lunes, 26 de agosto de 2019

139. EL MISTERIO DE LA LIBERTAD HUMANA.


 ¿QUIÉN TE HA TRAÍDO ACÁ? ¿Y QUÉ HACES AQUÍ? 
¿Y QUÉ TIENES TÚ POR AQUÍ?
 30 Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen de talla; y Jonatán hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día del cautiverio de la tierra. 31 Así tuvieron levantada entre ellos la imagen de talla que Micaía había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en  Silo. Jueces 18:30,31.

LA HISTORIA COMIENZA cuando un hombre de Efraín llamado Micaia. Con el dinero que da su madre, como pago a su promesa al Señor, se hacen ídolos (TERAFINES) y un vestido sacerdotal (EFOD) Tiene en su casa su religión particular. En la cual tiene sus propios ídolos en nombre de Jehová. Y pone a su hijo como sacerdote y luego a un levita. Que por la paga se alquila como sacerdote de su religión particular. 
Jueces 17:1-13.

Hasta que llegan un grupo de personas de la tribu de Dan. A casa de Micaia, 
y al ver al levita LO RECONOCEN. Y le preguntan: 
¿Quién Te Ha Traído Acá? 
¿Y Qué Haces Aquí? ¿Y Qué Tienes Tú Por Aquí?
Y él les cuenta la historia de cómo llegó y porque vino.  

Y luego volvieron los de Dan con más gente armada, porque estaban en una misión de reconocimiento por mas tierras para su tribu. En eso vuelven a casa de Micaia, y roban su Efod y sus ídolos. Y hacen una oferta al sacerdote que no puede rechazar para ser guía espiritual de su tribu.  Jueces 18:1-31. 

Abreviamos la historia, porque queremos resaltar el mensaje principal. Al conocer el nombre del levita mercenario. Me dio mucha pena. Cuando vi de quien se trataba. Puse mis dudas que el escrito fuera real. Pero asimilando, entendí que toda palabra de Dios es inspirada. 
2 Timoteo 3:16. 

 EL LEVITA era el nieto de Moisés. (Versículo 30). El nieto, sacerdote junto con sus hijos de una religión pagana, de un culto sincrético, de un pueblo en apostasía. Contraviniendo el mandato 
divino. De Deuteronomio Capitulo 12. 
Creían que adoraban a Dios, por medio de esas imágenes…

Como hoy. Muchos se excusan. Cuando dicen: “no adoramos a las imágenes; solo lo veneramos, porque solo nos muestra, nos da una idea de Dios. En la práctica están adorándolo. Contraviniendo el mandato de la ley de Dios. Éxodo 20:3-6. Porque las imágenes o estatuas dan una idea falsa del Dios vivo. Que no es representado por nada creado. 

 “18 ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? 19 El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. 20 El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.
21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22 El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23 El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. 24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio” Isaías 40:18-26.

*¿Que sentirá Moisés al ver a sus descendientes en apostasía? Recuerden que fue resucitado y llevado al cielo. Judas 1:9. 
 Los padres, que cumplieron con enseñar los mandamientos de Dios a sus hijos fielmente. Deut. 11:18-22. No tienen más que sentirse satisfechos de la labor cumplida. Porque hicieron todo lo que estaba en sus manos. 

EL MISTERIO DE LA LIBERTAD HUMANA
La Libertad Humana o el libre albedrio, es un misterio para la mente humana, están incomprensible. 
LA PREGUNTA SIN FIN: ¿Porque se dan esos casos? ¿Por qué niños, que se gozaron un día, cantando himnos de alabanza al Señor, ahora de joven, no les queda nada de su fe? 

En la biblia encontramos más de un ejemplo. 
El caso de Caín. Los Hijos de Aarón, Los hijos del Sumo sacerdote Eli. Y los casos pueden seguir y seguir… 

En los últimos siglos, se conocen el caso de grandes pensadores incrédulos, ateos; que eran hijos de pastores cristianos. Y quizás puedes ver casos cercanos en tu experiencia propia también… 

Pero la pregunta de fondo, aún necesita respuesta. 
Entonces diremos: que la mente, están compleja, pero también simple para entenderlo; en el caso, de cómo, se construye y se desarrolla la identidad espiritual.

LA MENTE se alimenta por medio de los sentidos. 
Afectándolo inmensamente. 
Toda información que entra a nuestra mente, 
nunca saldrá, nos acompañará hasta el fin. 
De ahí, la importancia de alimentar nuestra mente 
con alimentos que contribuyan al bien.

Y la voluntad esta hecho, de toda la información que tenemos almacenados, en nuestra mente. Y actuamos conforme a ello. “Porque la voluntad, es el poder que gobierna, dirige la naturaleza humana” 

¿Entonces vas entendiendo, del porqué, no conservan su fe nuestros hijos de jóvenes y adultos?

LOS HIJOS DE MOISÉS, o descendientes no conservaron su legado. Porque empezaron a vivir, el etilo y costumbre de los pueblos vecinos. No el estilo de vida que Dios les instruyo en su palabra. Escritas ampliamente desde Éxodo hasta Deuteronomio. 
Conocido como el Pentateuco.

FINALMENTE: “hay culpas compartidas de los padres e hijos en cierta forma de como dejaron de instruir a sus hijos, con la palabra de Dios”.

 MOISÉS instruyó bien a Gerson, así como a todo el pueblo. Pero GERSON si cumplió, su hijo JONATÁN queda claro que no puso en práctica y CONSECUENTEMENTE deformó la fe de sus hijos. 

RECUERDA: Cada uno decide, diariamente, en cada momento 
su fe en el Señor o su incredulidad. 
¿Cuándo te levantas, que haces primero,
 antes de ir al trabajo, estudio u otras actividades? 
Lo que hagas, determinarán cómo será el estado de tu fe.

Los ídolos de hoy, ya nos son tanto físicos. 
Un ídolo puede ser tus ideologías, 
tu empresa, tu trabajo, familia…etc.
 Que están ocupando, el lugar que debe ocupar Dios. 
“Porque donde esté vuestro tesoro, 
allí estará también vuestro corazón”. 
Mateo 6:21. Ministerio Hno. Pio

viernes, 23 de agosto de 2019

138. SANSÓN.


LA HISTORIA DE SANSÓN
Este capítulo basado Jueces en capítulos 13-16

EN MEDIO de la apostasía reinante, los fieles adoradores de Dios continuaban implorándole que libertase a Israel.  Aunque aparentemente sus súplicas no recibían contestación, aunque año tras año el poder del opresor se iba agravando sobre la tierra, la providencia de Dios preparaba un auxilio para ellos.  Ya en los primeros años de la opresión filistea nació un niño por medio del cual Dios quería humillar el poderío de esos enemigos poderosos.
En el linde de la región montañosa que dominaba las llanuras filisteas, estaba la pequeña ciudad de Sora. 

 Allí moraba la familia de Manoa, de la tribu de Dan, una de las pocas casas que, en medio de la deslealtad que prevalecía, habían permanecido fieles a Dios.  A la mujer estéril de Manoa se le apareció "el ángel del Señor" y le comunicó que tendría un hijo, por medio del cual Dios comenzaría a libertar a Israel.  En vista de esto, el ángel le dio instrucciones especiales con respecto a sus propios hábitos y al trato que debía dar a su hijo: "Ahora, pues, mira que ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda." (Véase Jueces 13-16.) Y la misma prohibición debía imponerse desde un principio al niño, al que, además, no se le había de cortar el pelo; pues debía ser consagrado a Dios como nazareo desde su nacimiento.

La mujer buscó a su marido, y después de describirle el ángel, le repitió su mensaje.  Entonces, temiendo que pudieran equivocarse en la obra importante que se les encomendaba, el marido oró así:  "Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, torne ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer." 604
Cuando el ángel volvió a aparecerles, la pregunta ansiosa de Manoa fue: "¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?" Las instrucciones anteriores le fueron repetidas: "La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije: ella no comerá cosa que proceda de vid que da vino; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda: ha de guardar todo lo que le mandé."
Dios tenía una obra importante reservada para el hijo prometido a Manoa, y a fin de asegurarle las cualidades indispensables para esta obra, debían reglamentarse cuidadosamente los hábitos tanto de la madre como del hijo.  

LOS PADRES 
La orden del ángel para la mujer de Manoa fue: "No beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda: ha de guardar lo que le mandé." 
Los hábitos de la madre influirán en el niño para bien o para mal.  Ella misma debe regirse por buenos principios y practicar la temperancia y la abnegación, si procura el bienestar de su hijo.  

