domingo, 3 de noviembre de 2019

147. LOS PRIMEROS AÑOS DEL SACERDOCIO DE SAMUEL.


1 Samuel 2:11;18-21,26.
LAS PRIMERAS RESPONSABILIDADES
 DEL FUTURO SUMO SACERDOTE 
Y JUEZ DE ISRAEL 1
… y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí. 
1 Samuel 2:11

EL NIÑO MINISTRABA.
La palabra traducida "niño" es ná´ar, que significa un muchacho de cualquier edad hasta la madurez.  A los 17 años José es llamado ná'ar.  El mismo término se aplica a los hijos de Elí en el vers. 17.  No se sabe cuántos años le llevaban a Samuel.  De acuerdo con el contexto, Elí los hizo sacerdotes antes de que llegaran a la madurez.  Se calcula la edad de Samuel entre los 3 y los 15 años. 

Cuando un hijo asume alguna responsabilidad desacostumbrada, muchas veces sus padres procuran de esa manera obtener alguna ventaja para ellos.  Es digno de mucho encomio Elcana porque -aunque era levita- continuó con su forma habitual de vida en Ramá.  Conociendo, como seguramente conocían, la naturaleza del ambiente que rodearía a Samuel, Elcana y Ana deben haber sentido alguna preocupación cuando colocaron su ofrenda para el Señor en las manos de Elí y de sus dos hijos, Ofni y Finces.  Cuánto mayor debe haber sido la preocupación del Padre celestial cuando colocó a su Hijo dentro de la influencia y de las acechanzas de los indignos sacerdotes de sus días.  Cristo tenía 12 años cuando llamó la atención de los sacerdotes.  Sin embargo, su conducta en esa ocasión testifica de la realidad de la protección divina que se extiende aun sobre los niños que buscan la dirección celestial (ver com.  Luc. 2: 52).  Las vicisitudes de Samuel testifican de la misma dirección divina.
Las Escrituras aclaran que en medio de ese mal ambiente Samuel servía al Señor.  La palabra "ministrar" puede referirse a un servicio, ya fuera secular o sagrado.  Se la usa para las responsabilidades de José en la casa de Potifar y para la ayuda de Josué a Moisés en el monte de Dios (Exo. 24: 13).  La capacidad de Samuel para resistir las malas influencias que lo rodeaban, como fue también el caso de José y Josué, se puede atribuir a su firme decisión de ocuparse de las cosas de Dios. CBA


LAS PRIMERAS RESPONSABILIDADES DEL FUTURO SUMO SACERDOTE Y JUEZ DE ISRAEL 2
18 Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino. 19 Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado. 1 Samuel 2:18,19. 

Y EL JOVEN SAMUEL MINISTRABA.
No en el sentido de tareas domésticas, sino de deberes sagrados referentes a la obra de los levitas en el santuario.  La palabra hebrea así traducida incluye ambas clases de "servicio". 463

UN EFOD DE LINO.
En este caso, una vestimenta usada por los sacerdotes de categoría inferior y los levitas, y a veces aun por personas importantes del pueblo.  Por ejemplo, David danzó delante del Señor vestido con un efod de lino (2 Sam. 6: 14).  Esto no se debe confundir con el efod del sumo sacerdote "de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido" sobre el cual estaban sujetos el pectoral con 12 piedras, y el Urim* y el Tumim que servían para hacer preguntas a Dios (ver com.  Exo. 28: 6; cf. Juec. 8: 27).  Si el efod más sencillo de lino era del mismo modelo que el del sumo sacerdote -como parece probable- era una vestimenta corta, sin mangas, que consistía en un paño delantero y otro trasero unidos en los hombros y ceñidos en la cintura con un cinturón (ver com. Juec.  8: 27).

Y LE HACÍA SU MADRE UNA TÚNICA PEQUEÑA
Ana no solo ofreció su hijo al Señor sino que le demostró amor año tras año.  En la misma forma Dios vela continuamente sobre su pueblo.  No sólo dio a su Hijo una vez por todos sino que continuamente se interesa para que ese sacrificio progresivamente sea más eficaz para suplir las necesidades aun del más débil de sus hijos (Mat. 6: 30-34).


RECOMPENSA AL SACRIFICIO DE ANA
20 Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová.
 Y se volvieron a su casa. 21 Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel 
crecía delante de Jehová. 1 Samuel 2:20,21.

