viernes, 3 de abril de 2020

161. DISCURSO Y DESPEDIDA DE SAMUEL.


1 Samuel Capítulo 12
SAMUEL HABLA DE SU INTEGRIDAD.
1 DIJO Samuel a todo Israel: He aquí, yo he oído vuestra voz en todo cuanto me habéis dicho, y os he puesto rey.
2 Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros.  Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.
3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.
4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre.
5 Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado cosa alguna en mi mano.  Y ellos respondieron: Así es.

*1. He oído.
El reino de Dios se basa en el principio de la libre elección.  El hecho de que Dios conozca el fin desde el principio en ninguna forma limita al hombre para que tome sus propias decisiones (ver Ed 174).  Antes de que los israelitas entraran en Palestina, Dios les reveló que llegaría el tiempo cuando pedirían un rey (Deut. 17: 14).  Al hacer esa revelación, no les expresó cuál era su voluntad en el asunto.  Tan sólo desplegó ante ellos la forma en que se desarrollarían los acontecimientos.

En todo cuanto me habéis dicho.
Dios les había dado un rey que correspondía con los ideales de ellos -por lo menos en lo que concernía a la apariencia- y que también parecía estar a la altura de las normas espirituales deseadas por Dios.  DURANTE LOS ÚLTIMOS MESES SAÚL HABÍA DEMOSTRADO QUE ESTABA POSEÍDO POR EL ESPÍRITU DE DIOS.  Era apacible en su proceder, paciente con sus enemigos, humilde delante del Señor, obediente a los consejos del profeta, enérgico para la guerra, decisivo en las emergencias y se destacaba por su abnegación.

Os he puesto rey.
SI EL SEÑOR HUBIESE PERMITIDO ELECCIONES EN ISRAEL, las aspiraciones políticas de las tribus más grandes sin duda habrían producido confusión y una amarga división.  Al echar suertes, fue tomado uno de la tribu más pequeña.  Israel debía comprender su continua necesidad de la dirección divina.  Aunque los israelitas ahora tenían un rey de acuerdo con su deseo, DEBÍAN RECORDAR que no se puede progresar con ejército ni con fuerza, sino con el Espíritu de Dios (ver Zac. 4: 6). DEBERÍAN haber estado dispuestos a seguir a su juez -Samuel- que los había conducido a través de más de una crisis durante las décadas de su ministerio.  Pero una vez que su decisión en favor de una forma monárquica de gobierno había sido confirmada irrevocablemente, Samuel procuró que comprendieran QUE UN DIRIGENTE NO PUEDE IR MÁS A PRISA DE LO QUE LOS SUYOS ESTÁN DISPUESTOS A ACOMPAÑARLO, y que las acciones del caudillo deben estar condicionadas por la elección voluntaria del pueblo.  Aunque se daba cuenta de que había indecibles peligros por delante, no guardó resentimiento para con ellos, ni en forma alguna los abandonó para que siguieran sus propias inclinaciones.

3. Aquí estoy.
EL ANCIANO PROFETA NO ERA EGOCÉNTRICO.  Procuró que los israelitas -entonces muy excitados como resultado de sus últimas victorias y felices por el nombramiento de un rey- tranquilamente hicieran memoria de la forma en que Dios los había tratado en lo pasado y que examinaran las perspectivas del futuro.  EN LA MONARQUÍA RECIÉN ESTABLECIDA NO SE NECESITARÍAN MÁS LOS SERVICIOS DE SAMUEL COMO JUEZ.  El rey se rodearía de hombres de guerra (cap. 14: 52) y la influencia moral de Samuel sería sobrepujada por la fuerza física de las órdenes de Saúl.  Con todo, Samuel todavía podía ser el portavoz de Dios y podía ser aún el canal por cuyo medio el Espíritu de Dios dirigiría a su pueblo.