Habrá malos consejeros que dirán a la madre que le es necesario satisfacer todo deseo e impulso; pero semejante enseñanza es falsa y perversa.  La madre se halla por orden de Dios mismo bajo la obligación más solemne de ejercer dominio propio.

Tanto los padres como las madres están comprendidos en esta responsabilidad.  Ambos padres transmiten a sus hijos sus propias características, mentales y físicas, su temperamento y sus apetitos.  Con frecuencia, como resultado de la intemperancia de los padres, los hijos carecen de FUERZA FÍSICA y PODER MENTAL Y MORAL.  

Los que beben alcohol y los que usan tabaco pueden transmitir a sus hijos sus deseos insaciables, su sangre inflamada y sus nervios irritables, y se los transmiten en efecto.  

Los licenciosos legan a menudo sus deseos pecaminosos, y aun enfermedades repugnantes, como herencia a su prole.  

Como los hijos tienen menos poder que sus padres para resistir la tentación, hay en cada generación tendencia a rebajarse más y más. 

 Los padres son responsables, en alto grado, no solamente por las pasiones violentas y los apetitos pervertidos de 605 sus hijos, sino también POR LAS ENFERMEDADES de miles QUE NACEN SORDOS, CIEGOS, DEBILITADOS O IDIOTAS.

LA INFLUENCIA PRENATAL
La pregunta de todo padre y madre debe ser: "¿Cómo obraremos con el niño que nos ha de nacer?" 

Muchos han considerado livianamente el efecto de las influencias prenatales; pero las instrucciones enviadas por el Cielo a aquellos padres hebreos, y dos veces repetidas en la forma más explícita y solemne, nos indican cómo mira nuestro Creador el asunto.

Y no bastaba que el niño prometido recibiera de sus padres un buen legado.  Este debía ir seguido por una educación cuidadosa y la formación de buenos hábitos.  Dios mandó que el futuro juez y libertador de Israel aprendiese a ser estrictamente temperante desde la infancia.  

Había de ser nazareo desde su nacimiento, y eso le imponía desde un principio la perpetua prohibición de usar vino y bebidas alcohólicas.  

Las lecciones de templanza, abnegación y dominio propio deben enseñarse a los hijos desde la infancia.

La prohibición del ángel incluía toda "cosa inmunda." La distinción entre los comestibles limpios y los inmundos no era meramente un reglamento ceremonial o arbitrario, sino que se basaba en principios sanitarios.  

A la observancia de esta distinción se puede atribuir, en alto grado, la maravillosa vitalidad que por muchos siglos ha distinguido al pueblo judío.  Los principios de la templanza deben llevarse más allá del mero consumo de bebidas alcohólicas.  El uso de alimentos estimulantes indigestos es a menudo igualmente perjudicial para la salud, y en muchos casos, siembra las semillas de la embriaguez.  

La verdadera temperancia nos enseña a abstenernos por completo de todo lo perjudicial, y a usar cuerdamente lo que es saludable. 

 POCOS son los que comprenden debidamente la influencia que sus hábitos relativos a la alimentación ejercen sobre su salud, su carácter, su utilidad en el mundo y su destino eterno.  
El apetito debe sujetarse siempre a las facultades morales e intelectuales.  El cuerpo debe servir a la mente, y no la mente al cuerpo. 606

LAS DECISIONES DE SANSÓN
La promesa que Dios hizo a Manoa se cumplió a su debido tiempo con el nacimiento de un hijo, que fue llamado Sansón.  A medida que el niño crecía, se hacía evidente que poseía extraordinaria fuerza física.  Sin embargo, como bien lo sabían Sansón y sus padres, esta fuerza no dependía de sus firmes músculos, sino de su condición de nazareo, simbolizada por su pelo largo.

Si Sansón hubiera obedecido los mandamientos divinos tan fielmente como sus padres, habría sido su destino más noble y más feliz.

  Pero sus relaciones con los idólatras le corrompieron.  Como la ciudad de Sora estaba cerca de la región de los filisteos, Sansón trabó amistades entre ellos.  Así se crearon en su juventud intimidades cuya influencia entenebreció toda su vida.

  Una joven que vivía en la ciudad filistea de Timnah conquistó los afectos de Sansón, y él decidió hacerla su esposa.  La única contestación que dio a sus padres temerosos de Dios, que trataban de disuadirle de su propósito, fue: "Esta agradó a mis ojos." Los padres cedieron por fin a sus deseos, y la boda se efectuó.

Precisamente cuando llegaba a la edad viril, cuando debía cumplir su misión divina, el momento en que más fiel a Dios debiera haber sido, Sansón se emparentó con los enemigos de Israel.  No se preguntó si al unirse con el objeto de su elección podría glorificar mejor a Dios o si se estaba colocando en una posición que no le permitiría cumplir el propósito que debía alcanzar su vida.  
A todos los que tratan primero de honrarle a él, Dios les ha prometido sabiduría; pero no existe promesa para los que se obstinan en satisfacer sus propios deseos.

¡Cuántos hay que siguen el mismo camino que siguió Sansón! ¡Cuán a menudo se formalizan casamientos entre fieles e impíos, porque la inclinación domina en la lección de marido o mujer! 

Los contrayentes no piden consejo a Dios, ni procuran glorificarle.  El cristianismo debiera tener una influencia dominadora sobre la relación matrimonial; pero con demasiada frecuencia los móviles que conducen a esta unión 607 no se ajustan a los principios cristianos.  Satanás está constantemente tratando de fortalecer su poderío sobre el pueblo de Dios induciéndole a aliarse con sus súbditos; y para lograr esto, trata de despertar pasiones impuras en el corazón.  Pero en su Palabra el Señor ha indicado clara y terminantemente a su pueblo que no se una con aquellos en cuyo corazón no mora su amor.  "¿Qué concordia tiene Cristo con Belial? o ¿qué parte tiene el creyente con el incrédulo? y ¿qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos?" (2 Cor. 6: 15, 16, V.M.)

En el festín de su boda Sansón se relacionó familiarmente con los que odiaban al Dios de Israel.  Quienquiera que voluntariamente entabla relaciones tales se verá en la necesidad de amoldarse, hasta cierto grado, a los hábitos y costumbres de sus compañeros.  Pasar el tiempo así es peor que malgastarlo. Se despiertan y fomentan pensamientos, y se pronuncian palabras, que tienden a quebrantar los baluartes de los buenos principios y a debilitar la ciudadela del alma.

La esposa, para obtener cuya mano Sansón había transgredido el mandamiento de Dios, traicionó a su marido antes de que hubiese terminado el banquete de bodas.  Indignado por la perfidia de ella, Sansón la abandonó momentáneamente, y regresó solo a su casa de Sora.  Cuándo, después de aplacársele el enojo, volvió por su novia, la halló casada con otro.  La venganza que él se tomó al devastar todos los campos y viñedos de los filisteos, los indujo a asesinaría, a pesar de que las amenazas de ellos le habían hecho cometer el engaño que dio principio a la dificultad.  Sansón ya había dado pruebas de su fuerza maravillosa al matar solo y sin armas un leoncito, y al dar muerte a treinta de los hombres de Ascalón.  Ahora airado por el bárbaro asesinato de su esposa, atacó a los filisteos "e hiriólos ... con gran mortandad." Y entonces, deseando encontrar un refugio seguro contra sus enemigos, se retiró a "la cueva de la peña de Etam," en la tribu de Judá.

LA ACTITUD DEL PUEBLO
Fue perseguido a este sitio por una fuerza importante, y los habitantes de Judá, muy alarmados, convinieron VILMENTE en 608 entregarle a sus enemigos.  Por lo tanto, tres mil hombres de Judá subieron adonde él estaba.  Pero aun en número tan desproporcionado, no se habrían atrevido a aproximársele si no hubieran estado seguros de que él no haría ningún daño a sus conciudadanos Sansón les permitió que le ataran y le entregaran a los filisteos; pero primero exigió a los hombres de Judá que le prometieran no atacarlo, para no verse él obligado a destruirlos.  Les permitió que le ataran con dos sogas nuevas, y fue conducido al campamento de sus enemigos en medio de las demostraciones de gran regocijo que hacían éstos.  Pero mientras sus gritos despertaban los ecos de las colinas, "el espíritu de Jehová cayó sobre él." Hizo pedazos las cuerdas fuertes y nuevas como si hubieran sido lino quemado en el fuego.  Luego, asiendo la primera arma que halló a mano y que, si bien era tan sólo una quijada de asno, resultó más eficaz que una espada o una lanza, hirió a los filisteos hasta que huyeron aterrorizados, dejando mil muertos en el campo.