JEHOVÁ TE DÉ HIJOS DE ESTA MUJER EN LUGAR DEL QUE PIDIÓ A JEHOVÁ.
Mejor, "préstamo que ella ha cedido a Yahveh" (BJ).  Lo que es cedido en préstamo al Señor, con seguridad es devuelto con interés compuesto.  Ana dedicó un hijo al Señor y fue recompensada con otros cinco.  Abrahán hizo así con Isaac, y Dios le prometió una descendencia "como las estrellas del cielo"(Gén. 22: 17).  Cristo prometió devolver cien veces tanto aun en esta vida (Mat. 19: 29; Luc. 18: 30).


EL DESARROLLO ARMONIOSO DE SAMUEL
Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres. 1Samuel 2:26.

EL JOVEN SAMUEL
"Y el joven Samuel iba creciendo, y adelantando delante de Dios y delante de los hombres." Aunque Samuel pasaba su juventud en el tabernáculo dedicado al culto de Dios, no estaba libre de influencias perversas ni de ejemplo pecaminoso. Los hijos de Elí no temían a Dios ni honraban a su padre; pero 619 Samuel no buscaba la compañía de ellos, ni tampoco seguía sus malos caminos.  Se esforzaba constantemente por llegar a ser lo que Dios deseaba que fuese.  Este es un privilegio que, tiene todo joven.  Dios siente agrado cuando aun los niñitos se entregan a su servicio.
Samuel había sido puesto bajo el cuidado de Elí, y la amabilidad de su carácter le granjeó el cálido afecto del anciano sacerdote.  Era bondadoso, generoso, obediente y respetuoso.  Elí, apenado por los extravíos de sus hijos, encontraba reposo, consuelo y bendición en la presencia de su pupilo.  Samuel era servicial y afectuoso, y ningún padre amó jamás a un hijo más tiernamente que Elí a este joven.  Era cosa singular que entre el principal magistrado de la nación y un niño sencillo existiera tan cálido afecto.  A medida que los achaques de la vejez le sobrevenían a Elí, y le abrumaba la ansiedad y el remordimiento por la conducta disipada de sus propios hijos, buscaba consuelo en Samuel.
No era costumbre que los levitas comenzaran a desempeñar sus servicios peculiares antes de cumplir los veinte y cinco años de edad, pero Samuel había sido una excepción a esta regla.  Cada año se le encargaban responsabilidades de más importancia; y mientras era aún niño, se le puso un efod de lino como señal de consagración a la obra del santuario.

Aunque era muy joven cuando se le trajo a servir en el tabernáculo, Samuel tenía ya entonces algunos deberes que cumplir en el servicio de Dios, según su capacidad.  Eran, al principio, muy humildes, y no siempre agradables; pero los desempeñaba lo mejor que podía, con corazón dispuesto.  Introducía su religión en todos los deberes de la vida.  Se consideraba como siervo de Dios, y miraba su obra como obra de Dios.  Sus esfuerzos eran aceptados, porque los inspiraban el amor a Dios y un deseo sincero de hacer su voluntad.  Así se hizo Samuel colaborador del Señor del cielo y de la tierra.  Y Dios le preparó para que realizara una gran obra en favor de Israel. 620

UNA LECCIÓN PARA LOS PADRES
Si se les enseñara a los niños a considerar el humilde ciclo de deberes diarios como la conducta que el Señor les ha trazado, como una escuela en la cual han de prepararse para prestar un servicio fiel y eficiente, ¡cuánto más agradable y honorable les parecería su trabajo!

El cumplimiento de todo deber como para el Señor rodea de un encanto especial aun los menesteres más humildes, y vincula a los que trabajan en la tierra con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo.

El éxito que se ha de obtener en esta vida, el éxito que nos asegurará la vida futura, depende de que hagamos fiel y concienzudamente las cosas pequeñas.

 En las obras menores de Dios no se ve menos perfección que en las más grandes.  La mano que suspendió los mundos en el espacio es la que hizo con delicada pericia los lirios del campo.  

Y así como Dios es perfecto en su esfera, hemos de serlo nosotros en la nuestra.

 La estructura simétrica de un carácter fuerte y bello, se edifica por los actos individuales en cumplimiento del deber.  Y la fidelidad debe caracterizar nuestra vida tanto en los detalles insignificantes como en los mayores. 

 La integridad en las cosas pequeñas, la ejecución de actos pequeños de fidelidad y bondad alegrarán la senda de la vida; y cuando hayamos acabado nuestra obra en la tierra, se descubrirá que cada uno de los deberes pequeños ejecutados fielmente ejerció una influencia benéfica imperecedera.