FUE UN TIEMPO DE AGUDA CRISIS PARA SAMUEL, quien comprendió que en gran medida la eficacia convincente del mensaje que estaba por presentar dependía de su propia integridad de carácter.  A no ser por esto, su consejo sería poco eficaz.  Los israelitas lo conocían desde su nacimiento; sabían de su obra como profeta; eran testigos de su conducta como juez y profeta; conocían su carácter ejemplar; estaban familiarizados con la justicia y equidad de sus decisiones judiciales; les era fácil admitir que nunca se había enriquecido con su cargo; estaban convencidos de que su único propósito en la vida era poner en práctica las órdenes de Dios para el bienestar de ellos.

LA VIDA DE SAMUEL MUESTRA Claramente Que El Carácter, Como Una Planta, Crece Gradualmente.  Sus facultades habían sido regidas desde la niñez por un espíritu de consagración.  Así como la savia proporciona los elementos para el crecimiento de la planta, también el Espíritu de Dios se convirtió en una 504 fuerza interior, silenciosa, QUE SE DIFUNDÍA por todos sus pensamientos, sentimientos y acciones, hasta que todos los hombres pudieron ver que su vida seguía las pautas divinas.  EL CARÁCTER SIMÉTRICO DE SAMUEL ERA EL RESULTADO DEL CUMPLIMIENTO DE SUS DEBERES, realizados bajo la dirección del Espíritu Santo.  Así es hoy día: "En todos los que se sometan a su poder, el Espíritu de Dios consumirá el pecado" 
(DTG 82).

“Es Tan Plenamente Posible Ser Un Samuel Hoy En Día Como Lo Fue Mil Años Antes De Cristo”.

 SAMUEL REPROCHA AL PUEBLO SU INGRATITUD.
6 Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová que designó a Moisés y a Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto, es testigo.
7 Ahora, pues, aguardad, y contenderé con vosotros delante de Jehová acerca de todos los hechos de salvación que Jehová ha hecho con vosotros y con vuestros padres.
8 Cuando Jacob hubo entrado en Egipto, y vuestros padres clamaron a Jehová, Jehová envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.
9 Y olvidaron a Jehová su Dios, y él los vendió en mano de Sísara jefe del ejército de Hazor, y en mano de los filisteos, y en mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.
10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado, porque hemos dejado a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, Pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.
11 Entonces Jehová envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos en derredor, y habitasteis seguros.
12 Y habiendo visto que Nahas rey de los hijos de Amón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros un rey; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.
13 Ahora, pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto rey sobre vosotros.
14 Si temiereis a Jehová y le sirvierais, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien.
15 Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres.

*6. Jehová.
Este Jehová a quien todos ellos habían invocado como testigo, "designó" -literalmente "hizo"- a Moisés y a Aarón, los protegió de la venganza de Faraón y los sacó de la casa de servidumbre.  SIN EMBARGO, AL PEDIR UN REY querían decir que Dios no podía protegerlos de los estragos de las bandas merodeadoras de las naciones circunvecinas, aun cuando estaban establecidos en sus propias ciudades y no eran más esclavos.

9. Olvidaron a Jehová.
Rodeados por idólatras, como habían estado en Egipto, y viviendo ahora entre naciones que practicaban las formas más degradantes de culto, les resultó difícil a los israelitas ser el pueblo peculiar de Dios y dar testimonio con su vida de una forma mejor de hacer frente a los intrincados problemas de la vida.

“Las Formas De Culto Estaban Entonces Tan Firmemente Establecidas Como Lo Están Hoy Las Modas De Vestir”.

 Se necesitaba mucho valor para resistir la marea de la opinión pública, y pocos estaban dispuestos a intentarlo.