Si los israelitas hubiesen estado dispuestos a unirse con Sansón, para llevar adelante la victoria, habrían podido librarse entonces del poder de sus opresores.  Pero se habían desalentado y acobardado.  Por pura negligencia habían dejado de hacer la obra que Dios les había mandado realizar, en cuanto a desposeer a los paganos, y se habían unido a ellos en sus prácticas degradantes.  Toleraban su crueldad y su injusticia, siempre que no fuese dirigida contra ellos mismos.  Cuando se los colocaba bajo el yugo del opresor se sometían mansamente a la degradación que habrían podido eludir si tan sólo hubiesen obedecido a Dios.  Aun cuando el Señor les suscitaba un libertador, con frecuencia le abandonaban y se unían con sus enemigos.

Después de su victoria, hicieron los israelitas juez a Sansón, y gobernó a Israel durante veinte años.  Pero un mal paso prepara el camino para otro.  Sansón había violado el mandamiento de Dios tomando esposa de entre los filisteos, y otra vez se aventuró a relacionarse con los que ahora eran sus 609 enemigos mortales, para satisfacer una pasión ilícita.  Confiando en su gran fuerza, que tanto terror infundía a los filisteos, fue osadamente a Gaza para visitar a una ramera de aquel lugar.  Los habitantes de la ciudad supieron que estaba allí y desearon vengarse.  Su, enemigo se había encerrado dentro de las murallas de la más fortificada de todas sus ciudades; estaban seguros de su presa, y sólo esperaban el amanecer para completar su triunfo.  

A la media noche Sansón despertó.  La voz acusadora de la conciencia le llenaba de remordimiento, mientras recordaba que había quebrantado su voto de nazareo.  Pero no obstante su pecado, la misericordia de Dios no le había abandonado.  Su fuerza prodigiosa le sirvió una vez más para libertarse.  Yendo a la puerta de la ciudad, la arrancó de su sitio y se la llevó con sus postes y su cerrojo a la cumbre de una colina en el camino a Hebrón.

Pero ni aun esta arriesgada escapada refrenó su mal proceder.  No volvió a aventurarse entre los filisteos, pero continuó buscando los placeres sensuales que le atraían hacia la ruina. 

DALILA 
 "Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec," a poca distancia de donde había nacido él.  Ella se llamaba Dalila, "la consumidora." El valle de Sorec era famoso por sus viñedos; y éstos también tentaban al vacilante nazareo, quien había hecho ya consumo de vino, quebrantando así otro vínculo que, le ataba a la pureza y a Dios.  Los filisteos observaban cuidadosamente los movimientos de su enemigo, y cuando él se envileció por esta nueva unión decidieron obtener su ruina por medio de Dalila.

Una embajada compuesta por uno de los hombres principales de cada provincia filistea fue enviada al valle de Sorec.  No se atrevían a prenderle mientras estaba en posesión de su gran fuerza, pero tenían el propósito de averiguar, si posible fuera, el secreto de su poder.  Por consiguiente, sobornaron a Dalila para que lo descubriera y se lo revelara a ellos.

Al verse Sansón acosado por las preguntas de la traidora, la engañó diciéndole que las debilidades de otros hombres le 610 sobrevendrían si se pusieran en práctica ciertos procedimientos.  Cuando ella hizo la prueba, se descubrió el engaño.  

Entonces le acusó de haberle mentido y le dijo: "¿Cómo dices, Yo te amo, pues que tu corazón no está conmigo?  Ya me has engañado tres veces, y no me has aun descubierto en qué está tu gran fuerza." Tres veces tuvo Sansón la más clara manifestación de que los filisteos se habían aliado con su hechicera para destruirle; pero cuando ella fracasaba en su propósito hacía de ello un asunto de broma, y él ciegamente desterraba todo temor.

Día tras día Dalila le fue instando con sus palabras hasta que "su alma fue reducida a mortal angustia." Sin embargo, una fuerza sutil le sujetaba al lado de ella.  Vencido por último, Sansón le dio a conocer el secreto: "Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre.  Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mi, y seré debilitado, y como todos los hombres."

En seguida envió Dalila un mensajero a los señores de los filisteos, pata instarles a venir sin tardanza alguna.  Mientras el guerrero dormía, se le cortaron las espesas trenzas de la cabeza.  Luego, como lo había hecho tres veces antes, ella gritó: "¡Sansón, los Filisteos sobre ti!" Despertándose repentinamente, quiso hacer uso de su fuerza como en otras ocasiones, y destruirlos; pero sus brazos impotentes se negaron a obedecerle, y entonces se dio cuenta de "que Jehová ya se había de él apartado." 

Cuando se lo hubo rapado, Dalila empezó a molestarle y a causarle dolor para probar su fuerza; pues los filisteos no se atrevían a aproximársele hasta que estuvieran plenamente convencidos de que su fuerza había desaparecido.  Entonces le prendieron, y habiéndole sacado los ojos, lo llevaron a Gaza.  Allí quedó atado con cadenas y grillos en la cárcel y condenado a trabajos forzados.

¡Cuán grande era el cambio para el que había sido juez y campeón de Israel, al verse ahora débil, ciego, encarcelado, rebajado a los menesteres más viles!  Poco a poco había violado 611 las condiciones de su sagrada vocación.  Dios había tenido mucha paciencia con él; pero cuando se entregó de tal manera al poder del pecado que traicionó su secreto, el Señor se apartó de él y le abandonó.  No había virtud alguna en sus cabellos largos, sino que eran una señal de su lealtad a Dios; y cuando sacrificó ese símbolo para satisfacer su pasión, perdió también para siempre las bendiciones que representaba.

EN EL SUFRIMIENTO Y LA HUMILLACIÓN, mientras era juguete de los filisteos, Sansón aprendió más que nunca antes acerca de sus debilidades; y sus aflicciones le llevaron al arrepentimiento. 

 A medida que el pelo crecía, le volvía gradualmente su fuerza; pero sus enemigos, considerándole como un prisionero encadenado e impotente, no sentían aprensión alguna.

LA MUERTE DE SANSÓN
LOS FILISTEOS ATRIBUÍAN su victoria a sus dioses; y regocijándose, desafiaban al Dios de Israel.  Se decidió hacer una fiesta en honor de Dagón el dios pez, "protector del mar." De todos los pueblos y campos de la llanura filistea, se congregaron la gente y sus señores.  Muchedumbres de adoradores llenaban el gran templo y las galerías alrededor del techo.  Era una ocasión de festividad y regocijo.  Resaltó la pompa de los sacrificios, seguidos de música y banqueteo.  

Entonces, como trofeo culminante del poder de Dagón, se hizo traer al Sansón.  Grandes gritos de regocijo saludaron su aparición.  El pueblo y los príncipes se burlaron de su condición miserable y adoraron al dios que había vencido "al destruidor de nuestra tierra."

Después de un rato, como si estuviese cansado, Sansón pidió permiso para descansar apoyándose contra las dos columnas centrales que sostenían el techo del templo.  ELEVÓ ENTONCES EN SILENCIO LA SIGUIENTE ORACIÓN: "Señor Jehová, acuérdate ahora de mi, y esfuérzame, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los Filisteos." Con estas palabras abrazó las columnas con sus poderosos brazos; y diciendo: "Muera yo con los Filisteos," se inclinó; y cayó el techo, matando de un solo golpe a toda la vasta multitud que estaba allí.  "Y fueron muchos más los que de 612 ellos mató muriendo, que los que había muerto en su vida."

El ídolo y sus adoradores, los sacerdotes y los campesinos, los guerreros y los nobles, quedaron sepultados juntos debajo de las ruinas del templo de Dagón.  Y entre ellos estaba el cuerpo gigantesco de aquel a quien Dios había escogido para que libertase a su pueblo.  Llegaron a la tierra de Israel las nuevas del terrible derrumbamiento, y los parientes de Sansón bajaron de las colinas, y sin oposición rescataron el cuerpo del héroe caído.  "Y lleváronle, y le sepultaron entre Sora y Esthaol, en el sepulcro de su padre Manoa."

CONCLUSIÓN
La promesa de Dios de que por medio de Sansón comenzaría "a salvar a Israel de manos de los Filisteos" se cumplió; pero ¡cuán sombría y terrible es la historia de esa vida que habría podido alabar a Dios y dar gloria a la nación!  