Los jóvenes de nuestro tiempo pueden hacerse tan valiosos a los ojos de Dios como lo fue Samuel.  Si conservan fielmente su integridad cristiana, pueden ejercer una influencia poderosa en la obra de reforma.  Hombres tales se necesitan hoy.  Dios tiene una obra especial para cada uno de ellos.  Jamás lograron los hombres resultados más grandes en favor de Dios y de la humanidad que los que pueden lograr en esta época nuestra quienes sean fieles al cometido que Dios les ha confiado. PP EGW

*CUANDO muchos niños de su edad estaban ocupados en otras tareas o jugando, como es propio de su edad. Samuel estaba en el lugar de privilegio que todo ser, debería desearía estar, el santuario. Salmo 84.

SE ESTABA PREPARANDO haciendo las cosas más pequeñas con alegría y buena voluntad; para que un día asumiera el cargo principal de la nación. 
 En esas condiciones de fidelidad y de buen discípulo. Más adelante escuchará su llamado. Escuchar la voz, que todos quisiéramos oír alguna vez en la vida. La voz de Dios en persona. 

Y Samuel no solo estaba en el santuario por imposición de su madre que pagó una promesa de buena fe, sino que también estaba creciendo en su fe y responsabilidades. Muestra de que amaba las cosas que realizaba, porque lo hacía para Dios. Vers. 26.
 Que Dios nos bendiga y emulemos el buen ejemplo de Samuel. Amen. Ministerio Hno. Pio 

domingo, 29 de septiembre de 2019

146. EL CANTO DE AGRADECIMIENTO DE ANA.


1 Samuel Capitulo 2:1-10.

*ANA SE REGOCIJA EN JEHOVÁ.
1 Y ANA oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación. 2 No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. 2:1-2

*Esta segunda visita a Silo fue del todo diferente de la registrada en el cap. 1. En la primera visita Ana suplicó angustiada en favor de sí misma.  La segunda fue un gran canto de alabanza.  Como resultado de su plena entrega al Señor, estaba feliz por el privilegio de devolver a su Creador lo que él le había dado.  Al hacer esto, experimentó el gozo supremo, pues ¿acaso no había aprendido a apreciar la amante bondad divina en una forma nueva?  Ella ensalzó a Dios como el autor de la misericordia revelada en su compasión por los desvalidos.  Obtuvo una nueva visión del poder de Dios, cuyo dominio sobre las fuerzas ocultas de la naturaleza era ahora evidente en su silenciosa acción para contrarrestar las fuerzas del mal que la desanimaban y podrían derrotarla, y que además había hecho que un ambiente negativo contribuyera inmensurablemente a la profundidad y plenitud de su gozo.  Entendió de un modo nuevo el pacto hecho con sus antepasados: que los hijos de Dios llegarían a ser una bendición para todas las naciones.  El himno de gozo de Ana fue una profecía referente a David y al Mesías (PP 617).

La experiencia de Ana puede haber resultado en la bendición máxima manifestada en la vida de Penina.  Dios anhelaba salvar tanto a Penina como a Ana. ¿Cómo podía realizar esto en una forma más eficaz que mostrando el ensalzamiento de un alma que confiaba en él y que no pagaba mal por mal?  Tal fue el método de Cristo al tratar de salvar a Simón el leproso: hacer notar la bendición que podía recibir María Magdalena (Mar. 14: 3-9; Luc. 7: 37-50).  Simón aprendió su lección, y se convirtió en un ferviente discípulo (DTG 520, 521). ¿Aprendió su lección Penina?

CESEN LAS PALABRAS ARROGANTES.
3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. 4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados, Y los débiles se ciñeron de poder. 5 Los saciados se alquilaron por pan, Y los hambrientos dejaron de tener hambre; Hasta la estéril ha dado a luz siete, Y la que tenía muchos hijos languidece. 6 Jehová mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. 2:3-6.

*Ana podría haber sentido que personalmente superaba a Penina en vista de la maravillosa experiencia que le había sobrevenido.  Sin embargo, ¿acaso las palabras de estos versículos no indican más bien que el anhelo de Ana era que su rival pudiera ver la belleza de una entrega plena a Dios y comprendiera la inutilidad de la arrogancia?  Ciertamente, nadie podría acusar a Ana de una actitud farisaica para con Penina después de la forma en que Dios había vindicado su humilde consagración.  Si Cristo tuvo lágrimas en la voz mientras pronunciaba sus ayes sobre los fariseos (CC 12; DTG 571, 572), el espíritu de abnegación de Ana al entregar a Samuel al Señor, ¿no habrá tocado el corazón de Penina de tal manera que pudiese comprender de una forma nueva el modo en que Dios justiprecia las acciones?