 MUCHO ANTES de la migración de Israel a Egipto, LOT CREYÓ que él y su familia podrían vivir en Sodoma sin sentir la influencia de las costumbres allí prevalecientes.  Tristes fueron los resultados de su decisión.  Dios prohibió a Israel que hiciera alianza alguna con los idólatras autóctonos de esas tierras.  Pero, cansados de guerrear, los israelitas pensaron que era mejor que se relacionaran íntimamente con los cananeos.  Tristes fueron las opresiones resultantes de Eglón, rey de Moab (Juec. 3: 12-14), de Sísara, capitán de las huestes de Jabín (Juec. 4: 2), de los filisteos 
(Juec. 13: 1) y de otros.

10. Clamaron.
Esta súplica consta de dos partes: (1) una confesión de haberse desviado al no seguir a su Guía, y (2) un pedido de liberación acompañado por la promesa de servir a Dios fielmente de entonces en adelante. 

“Pero Parece Que El Ser Humano Siempre Será Incapaz De Aprender Por La Experiencia Ajena”.

 Sigue sus propias inclinaciones hasta que casi es demasiado tarde y finalmente, con profunda desesperación, admite su propia necesidad de ayuda exterior.  Piensa que ha aprendido su lección y que nunca volverá a caer.

POR EJEMPLO, SALOMÓN entró en el laboratorio de la vida y probó toda forma concebible de felicidad.  Pero en cada experimento sólo halló vanidad y aflicción de espíritu (Ecl. 1: 14, 17; 2: 11, 15, 17, 23, 26; etc.). Finalmente llegó a la conclusión de que el temor de Jehová y la obediencia a sus mandamientos constituyen el todo del hombre (Ecl. 12: 13).  Pero aun con ejemplos tales delante de sí, los hombres pronto olvidan las conclusiones del sabio hasta que han recorrido el camino por sí mismos y han comprobado bien que uno cosechará con seguridad lo que siembra.

11. Jerobaal.
Otro nombre de Gedeón que recuerda la ocasión cuando derribó el altar de Baal (ver Juec. 6: 25-32).

Barac.
"Bedán" (RVA).  No hay ningún juez que lleve el nombre de "Bedán".  En la LXX y en la versión Siriaca se lee "Barac".  La letra hebrea d se parece mucho a la letra r, y la n a la k (ver com.  Gén. 10: 4; 25: 15).  Otros identifican a "Bedán" con "Abdón" (ver Juec. 12: 13, 15) debido al parecido entre estos dos nombres en hebreo, mayor que el que hay entre "Bedán" y "Barac".

Jefté.
El paladín de Israel cuando los hijos de Amón intentaron recuperar la tierra de Galaad (Juec. 11). Jefté dijo a los amonitas que él confiaba en el poder de Dios para proteger a Israel en su posesión de la tierra (Juec. 11: 24), y su victoria sobre ellos fue tan completa como lo fue más tarde la de Saúl.

14. Si temiereis a Jehová.
Fuera de sí de gozo por su victoria, los israelitas habían coronado a Saúl como rey sin pensar ni en el futuro ni en el liderazgo protector de Dios en el pasado.  Al igual que Adán, quien por su libre elección había escogido una forma de vida contraria a la voluntad divina, también ahora la decisión de Israel fue tal que afectó la vida futura de toda la nación.  Sin embargo, Dios aseguró su dirección divina a las huestes de Israel si reconocían su dependencia de él, aceptaban su consejo y seguían sus órdenes.

15. Si no oyereis.
Israel se había rebelado contra Dios al pedir un rey.  Con frecuencia se había rebelado en lo pasado.  Sin embargo, cada vez que clamó al Señor, había recibido ayuda.
La mano de Jehová.
No podían decir que la mano de Dios había estado contra ellos.  Los había protegido y salvado repetidas veces aunque, por su egoísmo y necedad, vez tras vez se habían apartado de él.  Dios procuró inducirles a responder voluntariamente a su amor como individuos. ¿En qué otra forma podían aprender que ninguna nación puede ser salvada como nación, sino que cada individuo debe decidir por sí mismo sin tomar en cuenta su ambiente?