SI SANSÓN hubiera sido fiel a su vocación divina, se le habría honrado y ensalzado, y el propósito de Dios se habría cumplido.  Pero él cedió a la tentación y no fue fiel a su cometido, y su misión se cumplió en la derrota, la servidumbre y la muerte.

Físicamente, fue Sansón el hombre más fuerte de la tierra; pero en lo que respecta al dominio de sí mismo, la integridad y la firmeza, fue uno de los más débiles.  

Muchos consideran erróneamente las pasiones fuertes como equivalente de un carácter fuerte; pero lo cierto es que el que se deja dominar por sus pasiones es un hombre débil.  

La verdadera grandeza de un hombre se mide por el poder de las emociones que él domina, y no por las que le dominan a él.

El cuidado providencial de Dios había asistido a Sansón, para que pudiera prepararse y realizar la obra para la cual había sido llamado.  Al principio mismo de la vida se vio rodeado de condiciones favorables para el desarrollo de su fuerza física, vigor intelectual y pureza moral.  PERO BAJO LA INFLUENCIA DE AMISTADES y relaciones impías, abandonó aquella confianza en Dios que es la única seguridad del hombre, y fue arrebatado por la marea del mal.

Los que mientras cumplen su deber son sometidos a pruebas pueden tener la seguridad de que 613 Dios los guardará; pero si los hombres se colocan voluntariamente bajo el poder de la tentación, caerán tarde o temprano.

¡OJO! Aquellos mismos a quienes Dios quiere usar como sus instrumentos para una obra especial son los que con todo su poder Satanás procura extraviar. 

Nos ataca en nuestros puntos débiles y obra por medio de los defectos de nuestro carácter para obtener el dominio de todo nuestro ser, pues sabe que si conservamos estos defectos él tendrá éxito.

Pero nadie necesita ser vencido.  No se le deja solo al hombre para que venza el poder del mal mediante sus débiles esfuerzos.  Hay ayuda puesta a su disposición, y ella será dada a toda alma que realmente la desee.  Los ángeles de Dios que ascienden y descienden por la escalera que Jacob vio en visión, ayudarán a toda alma que quiera subir hasta el cielo más elevado. PPEGW 

*El hombre más fuerte del mundo, que jamás haya existido. Pero débil moral y espiritualmente. Eso fue Sansón. Pero al margen de toda la flaqueza humana. Murió cumpliendo su misión. 
Ministerio Hno. Pio 

137. ¡OTRA VEZ EFRAÍN!


1 ENTONCES se reunieron los varones de Efraín, y pasaron hacia el norte, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo?  Nosotros quemaremos tu casa contigo.
2 Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo teníamos una gran contienda con los hijos de Amón, y os llamé, y no me defendisteis de su mano.
3 Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón, y Jehová me los entregó; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?

4 Entonces reunió Jefté a todos los varones de Galaad, y peleó contra Efraín; y los de Galaad derrotaron a Efraín, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín, vosotros los galaaditas, en medio de Efraín y de Manasés.
5 Y los galaaditas tomaron los vados del Jordán a los de Efraín; y aconteció que cuando decían los fugitivos de Efraín: Quiero pasar, los de Galaad les preguntaban: ¿Eres tú efrateo?  Si él repondía: No,
6 entonces le decían: Ahora, pues, di Shibolet.  Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente.  Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán.  Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos mil.

7 Y Jefté juzgó a Israel seis años; y murió Jefté galaadita, y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad. Jueces 12:1-7.

¿La necedad puede ser hereditario?
Esta vez la tribu de Efraín ya no se encontró con un caballero Cortez y humilde, como fue Gedeón. A quien también provocaron. Jueces 8:1-3.
Sino que recibieron lo que estaba buscando hace mucho tiempo. Porque se creían la tribu más importante. Querían que todos le preguntaran antes de hacer algo. Mientras ellos dejaban pasar los hechos. Como lo fue en el tiempo de Gedeón. Donde veían a los enemigos arrasar con los sueños de Israel y no hacían nada. Solo querían que se le consultara antes, de actuar. 
Entonces Efraín con amenazas de atacar a Jefté, movilizaron sus fuerzas. 

1. HACIA EL NORTE.
Heb. tsafónah.  Galaad estaba al este y al noreste de Efraín.  Por eso la mayoría de las traducciones dan esta palabra como nombre propio ("Safón" BJ, NC).  En el valle del Jordán había una aldea de nombre Zafón, del lado de Galaad, no lejos de Sucot (Jos. 13: 27).
No nos llamaste.
Tanto en este pasaje como en Juec.  8: 1-3 se presenta un aspecto desfavorable de la tribu de Efraín. 

 En el momento de la opresión los efrainitas permanecían pasivos, y cuando otros habían tomado la iniciativa y ganado la victoria, eran arrogantes. 

 GEDEÓN había hecho la paz con ellos y había pasado por alto su falta de tino, pero JEFTÉ no estaba dispuesto a dejarse dominar por ellos.  Su supuesta queja surgía del deseo que abrigaban de ser la principal tribu de los israelitas.  Su orgullo los hacía sentirse ofendidos por no haber participado en la gloria de la victoria.  Además, le negaban a Galaad el derecho de actuar en forma independiente, y mucho menos de escoger un dirigente.

2. Y OS LLAMÉ, Y NO ME DEFENDISTEIS DE SU MANO.
En la parte anterior del relato no se menciona que fuera llamada ninguna de las tribus de la Canaán occidental para que ayudaran a repeler a los opresores.  En esos pasajes el autor había narrado sólo los hechos destacados.

3. ¿POR QUÉ, PUES...?
Los efrainitas eran más culpables, si eso fuera posible, que los mismos amonitas. Sería difícil saber si la respuesta de Jefté fue pronunciada con espíritu conciliatorio.  De cualquier modo, los efrainitas parecen no haber estado satisfechos con su razonamiento, pues hubo guerra civil a continuación.

4. TODOS LOS VARONES DE GALAAD.
Es probable que se hubiera incluido a todos los israelitas que vivían al este del Jordán.  Señales mediante fogatas y el sonar de las trompetas pronto podrían haber hecho llegar la convocatoria a las armas en todas las aldeas de las tribus orientales.

Porque habían dicho.
A pesar de la respuesta razonable dada por Jefté, los efrainitas parecen haber precipitado el conflicto con burlas intolerables.

Fugitivos de Efraín.
No puede captarse todo el alcance de este insulto, pues se desconocen muchos detalles de lo ocurrido.  Parece que había un grave resentimiento entre los de Manasés que vivían al este del Jordán, y el resto de los de Manasés y sus parientes cercanos, los efrainitas, de la Palestina occidental.  Los de Manasés orientales habían dejado languidecer sus relaciones familiares y se identificaban cada vez más con las tribus de pastores de Rubén y Gad entre quienes vivían.  Por este cisma de las relaciones familiares, los efrainitas se burlaban de ellos llamándolos fugitivos, es decir, la escoria y la clase más baja de los parientes de las tribus del oeste.

5. VADOS DEL JORDÁN.
Sólo por estos vados los efrainitas podían cruzar el Jordán para regresar rápidamente a su propio territorio.
Los fugitivos de Efraín.
Son las mismas palabras que habían usado poco antes los efrainitas* para burlarse de los hombres de Galaad. Pero en esta ocasión los efrainitas eran los fugitivos.

¿Eres tú efrateo?
En los vados había bastante movimiento de personas desde un lado del Jordán al otro.  El propósito de la pregunta era distinguir entre los fugitivos y los inofensivos viajeros y mercaderes.  Los que se habían jactado de su tribu poco tiempo antes, estaban ahora dispuestos a negar su relación con ella a fin de salvar la vida.

6. AHORA, PUES, DI SHIBOLET.
Es probable que se hubiera escogido al azar una de entre las palabras que comenzara con la letra shin.  Cualquier otra palabra que comenzara con la misma letra hubiera servido de igual manera.  Los hebreos que vivían al este del Jordán pronunciaban esa shin de una manera, y los del oeste, de otra.  Los primeros decían shibbolet, mientras que los otros decían sibbolet, usando para la consonante un sonido más suave.  Era una de esas diferencias dialectales que surgen con el correr de los años.  Shibbolet significa "corriente de agua".

7. Y JEFTÉ JUZGÓ A ISRAEL SEIS AÑOS.
El período de gobierno de Jefté fue el más corto de todos los jueces.  Es posible que hubiera caído en batalla mientras peleaba contra otros enemigos israelitas. CBA

*La muerte llega a todos. seas bueno o malo. tarde o temprano. Cuando llega, todo lo que vivimos es nada. Se reduce a un momento de recuerdos rápidos de toda nuestra vida. Si has vivido fiel y confiando en el Señor; el temor será mínimo y habrá confianza y paz. 