El permite que los que -como Penina- se sienten autosuficientes cosechen el fruto de su propio egoísmo, que es muerte espiritual.
Pero él puede dar vida aun a los que están espiritualmente muertos.  Cristo brindó a Judas las mismísimas oportunidades que ofreció a Pedro.  Sin embargo, uno se entregó y el otro no.  He ahí la diferencia decisiva.

JEHOVÁ EMPOBRECE Y ENRIQUECE
7 Jehová Empobrece, Y Él Enriquece; Abate, Y Enaltece. 2:7.

Empobrece, y él enriquece.
Ana reconoció que había sido salvada del oprobio por Dios, quien la había ensalzado muy por encima de las mofas de Penina.

El pesar de los días pretéritos se había convertido en un encumbramiento en el Señor.  La oración de súplica había dado lugar a la alabanza por la fortaleza divina.  Abría ahora los labios, una vez cerrados en silencioso sufrimiento, para ensalzar el omnímodo poder de Dios.  Pensó en su caso como en un símbolo del triunfo logrado por Dios para su pueblo, tanto individual como colectivamente.  Halló inspiración para cantar muy por encima de los alcances de su propia experiencia y, bajo la dirección del Espíritu Santo, anticipó el gozo de los redimidos cuando estén sobre el mar de vidrio con un "cántico nuevo" en los labios (Apoc. 14: 3).  El gozo que experimentó Ana no fue un deleite egoísta, sino una comprensión magnificada del carácter de Dios.  Se asemejaba al gozo que hizo que los "hijos de Dios" lo alabaran por la creación del mundo (Job 38: 7), o al que experimentaron los israelitas cuando aclamaron al Señor después de ser liberados de las huestes egipcias en el mar Rojo, o al que expresó la hueste angelical cuando nació Cristo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"(Luc. 2: 14).  Las mofas y aflicciones sufridas en el hogar fueron precisamente el ambiente en el cual una visión tal de la salvación de Dios pudiera desarrollarse de tal modo que produjese un cielo en la tierra.  Ana llevaba el cielo en el corazón pues había aprendido a amar al mundo como Cristo lo ama (ver DTG 298, 596).

EL LEVANTA DEL POLVO AL POBRE
8 El levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. 9 El guarda los pies de sus santos, Más los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. 2:8,9.

*El alma cristiana, consciente siempre de su impotencia, mediante el poder de Dios se eleva por encima de las fuerzas del egoísmo.  Ceñida con la fortaleza de lo alto, un alma tal vence las dudas pasadas, los temores y las tentaciones.  La victoria ocupa el lugar de 462 la derrota, y en la plenitud de gozo el alma se forma a la imagen de Cristo.

JEHOVÁ DARÁ PODER A SU REY Y A SU UNGIDO.
10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido. 1 Samuel 2:10

*Durante años Ana había estado viendo como en un espejo, oscuramente (1 Cor. 13: 12), pero ahora con mirada profética habla de su fe en el triunfo final y completo de Cristo.  Así como Dios ha ensalzado el "poderío" de ella, también ensalzará el "poderío" de su Ungido (ver Fil. 2: 9- 11).

¿Por qué muchos de los que viven en esta última generación no permiten que el Señor los eleve en medio de su ambiente desfavorable para que, como Ana, le canten un himno de alabanza y agradecimiento en el mar de vidrio? (Apoc. 14: 3).  CBA

¿Qué lecciones más podemos sacar de esta bella historia, de un cántico triunfal?
La biblia contiene un arca de tesoros que nunca se agotan, no se agotan porque es palabra de un Dios eterno e infinito. 
Por eso a pesar que ya se dijo mucho. Aun podemos decir: “Que Ana llegó a la madurez en su fe, porque solo los que llegan a la conversión plena pueden decir lo que dijo. 
- Solo la madurez, puede hacer que cumpla lo que prometió. Llevando a su hijo; su único, al Santuario y dejarlo allí para siempre. 
Solo la madurez, puede actuar como actuó contra su enemiga. 
Solo en la madurez, pudo ser usada por el Espíritu y proyectarse al futuro bendecido de su pueblo, y consiguiente llegada del por siglos esperado. el Mesías, Cristo Jesús. 
Solo la madurez, agradece a Dios, cuando llega el éxito. Por qué no es su éxito, si no del Señor. Amen.
Ministerio Hno. Pio

sábado, 28 de septiembre de 2019

145. LA FE VICTORIOSA DE ANA.


…9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, 10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. 11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. 