DIOS ATEMORIZA AL PUEBLO CON TRUENOS Y LLUVIA EN TIEMPO DE COSECHA.
16 Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos.
17 ¿No es ahora la siega del trigo?  Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y lluvias, para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová, pidiendo para vosotros rey.
18 Y  Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel.
19 Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.

*17. Truenos y lluvias.
Dios no podía dar a Israel una evidencia más impresionante que la señal de la lluvia en tiempo de la cosecha.  Sería algo sorprendente una lluvia en primavera: el tiempo de la cosecha.  En Palestina, las lluvias primaverales normalmente cesan antes del tiempo de la pascua, e inmediatamente se inicia la estación seca.  La lluvia vuelve en el otoño antes de la siembra del trigo y la cebada.

Para que conozcáis.
Debían conocer dos cosas: (1) que habían pecado delante del Señor al demandar un rey, y (2) que Dios los amaba y nunca los abandonaría.  Ese día añadieron otro recordativo a las muchas pruebas que ya habían recibido: que el hijo pródigo que vuelve al hogar recibe la más cordial bienvenida de parte de su Padre.

SAMUEL CONSUELA AL PUEBLO EN LA MISERICORDIA DE DIOS.
20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón.
21 No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.
22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, 503 por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.
24 Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
25 Mas si perseverarais en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis. 1 Samuel 12. 

20. Con todo vuestro corazón.
El servicio para Dios es una esclavitud voluntaria que emana del amor.  Por causa del amor, el hombre hará lo que no haría de otra manera.  Samuel amaba al Señor, y su servicio era el de un esclavo que se deleitaba en estar con su amo.  Cuando el pueblo observaba una comunión tal entre Samuel y el Señor, tendía a crearse el deseo de experimentar lo mismo.

21. No os apartéis.
El verdadero amor no es estático; es progresivo.  Dios estuvo listo para revelar su amor permanente para Israel.  Le dolía ver que los israelitas se volvían egoístas y lo olvidaban.  Es constante el amor de Dios para el hombre y lo invita a que retribuya ese amor en la forma de un servicio consagrado.

23. Os instruiré.
Samuel aseguró a los israelitas que no les tenía mala voluntad debido a la elección que habían hecho, y que dedicaría su vida para seguirlos instruyendo en las cosas de Dios.  Aunque no tendría la responsabilidad del gobierno ahora que ellos habían elegido un rey, como profeta todavía sería el representante de Dios para ellos.  Samuel comprendía los peligros del futuro.  Sabía que era imposible que el ser humano hiciera lo correcto sin ser guiado por el Espíritu de Dios.  Comenzaba a darse cuenta de que sus responsabilidades como profeta probablemente serían aún mayores que en el pasado; sin embargo, estaba resuelto a que nadie jamás pudiera señalarlo con el dedo para dirigirle el posible reproche de que no había estado cerca de Israel a través de todas las vicisitudes de la vida.  Como juez, había sido leal a los israelitas; y ahora que lo habían rebajado de categoría, por así decirlo, iba a demostrarles que su amor para ellos no había cambiado como tampoco el amor de Dios.

24. Considerad.
UNA DE LAS COSAS que más necesitan los hombres hoy día es darse tiempo para la meditación en la infinita bondad de Dios y en las pruebas de su cuidado y conducción. 2 CBA

 DISCURSO DE SAMUEL. En esa llanura, vinculada con tantos recuerdos conmovedores, estaban Samuel y Saúl; y cuando los gritos de bienvenida al rey se hubieron acallado, el anciano profeta pronunció sus palabras de despedida como gobernante de la nación.

"He aquí -dijo él,- yo he oído vuestra voz en todas las cosas que me habéis dicho, y os he puesto rey.  Ahora pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros.  Yo soy ya viejo y cano; . . . y yo he andado delante de vosotros desde mi mocedad hasta este día.  Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho por el cual haya cubierto mis ojos: y os satisfaré."