Jefté. no tuvo la dicha de tener una madre cerca en su niñez. Y eso marca a cualquiera. Porque esa construcción de célula a célula, desde la concepción; une al hijo (a), con la madre con vínculos que deben desarrollarse después del nacimiento. 
Por eso los primeros 7 años son vitales en la existencia del futuro adulto. Y por lo que se ve en el capítulo 11:3. Andaba con gente de dudosa reputación. Pero gracias a Dios. Eso, gracias a la compasión de Dios. Que permitió que la crisis política, y de una guerra inminente; hizo que fuera requerido sus habilidades para defenderlos. 

Y desde ese momento fue usado por Dios. De lo contrario hubiera terminado, quizá perdido y lejos de su pueblo.  
Pero aprovechó su oportunidad que Dios le daba. Y ocupó su lugar, lugar en que debería estar. 
Así como Jefté. Que es uno de los ejemplos bíblicos. Nosotros debemos gastar tiempo en entender; ¿Cuál es lugar que nos asignó el Señor en la vida? ¿Cuál es mi lugar en la vida? 

¿Ya entendiste y ocupaste tu lugar asignado por Dios?
Porque solo esto tenemos: 
“Demostrar en esta vida; si merecemos la vida eterna” 
Y los requisitos están a nuestro alcance. 
Escritos en su palabra. 
Dios te bendiga.

 ¡Nos vemos en la Tierra Nueva! 
Eclesiastés 12:13,14; Juan 3:16-; Apoc. 22. 
Ministerio Hno. Pio

miércoles, 21 de agosto de 2019

136. JEFTÉ “EL CAUDILLO DE ISRAEL”


Jueces 9:1-40. 
I. Origen.
II. Diferencias Familiares.
III. Caudillo De Israel.
IV. Guerra Con Amón.
V. Promesa Temeraria.
VI. Derrota De Amón.
VII. Víctima De La Promesa.

I.- ORIGEN.
1 JEFTÉ galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad.

*Jefté. Literalmente, "él abrirá". Algunos piensan que este nombre podría haber sido una forma corta de Jefte-el (Jos. 19: 14, 27), que significa "Jehová abrirá".

Ramera.
Su madre no tenía siquiera la posición de concubina o esposa inferior.  Era una mera prostituta, y por eso parece que el padre llevó al niño a su casa y lo crió allí, indicando así su deseo de tratarlo como a un hijo legítimo.

El Padre De Jefté Era Galaad.
En este pasaje Galaad es una persona. Todas las otras veces que aparece en este relato, excepto en el vers. 2, se refiere a la región de Galaad.  Manasés tenía un nieto de nombre Galaad, y por él se llamó Galaad a esta zona (Núm. 26: 29, 30; Jos. 17: 1; 1 Crón. 7: 14-17).  Pero es poco probable que él hubiera sido el padre de Jefté.  Si así fuera, los acontecimientos aquí registrados con referencia a Jefté tendrían que haber estado entre los primeros del libro de Jueces.  Resulta difícil que sólo transcurrieran cuatro generaciones desde la opresión en Egipto hasta este punto en el período de los Jueces.  Es probable que el padre de Jefté fuera otro hombre de la tribu de Manasés, que también llevaba el conocido nombre tribal.  Debiera notarse que la narración comienza unos años antes para explicar algo acerca de la familia de Jefté.

II.- DIFERENCIAS FAMILIARES.
2 Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. 3 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

2. La mujer de Galaad.
Esta era su esposa legítima, con la cual tuvo después varios hijos.
Echaron fuera a Jefté.
Después que los hijos legítimos crecieron, y quizá después de la muerte del padre, echaron a Jefté de la casa para impedir que compartiese la heredad, aunque el padre, al traer a Jefté a la casa, evidentemente deseaba considerarlo como hijo legítimo.  La actitud de estos hermanos con toda probabilidad estaba en armonía con 372 las leyes y tradiciones familiares de la época, y puede haber encontrado cierto apoyo en la rigurosa interpretación de la ley de Moisés (Deut. 23: 2, 3).

Otra mujer.
Puede referirse sencillamente a otra mujer que no era la esposa legal, o podría también dar a entender que era de una raza extranjera.

3. Tob.
Un lugar llamado Is-tob figura en la lista de pequeños Estados arameos al este del Jordán, de entre los cuales los amonitas consiguieron tropas mercenarias para pelear contra David (2 Sam. 10: 6-8).

Hombres ociosos.
Literalmente, "hombres vacíos", es decir, pobres, sin propiedades ni empleo, ni preparación para ganarse la vida, fuera de su habilidad para pelear.  No eran necesariamente hombres carentes de cualidades morales, sino más bien que no habían prosperado, por lo cual vivían desconformes y necesitados.

Salían con él.
"Hacía correrías con él" (BJ).  En cierto sentido eran aventureros que se ganaban la vida como mercenarios, espías o guardias.  Como más tarde lo haría David (1 Sam. 22: 1,2; 25:1-35), recibían presentes a cambio de proteger a los ricos de los ladrones o por repeler pequeñas incursiones de los invasores del desierto.  Con estas actividades Jefté se granjeó la reconocida fama de ser valiente, sagaz y emprendedor.  En la Epístola a los Hebreos (1 l: 32) se lo menciona como hombre de fe.

III.- EL CAUDILLO DE ISRAEL.
4 Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.
5 Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob;
6 y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe , para que peleemos contra los hijos de Amón.
7 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?

8 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón y seas caudillo de de todos los que moramos en Galaad.
9 Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad. Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos  de Amón, y Jehová los entregare delante de mí. ¿seré yo vuestro caudillo?
10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéramos como tú dices.
11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.
***********************************
Vers. 4-11.
4. Andando el tiempo.
Transcurrieron años hasta que las incursiones de los amonitas en territorio de Israel llegaron al punto donde el autor había dejado su narración (cap. 10: 18), a fin de relatar algo de la historia de Jefté.

5. Los ancianos.
Los jefes de familias y de clanes.

Fueron a traer.
Los ancianos habían estado buscando a alguien que organizara el ataque contra los amonitas, pero ninguno de los habitantes de Galaad tenía las habilidades ni la fama como para ganarse la confianza de los jefes de las tribus a fin de dirigir la azarosa empresa.  Todos habían oído de las proezas de Jefté y de su grupo de guerreros, y al elegir un dirigente, la elección recayó en él.

6. Jefte.
Heb. qatsin, de la raíz qatsah, "decidir", "juzgar".  Es probable que su primera tarea fuera la de presidir en la guerra.  Estaban dispuestos a concederle poderes dictatoriales mientras durara la guerra.  En ese sentido lo estaban invitando como mercenario.

7. Me hechais.
Es evidente que Jefté había sido echado no sólo de su casa, sino también de su tribu y de su país, porque los derechos tribales y hereditarios se acompañaban. Cuando una persona era expulsada de su casa, era proscrita, nómada, ya no tenía familia que la ayudase ni protegiera sus posesiones.
También se ve que los ancianos de Israel habían apoyado a los hermanos de Jefté cuando éstos lo habían echado de su casa, porque él los acusa de haberlo aborrecido y de haber consentido en que fuera expulsado.  Aún creía que se había actuado injustamente con él; aunque no se hubiera violado la letra de la ley, habían ignorado los deseos de su padre.  
El pretexto del derecho legal muchas veces no es más que un disfraz de los peores males y las heridas más profundas.

8. Por esta  misma causa.
No se sabe con exactitud si la respuesta de los ancianos se refiere a la primera o a la segunda parte de lo que Jefté acaba de decir.  Puede entenderse en ambas formas.  Si se refiere a la primera parte, reconocieron que no lo habían tratado correctamente, y "por esta misma causa" querían reparar su mala acción; si se toma en el segundo sentido, quisieron decir: "Así es; pero como estamos en gran aprieto acudimos a tí en busca de ayuda para proteger nuestro territorio".

Seas caudillo.
Además del primer ofrecimiento de ser el jefe militar (vers. 6), prometen nombrarlo caudillo de todos los clanes de Galaad, tanto en la paz como en la guerra.

