entonces el tiempo de la cosecha del trigo, y los hombres de Beth-semes estaban segando en el valle.  "Y alzando sus ojos vieron el arca, y holgáronse cuando la vieron.  Y el carro vino al campo de Josué Beth-semita, y paró allí: porque allí había una gran piedra: y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová." Los señores de los filisteos, que habían seguido el arca, "hasta el término de Beth-semes" y habían presenciado el recibimiento que le habían hecho, regresaron ahora a Ecrón.

La plaga había cesado, y estaban convencidos de que sus calamidades habían sido un juicio del Dios de Israel.
Los hombres de Beth-semes difundieron prestamente la noticia de que el arca estaba en su posesión, y la gente de la tierra circundante acudió a dar la bienvenida al arca.  Esta había sido colocada sobre la piedra que primero sirvió de altar, 639  y ante ella se ofrecieron al Señor otros sacrificios adicionales.

Si los adoradores se hubieran arrepentido de sus pecados, la bendición de Dios los habría acompañado.  Pero no estaban obedeciendo fielmente a su ley; y aunque se regocijaban por el regreso del arca como presagio de bien, no reconocían verdaderamente su santidad.

En vez de preparar un sitio apropiado para recibirla, permitieron que permaneciera en el campo de la mies.  Mientras continuaban mirando la sagrada arca, y hablando de la manera maravillosa en que les había sido devuelta, comenzaron a hacer conjeturas acerca de donde residía su poder especial.  Por último, vencidos por la curiosidad, quitaron los envoltorios de ella, y se atrevieron a abrirla.

A TODO ISRAEL SE LE HABÍA ENSEÑADO A CONSIDERAR EL ARCA CON TEMOR Y REVERENCIA.  
Cuando había que trasladarla de un lugar a otro, los levitas ni siquiera debían mirarla.  Solamente una vez al año se le permitía al sumo sacerdote contemplar el arca de Dios.  Hasta los filisteos paganos no se habían atrevido a quitarle los envoltorios.  Ángeles celestiales invisibles la habían acompañado en todos sus viajes.  La irreverente osadía de los bet-semitas fue prestamente castigada.  Muchos fueron heridos de muerte repentina.
ESTE JUICIO no indujo a los sobrevivientes a arrepentirse de su pecado, sino sólo a considerar el arca con temor supersticioso.

KIRIAT – JEARIM
Ansiosos de deshacerse de su presencia, y no atreviéndose, sin embargo, a trasladarla a otro sitio, los bet-semitas enviaron un mensaje a los habitantes de Kiriat-jearim, para invitarlos a que se la llevaran.  PP EGW

*EL ARCA del pacto estaba en filistea, y los filisteos no sabían que hacer. Entonces después de muchas peripecias lo devuelven. Pero no personalmente sino por otros medios.

Creo que nunca Filistea tuvo otra oportunidad como la que tuvo, cuando el arca estuvo en medio de ellos.

Tuvieron la oportunidad de ser bendecidos, pero el orgullo, sus ídolos…, se antepusieron a la verdad de Dios.

Así como éste pueblo, muchos pueblos tuvieron la oportunidad que Dios da. ¡Pero la desaprovecharon!

Luego llegó el arca a Bet – Semes. Y estos al principio hicieron lo correcto y luego pudo más la curiosidad y la irreverencia. Y abrieron el arca para verlos. Cosa que ni siquiera hicieron los filisteos.  Y murieron más de 50 mil personas.
Ante tal tragedia provocada por ellos mismos. Echaron la culpa al arca y mandaron aviso a los Quiriat – Jearim para que se lo llevaran, y ellos felices se los llevaron. Y permaneció en ese lugar por más de 20 años. 1 Samuel 7: 2. 
 Ministerio Hno. Pio

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