A una voz el pueblo contestó: "Nunca nos has calumniado, ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre." 667
Samuel no procuraba meramente justificar su propia conducta.  Había expuesto previamente los principios que debían regir tanto al rey como al pueblo, y deseaba tan sólo agregar a sus palabras el peso de su propio ejemplo.  Desde su niñez había estado relacionado con la obra de Dios, y durante toda su larga vida había tenido un solo propósito: la gloria de Dios y el mayor bienestar de Israel.

Antes de que pudiera Israel tener alguna esperanza de prosperidad, debía ser inducido al arrepentimiento para con Dios.  Como consecuencia del pecado había perdido la fe en Dios, y la capacidad de discernir su poder y sabiduría para gobernar la nación; había perdido su confianza en que Dios pudiera vindicar su causa.
  Antes de que pudieran los israelitas hallar verdadera paz, debían ser inducidos a ver y confesar el pecado mismo del cual se habían hecho culpables.  Habían expresado así su objeto al exigir un rey: "Nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras."

Samuel reseñó la historia de Israel, desde el día en que Dios lo sacó de Egipto.  Jehová, el Rey de reyes, había ido siempre delante de ellos, y había librado sus batallas.  A MENUDO SUS PROPIOS PECADOS LOS HABÍAN ENTREGADO AL PODER DE SUS ENEMIGOS, pero tan pronto como ellos se apartaban de sus caminos impíos, la misericordia de Dios les suscitaba un libertador. 

El Señor envió a Gedeón y a Barac, "a Jephté, y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos alrededor, y habitasteis seguros." Sin embargo, cuando se vieron amenazados de peligro declararon: "Rey reinará sobre nosotros; siendo -dijo el profeta- vuestro rey Jehová vuestro Dios."

Samuel continuó diciendo: "Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos. ¿No es ahora la siega de los trigos?  Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey.  Y Samuel clamó a Jehová; y Jehová dio truenos y aguas en aquel día." 668

En el Oriente, no solía llover durante el tiempo de la siega del trigo, en los meses de mayo y junio. El cielo se mantenía despejado, y el aire era sereno y suave.  Una tormenta tan violenta en ese tiempo llenó de temor todos los corazones.  Con humillación el pueblo confesó sus pecados, -el pecado preciso del cual se había hecho culpable: "Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, que no muramos: porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros."
Samuel no dejó al pueblo en el desaliento, pues éste habría impedido todo esfuerzo por vivir mejor.  Satanás los habría inducido a considerar a Dios como severo e implacable, y así habrían quedado expuestos a múltiples tentaciones. 

Dios es misericordioso y perdonador, y desea siempre manifestar favor hacia su pueblo cuando éste obedece a su voz.  "No temáis -fue el mensaje que Dios envió por medio de su siervo:- vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servid a Jehová con todo vuestro corazón: no os apartéis en pos de las vanidades, que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.  Pues Jehová no desamparará a su pueblo."

NADA DIJO SAMUEL acerca del desprecio que él había sufrido; ni reprochó a Israel la ingratitud con la cual le había retribuido toda una vida de devoción.  Antes le prometió seguir interesándose incesantemente por él: "Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes yo os enseñaré por el camino bueno y derecho.  Solamente temed a Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros.  Mas si perseveraréis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis." PPEGW

*Toda buena lección o discurso pasa y se olvida.
¿Porque debe ser así?
En el futuro veremos que Israel, pronto olvidó, a través de su historia, la enseñanza de los grandes líderes que pasaron. Principalmente la enseñanza del Torá.
Olvidó porque no puso en práctica las enseñanzas. Conforme al principio básico: Oír, Aprender y guardar para practicarlo. Deut. 5:1; 6.
Eso también puede suceder con nosotros, sino ponemos en práctica lo aprendido. Que Dios more siempre con su Espíritu en todo nuestro Ser. Amen. 
Ministerio Hno. Pio

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