9. ¿Seré yo vuestro caudillo?
El patriotismo de Jefté no parecería haber sido totalmente desinteresado.  Pero, considerando que antes se lo había expulsado de su tribu y se le había negado su herencia, buscaba alguna garantía de que la promesa se cumpliría.  Deseaba estar seguro de que no hubiera incomprensión alguna.  Era prudente que entonces hiciera un arreglo para el futuro, ya que trataba con personas de las cuales tenía razón para desconfiar.
Aunque en lo que pidió Jefté pudo haber cierto elemento de egoísmo, su prudencia al querer dejar en claro el trato antes de proseguir con lo propuesto debería imitarse más a menudo.  Los cristianos demuestran sabiduría cuando son claros y explícitos en sus 373 convenios para que después no pueda haber lugar a dudas o recriminaciones.  El Señor es Dios de orden y claridad, no de ambigüedad.

10. Jehová sea testigo.
Literalmente, "Jehová sea oidor entre nosotros".  "Yahveh sea testigo entre nosotros" (BJ).  El Señor debía tomar nota de su convenio y vigilaría entre ellos cuando no estuvieran juntos, para que cumplieran su promesa (ver Gén. 31: 49).  Los ancianos pidieron al Señor, a quien acababan de renovar su lealtad, que fuera testigo de que aceptaban las condiciones de Jefté.

11. Lo eligió por su caudillo.
La promesa de los ancianos fue confirmada por el pueblo, el que instituyó a Jefté como dirigente civil y militar de las tribus que vivían al este del Jordán.

Habló todas sus palabras.
"Jefté repitió todas sus condiciones delante de Yahvéh en Mispá" (BJ).  Este pasaje no es totalmente claro.  Podría significar que Jefté prestó juramento, especificando las condiciones de su gobierno, o que dijo al pueblo, en una asamblea religiosa, lo que debía hacer para derrotar a sus enemigos, o que no deseaba iniciar una campaña contra los amonitas sin pedir consejo del Señor.

En Mizpa.
El lugar donde las tribus se habían reunido para resistir el avance de los amonitas (cap. 10: 17).

IV.- GUERRA CON AMÓN.
12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra?
13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz.
14 Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los amonitas,
15 para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón.
16 Porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades.
17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra; pero el rey de Edom no los escuchó.  Envió también al rey de Moab, el cual tampoco quiso; se quedó, por tanto, Israel en Cades.
18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado orienta¡ de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, y no entró en territorio de Moab; porque Arnón es territorio de Moab.
19 Y envió Israel mensajeros a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar.
20 Mas Sehón no se fio de Israel para darle paso por su territorio, sino que reuniendo Sehón toda su gente, acampó en Jahaza, y peleó contra Israel.
21 Pero Jehová Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los derrotó; y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país.
22 Se apoderaron también de todo el territorio del amorreo desde Arnón hasta.Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.
23 Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él?
24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu  371 dios, ¿no lo poseerías tú?  Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos.
25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos?
26 Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo?
27 Así que, yo nada he pecado contra tí mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, JUZGUE HOY entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.
28 Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió.
29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
***********************************
Vers. 12-29.
12. Envió Jefté mensajeros.
Antes de trabarse en lucha con los amonitas, Jefté se hizo anunciar como el nuevo caudillo de los galaaditas mediante un intercambio de mensajes con el rey de los invasores enemigos.  Habló en nombre de Israel como un príncipe reconocido.  En el mensaje presentó una protesta formal por la invasión amonita.

¿Qué tienes tú?
Es decir: "¿Qué asunto tenemos el uno con el otro?" ¿Qué razón tienes tú para invadir nuestro país?  Aunque Jefté era un valiente guerrero, no se deleitaba en la guerra, sino que prefería evitarla mediante negociaciones pacíficas.  Deseaba resolver la disputa con justicia.  Si los amonitas podían convencerlo de que Israel les había hecho algún mal, estaba dispuesto a devolverles lo que les pertenecía.  Y si no, estaba listo a defender la causa de Israel, aunque ello significara guerra.

13. Por cuanto Israel.
El rey de Amón declaró con exactitud la causa de su querella. Pretendía que toda la tierra de Galaad entre el Arnón y el Jaboc pertenecía a los amonitas, y exigía como única condición de paz que se le devolviera.  Esto no era así.  A los israelitas se les había prohibido guerrear contra los moabitas y amonitas (Deut. 2: 9, 19), así que dieron un rodeo en torno de Moab, rehuyendo también entrar en el territorio de Amón, que estaba junto al desierto; habían cruzado el Arnón y entrado en el territorio de Sehón, rey de los amorreos.  Es verdad que antes Sehón había quitado este territorio a Moab y Amón (Núm. 21: 21-30; Jos. 13: 25), pero ése era un asunto con el cual los israelitas nada tenían que ver.  Cuando conquistaron ese territorio, era de otro.

Desde Arnón hasta Jaboc.
El profundo y escarpado valle del Arnón que formaba el límite sur de Israel, separaba a la tribu de Rubén de Moab.  Hay unos 80 km entre el Arnón y el río Jaboc, al norte.  Se habían dado a Rubén y a Gad los cerros y valles de esta región porque eran terrenos apropiados para el pastoreo.  Esta faja entre el Jordán y el desierto tenía unos 30 km de ancho.

14. Volvió a enviar otros mensajeros.
Da testimonio de la naturaleza pacífica de Jefté, y es digno de encomio el que aún estuviese intentando terminar esta controversia mediante negociaciones, para así evitar un inútil derramamiento de sangre.

15. Israél no tomó.
Jefté refutó las declaraciones del rey de Amón.  Mostró que los amonitas y los moabitas, que parecían estar unidos en sus demandas contra Israel, no tenían derecho legal al territorio entre el Arnón y el Jaboc.  Para demostrarlo describió en detalle lo que había ocurrido cuando los israelitas se apoderaron de ese territorio.  Habían conquistado el país de Sehón, rey de los amorreos, y no estaban dispuestos a discutir en cuanto a quién habría sido el dueño anterior.

Tierra de Moab. 
En toda su negativa, Jefté puso juntos a los moabitas y a los amonitas, como si hubieran sido un solo pueblo.  En el vers. 24, Quemos, dios de los moabitas, es llamado dios del rey de Amón.  De esto se ha deducido que en ese tiempo quizá el rey de Amón dominaba también a los moabitas por la fuerza o mediante alguna alianza matrimonial, de modo que sólo un rey gobernaba en ambos países.  El dios nacional de Amón era Milcom o Moloc (ver com.  Lev.  18: 2 l).

16. Llegó a Cedes.
En esa zona acamparon los israelitas durante sus 40 años de peregrinaciones (ver Núm. 20: l; cf.  Núm. 33: 37, 38; Deut.1: 46; 2: 14 ). 374 Este lugar, algunas veces llamado Cades-barnea, no se ha identificado con toda precisión, pero parece haber estado cerca de 'Ain Qedeis, en el Neguev, a unos 80 km al sur de Beerseba.

17. Rey de Edom.
Ver Núm. 20: 14-22; PP 447-459.

Rey de Moab.
Moisés no registra este incidente, pero sí afirma que los israelitas no entraron en el territorio de Moab (Deut. 2: 9).  En Deut. 2: 29 se sugiere que Moab pudo haberles negado el paso así como lo había hecho Edom.

19. Rey de los amorreos.
Ver Núm. 21:21-24; Deut. 2: 24-36.  El territorio de Sehón quedaba desde el Arnón hasta el Jaboc al norte, y desde el Jordán hasta el territorio amonita al este (ver Juec.  11: 22).  Su capital, Hesbón y todo el territorio circundante había pertenecido antes a Moab (Núm. 21: 26). Con frecuencia los autores bíblicos posteriores relacionan a Hesbón con los moabitas y amonitas (Isa. 15: 4; 16: 8, 9; Jer. 48: 2, 34, 45; 49: 3).

Hasta mi lugar.
El plan original era que todo Israel se estableciera al oeste del Jordán (ver Deut. 2: 29), pero la hostilidad de Sehón obligó a los israelitas a derrotarlo para que pudieran llegar hasta el Jordán, a fin de cruzarlo para entrar en Canaán.  Después de la derrota de Sehón, cuando su territorio estuvo en manos de los israelitas, las tribus de Rubén y Gad y la media tribu de Manasés formularon un pedido especial para que Moisés les permitiera establecerse en ese territorio (Núm. 32: 1-33).

20. Jahaza.
Esta aldea probablemente estaba inmediatamente al norte del río Arnón, el cual los israelitas se prepararon para cruzar e invadir el país de Sehón.  Siglos más tarde, Jahaza aparece en la Piedra Moabita como aldea de Israel.

22. Todo el territorio.
Este era precisamente el territorio que los amonitas ahora reclamaban como propio.

23. Desposeyó al amorreo.
La tierra que los israelitas quitaron a los amorreos pasó a ser de ellos, sin importar quiénes hubieran sido sus dueños anteriores.  No habían luchado contra los amonitas ni habían tomado sus tierras (Núm. 21: 24; Deut. 2: 37).
¿Pretendes tú apoderarte de él?
Según la ley primitiva de las naciones, este territorio era claramente de Israel. ¿Por qué pensaban los amonitas que tenían derecho a él?  La pregunta de Jefté expresa indignación y sorpresa.

24. Quemos tu Dios.
Milcom y no Quemos, era el dios nacional de los amonitas (1 Rey. 11: 5, 33).  Quemos era el dios de los moabitas.  Se ha explicado que la designación de Quemos como dios amonita indica que en este momento el rey de Amón podría haber estado reinando sobre Moab y Amón.  Las dos naciones tenían parentesco de sangre y similitud de costumbres (ver Gén. 19: 37, 38; Juec. 3: 12, 13).  La mención de Quemos era muy apropiada, pues el territorio en litigio una vez había pertenecido a los moabitas, pero Quemos no había podido salvarlo de los amorreos invasores.  En la inscripción de la Piedra Moabita, Mesa, rey de Moab (2 Rey. 3: 4, 5), atribuye todas las victorias moabitas a la buena voluntad de Quemos, y todas las derrotas a su ira.
Jefté señaló que si Amón se negaba a reconocer los derechos que Israel tenía sobre ese territorio, al mismo tiempo socavaba, en principio, el derecho que él mismo tenía de poseer el país donde vivía.
Jefté intentaba hacer la paz por medios diplomáticos.  En estas circunstancias no pretendía que el Dios de Israel debía dominar todo.  Por otra parte, es posible que, por haberse criado como exiliado entre paganos, no comprendiera plenamente que Jehová era el Dios de toda la tierra.

25. Balac.
Ver Núm. 22: 1 a 24: 25.  Aunque Israel había tomado el territorio de Sehón, que antes había sido de Moab, en ese momento el rey de Moab por lo visto no pretendió que fuera suya la región que acababan de conquistar.  Había luchado contra Israel por odio y no porque pretendiese que la tierra conquistada a los amorreos fuera suya (Jos. 24: 9). ¿Cómo, pues, podrían ser válidas las pretensiones de Amón siglos más tarde?  Sin duda el rey moabita había reconocido claramente el derecho de conquista.  Si la tierra le hubiese pertenecido en verdad, ¿por qué no la había reclamado antes?  Este era un argumento importante para apoyar la justicia de la causa de Israel.

26. Trescientos años.
Con referencia a la cronología del período de los jueces, ver págs.131,132.

27. Juzgue hoy.
Jefté concluye su argumento pidiendo a Dios que aprobara la justicia 375 de su pleito. Era diferente el concepto que tenían los hebreos de su Dios del que los paganos tenían de los suyos.  Los hebreos creían que el Dios de ellos era justo y moral. En este reconocimiento del carácter moral de Dios estaba uno de los puntos de superioridad de la creencia israelita, en relación con la de sus vecinos paganos. Jefté declara que si los amonitas desean decidir el caso mediante el uso de armas, está dispuesto a confiar que Dios decidirá con justicia quién tiene razón, y le dará la victoria a quien corresponda.
Estos versículos demuestran la diplomacia franca, honrada y firme, pero a la vez conciliatoria, que usó Jefté.  Había insistido que eran tres las razones que fundamentaban la posición de Israel: (1) el derecho de la conquista directa, no en lucha contra Amón sino contra los amorreos (vers. 15-20); (2) la decisión de Dios (vers. 21-24), que Jefté apoyaba sugiriendo con toda diplomacia que aun el propio dios de Moab no se había opuesto a la conquista de Sehón; (3) la posesión indiscutida de la tierra durante un largo período (vers. 25, 26).  Concluyó apelando a Dios para que aprobara la justicia de su causa.

28. No atendió.
Es evidente que el rey de Amón ni se molestó en responder a los argumentos de Jefté.  Sólo le importaba el argumento de la espada.

29. Espíritu de Jehová.
La presencia del Espíritu Santo es lo que hace que el servicio para Dios sea eficaz para el bien.  Puede haber mucha actividad y febril ansiedad, pero a menos que la obra sea santificada por la presencia y el poder del Espíritu, se lograrán pocos resultados buenos y perdurables.

Pasó. Jefté recorrió Galaad y todo el territorio de Manasés reclutando más tropas.  Atravesó el país de un extremo al otro para encender la antorcha de la guerra y para animar a la población a fin de que resistiera a los invasores amonitas.  En el cap. 12: 2 se insinúa que también las tribus hebreas que vivían del otro lado del Jordán, en la Palestina occidental, recibieron la invitación de participar en la guerra.

V.- PROMESA TEMERARIA
30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos,
31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.
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30. Jefté hizo voto.
El  registro del precipitado voto de Jefté nos pone frente a uno de esos pasajes bíblicos difíciles de explicar, en los cuales el relato es demasiado breve como para permitir saber sin lugar a dudas lo que ocurrió en realidad.  Según una explicación, Jefté realmente ofreció a su hija como holocausto, lo cual lo colocaría en una posición abominable.  En vista de que Dios le dio éxito luego de haber hecho ese voto, tal acción de su parte parece especialmente odiosa y dificilísima de entender.  La segunda posición, que supone que Jefté dedicó su hija a una vida de celibato, lo exoneraría de la acusación de haberla ofrecido como sacrificio (ver com. vers. 39).
Aquí, como también en otros pasajes, tenemos el deber de determinar lo que dice la Biblia y de evitar los intentos por hacer armonizar sus declaraciones con nuestros conceptos del relato.  Tenemos que aceptar lo que la Biblia dice, y conformarnos con eso.  Por supuesto que no debemos pensar mal de una persona innecesariamente, y no debiéramos juzgarla sin pruebas.

Voto. La literatura de las naciones de la antigüedad muestra que con frecuencia los antiguos hacían votos a sus dioses.  Esta práctica era común entre los hebreos (ver Gén. 28: 20; 1 Sam. 1: 11; 2 Sam. 15: 8).
El voto de Jefté fue hecho bajo la presión de las circunstancias, cuando estaba en el umbral de una empresa peligrosísima.  Por desgracia, los votos como éste se hacían por lo general en momentos de peligro o crisis, cuando la presión de las emociones contribuía a la formulación de promesas precipitadas.

31. Cualquiera que saliere.
¿Quién podía esperar Jefté que saliera de las puertas de su casa a recibirlo cuando volviese de la victoria si no su esposa, su hija, o algún esclavo?  Algunos han intentado demostrar que en este pasaje está implicado un animal, que comúnmente había en la casa de los antiguos.  Pero el vocablo hebreo usado por él, traducido "recibirme", no concuerda con esta idea.  Esta palabra se usa generalmente para referirse al encuentro entre personas (ver Gén. 18: 2; Exo. 18: 7; 2 Rey. 1: 6; etc.). Se ha dicho que el voto de ofrecer un cordero o un buey en agradecimiento por la victoria no habría sido algo extraordinario.  

Muchos israelitas habían ofrecido esos sacrificios.
Debe recordarse que aunque Jefté adoraba al Dios de Israel, y confiaba en él en esta empresa, se había criado en un país extranjero entre gente pagana.  

En estas naciones se ofrecían sacrificios humanos en momentos de gran crisis.  Compárese con la acción del rey de Moab que sacrificó a su hijo mayor al dios Quemos como un último acto desesperado  376 para salvar a su ciudad del ataque de los israelitas (2 Rey. 3: 26, 27). La ley de Moisés prohibía sacrificios humanos (Lev. 18: 21; Deut. 12: 31; etc.), pero, hasta los tiempos de Acaz y Manasés (2 Crón. 28: 3; 33: 6), ocasionalmente fue desdeñada esta prohibición.
El Espíritu de Dios vino sobre Jefté para que Israel pudiera ser salvado de la destrucción.  
Pero la presencia del Espíritu no garantiza infalibilidad ni omnisciencia.  Quien recibe el Espíritu sigue teniendo libre albedrío, y se espera de él que progrese debidamente en su crecimiento y conocimiento espirituales. 

Jefté, ignorando lo que era CORRECTO, precipitadamente prometió algo malo.  De la misma manera, aunque Gedeón estuvo revestido del Espíritu de Jehová y efectuó una gran liberación, el Espíritu no le impidió que estableciera un culto legal.  Este relato del voto precipitado de Jefté se narra, como tantos otros casos bíblicos, sin notas ni comentarios pues no son necesarios.  En el caso de Jefté sólo cabe la desaprobación.

Será de Jehová.
Evidentemente, en el mismo sentido en que Jericó y sus habitantes fueron "dedicados" a Jehová (ver com. Jos. 6: 17).

Y lo ofreceré.
Algunos han procurado traducir la conjunción hebrea por "o".  Creen que Jefté habría dicho en realidad: "Cualquier cosa que saliere de las puertas de mi casa a recibirme será consagrada exclusivamente al servicio del Señor, si es un ser humano, o, si es un animal limpio, lo ofreceré como holocausto".  Ya que salió la hija de Jefté a recibirlo, tales intérpretes dicen que se aplicaría la primera frase: "será de Jehová".  Los comentadores que toman esta posición explican que la declaración de Jefté significa que la muchacha nunca se casó, sino que se dedicó al servicio religioso durante toda la vida (ver com. vers. 39).

Lo.
Algunos comentadores explican que "lo" es un complemento indirecto que se refiere a Dios, y traducen: "Ofreceré [a] él [Dios] holocausto".  Pero la construcción hebrea exige que "lo" sea el complemento directo del verbo, por lo que la traducción de la RVR es bien precisa.  Además, el dolor de Jefté (vers. 35), el llanto de su hija (vers. 37) y la impresión causada sobre los contemporáneos (vers. 37, 40), exigen algo enteramente fuera de lo común, algo más que el holocausto de un simple animal.

VI.- DERROTA DE AMÓN.
32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.
33 Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago.  Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
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-Nunca estuvo en los planes de Dios. Guerrear contra Amón. Porque eran parientes. Deut. 2:19. Pero ante la renuencia de éste pueblo. No hubo otra solución que guerrear y derrotarlos por la gracia de Dios. 

VII.- VICTIMA DE LA PROMESA TEMERARIA.
34 Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija.
35 Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.
36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón.
37 Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y lloré mi virginidad, yo y mis compañeras.
38 El entonces dijo: Ve.  Y la dejó por dos meses.  Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.
39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón.
40 Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.
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34. A Mizpa.
Después de que se le invitara a volver del exilio para ser el gobernante de Galaad, quizá Jefté trasladó su familia a Mizpa y se estableció allí.

Con panderos.
Era costumbre que las mujeres recibieran así a los hombres cuando volvían victoriosos de la guerra (1 Sam. 18: 6; cf. Exo. 15: 20).

Hija única. 
La construcción hebrea es enfática: "Ella sola era hija única".  La familia de Jefté se extinguiría en Israel, lo cual todos los hebreos deploraban.

35. Rompió sus vestidos.
Costumbre habitual entre los hebreos para expresar gran dolor (Gén. 37: 29; 2 Sam. 13: 19, 31; etc.).

Me has abatido.
Cuando Jefté vio a su hija, el significado pleno de su voto apresurado lo dejó débil y quebrantado.

Has venido a ser causa de mi dolor.
"La causa de mi desgracia" (BJ).  La palabra hebrea 'akar, traducida "dolor", designa un pesar excepcional, una ansiedad o aflicción desmesurada.  Toda la vida de Jefté había sido una continua sucesión de luchas y problemas.  Ahora su propia y preciosa hija le ocasionó el dolor más agudo de todos.

Le he dado palabra.
Expresión usada para referirse a la formulación de votos (ver Sal. 66: 13, 14).  A Fin de ser obligatorio, un voto debía pronunciarse (Núm. 30: 2, 3, 7; Deut. 23: 23).

No podré retractarme.
Se consideraba que era una grave falta retractarse de un voto tan serio.  Entre los hebreos se conocían dos tipos de voto: el voto simple, néder (Lev. 27: 2-27), y lo que era "consagrado", el "entredicho", jérem.  Lo que se consagraba a Dios mediante un jérem no podía redimirse, y se consideraba "cosa santísima" para él y debía sacrificarse 377 (Lev. 27: 28, 29; ver com.  Lev. 27: 2, 28).  El voto de Jefté era un néder.  A pesar de que era un voto sagrado, quien lo hacía no estaba obligado a cumplirlo si por ello tenía la obligación de realizar una mala acción (ver PP 540).  El voto de Jefté era contrario al mandato expreso de la ley, y por lo tanto su cumplimiento no era obligatorio.  Sin embargo, creyó que le era obligatorio, y aunque había jurado en perjuicio propio, no estuvo dispuesto a retractarse.

36. Ella entonces le respondió.
La angustia del padre y el sentido de sus palabras, indujeron a la hija a discernir inmediatamente, con el rápido presentimiento femenino, cuál era la naturaleza de ese voto.  No necesitaba decírselo.

Jehová ha hecho venganza.
Por su comprensión limitada de la naturaleza de Dios, ella creyó sinceramente que la victoria había sido ganada debido al voto de su padre, y que su sacrificio era un precio apropiado que debía pagarse por tal victoria.

37. Déjame.
El cumplimiento de un voto podía postergarse por una razón definida.

Llore mi virginidad.
La perspectiva de no poder participar de la alegría de los festejos de una boda o del placer de criar hijos era algo sumamente amargo para una niña hebrea, sobre todo para una hija única.  Eso significaba para la hija de Jefté que ella y la casa de su padre perderían la esperanza de compartir las futuras glorias de Israel.

38. Con sus compañeras.
Sus jóvenes amigas, con las cuales muchas veces había hablado y soñado de un futuro matrimonio, se le unieron para llorar el triste fin que le iba a tocar.

39. Conforme al voto que había hecho.
Esto parece indicar que la ofreció como holocausto, según había prometido (ver com. vers. 31).  Se ha sugerido que al autor del libro de Jueces, con fino recato, corrió el velo para que no se viera el trágico acto del sacrificio.
En relación con la otra opinión de que Jefté no sacrificó a su hija (ver com. vers. 31) puede mencionarse lo siguiente:
En torno al año 1200 DC, el rabino Kimchi, junto con muchos otros autores, divulgó la opinión de que Jefté no sacrificó a su hija.  Dijo que las palabras "lo ofreceré en holocausto" (vers. 31) sólo se aplicaban si lo que recibía a Jefté era un animal apto para el sacrificio.  Interpretó que el vers. 39 significa que Jefté construyó a su hija una casa donde ésta pasó el resto de su vida apartada de los hombres, en sagrado celibato, a fin de que estuviera siempre dedicada al Señor, y que las vírgenes de Israel iban allí cada año a visitarla y a llorar su suerte.
El hecho de que en las costumbres de aquella época no se registra de mujeres monjas, va en contra de esta interpretación.  Se consideraban la virginidad perpetua y la falta de hijos como las desgracias máximas.  En el AT no aparece ninguna ley, ningún uso, ninguna costumbre que insinúe siquiera que una mujer soltera fuera considerada más santa, más del Señor o más enteramente entregada a él que una mujer casada.  Esto no formaba parte alguna de la ley de los sacerdotes o nazareos.  Se dice claramente que Hulda y Débora, profetisas las dos, eran casadas.  Más aún, si la hija había de permanecer soltera, en armonía con tal costumbre desconocida, el caso no habría sido tan trágico como se lo pinta en este pasaje; tampoco habría necesitado dos meses para llorar su virginidad, pues habría tenido el resto de su vida para hacerlo.  Todos los intérpretes cristianos y judíos hasta el tiempo de Kimchi, sostuvieron que había ocurrido exactamente lo que el pasaje dice: que Jefté sacrificó a su hija como ofrenda al Señor, cosa que Abrahán casi hizo con su hijo Isaac en circunstancias diferentes.
Nunca conoció varón.
Puede también traducirse, "no había conocido varón" (BJ).  Ver Gén. 24: 16 donde aparecen las mismas palabras en hebreo.

40. A endechar.
El verbo hebreo así traducido, tanah, no aparece sino dos veces en el AT: aquí y en Juec. 5:11, donde se traduce "repetir".  De la palabra equivalente en idiomas emparentados, se cree que significaba "recitar" o "conmemorar".  Las antiguas versiones griegas y latinas traducen "lamentar", palabra que también usa la BJ. CBA

JEFTÉ. Cumplió la labor para la cual fue llamado. Los hechos accidentados de su vida desde su nacimiento, y decisiones posteriores. son parte de la naturaleza humana sujeto a errar. Pero al margen de todo eso. Cumplió su misión y Dios actuó ayudando a su pueblo, derrotando a su enemigo de turno. Ministerio Hno. Pio