12 MIENTRAS ELLA ORABA largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. 13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. 14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria?  Digiere tu vino.

15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová 
16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos.  Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. 


19 …y Jehová se acordó de ella. 20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová… 24 Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño. 25 Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí.
26 Y ella dijo: ¡Oh, señor mío!  Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová.
27 Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. 28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.  Y adoró allí a Jehová. 1 Samuel 1.

*ELCANA, un levita del monte de Efraín, era hombre rico y de mucha influencia, que amaba y temía al Señor.  Su esposa, Ana, era una mujer de piedad fervorosa.  De carácter amable y modesto, se distinguía por una seriedad profunda y una fe muy grande.
A esta piadosa pareja le había sido negada la bendición tan vehementemente deseada por todo hebreo.  Su hogar no conocía la alegría de las voces infantiles; y el deseo de perpetuar su nombre había llevado al marido a contraer un segundo matrimonio, como hicieron muchos otros.  

Pero este paso, inspirado por la falta de fe en Dios, no significó felicidad.

Se agregaron hijos e hijas a la casa; pero se había mancillado el gozo y la belleza de la institución sagrada de Dios, y se había quebrantado la paz de la familia.

Peninna, la nueva esposa, era celosa e intolerante, y se conducía con mucho orgullo e insolencia.  Para Ana, toda esperanza parecía estar destruida, y la vida le parecía una carga pesada; no obstante, soportaba la prueba con mansedumbre y sin queja alguna.
Elcana observaba fielmente las ordenanzas de Dios.  Seguía subsistiendo el culto en Silo, pero debido a algunas irregularidades del ministerio sacerdotal no se necesitaban sus servicios en el santuario, al cual, siendo levita, debía atender.  Sin embargo, en ocasión de las reuniones prescritas, subía con su familia a adorar y a presentar su sacrificio.

Aun en medio de las sagradas festividades relacionadas con el servicio de Dios, se hacia sentir el espíritu maligno que afligía su hogar.  Después de presentar las ofrendas, participaba toda la familia en un festín solemne aunque placentero.  En esas ocasiones, Elcana daba a la madre de sus hijos una 615 porción para ella y otra para cada uno de sus hijos; y en señal de consideración especial para Ana, le daba a ella una porción doble, con lo cual daba a entender que su afecto por ella era el mismo que si le hubiera dado un hijo.  

Entonces la segunda esposa, encendida de celos, reclamaba para sí la preferencia como persona altamente favorecida por Dios, y echaba en cara a Ana su condición de esterilidad como evidencia de que desagradaba al Señor.  ESTO SE REPITIÓ AÑO TRAS AÑO HASTA QUE ANA YA NO LO PUDO SOPORTAR.  Siéndole imposible ocultar su dolor, rompió a llorar desenfrenadamente y se retiró de la fiesta.  En vano trató su marido de consolarla diciéndole: "Anna, ¿por qué lloras? y ¿por qué no comes? y ¿por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?" (Véase 1 Samuel 1; 2: 1-11).

ANA NO EMITIÓ REPROCHE ALGUNO.  
Confió a Dios la carga que ella no podía compartir con ningún amigo terrenal.  Fervorosamente pidió que él le quitase su oprobio, y que le otorgase el precioso regalo de un hijo para criarlo y educarlo para él.  Hizo un solemne voto, a saber, que si le concedía lo que pedía, dedicaría su hijo a Dios desde su nacimiento.  

Ana se había acercado a la entrada del tabernáculo, y en la angustia de su espíritu, "oró a Jehová, y lloró abundantemente." Pero hablaba con el Señor en silencio, sin emitir sonido alguno.  

RARA VEZ se presenciaban semejantes escenas de adoración en aquellos tiempos de maldad.  

En las mismas fiestas religiosas eran comunes los festines irreverentes y hasta las borracheras; y Elí, el sumo sacerdote, observando a Ana, supuso que estaba ebria.  Con la idea de dirigirle un merecido reproche, le dijo severamente: "¿Hasta cuándo estarás borracha? digiere tu vino."

Llena de dolor y sorprendida, Ana le contestó suavemente: "No, señor mío: mas yo soy una mujer trabajaba de espíritu: no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.  No tengas a tu sierva por una mujer impía: porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora." 616

EL SUMO SACERDOTE se conmovió profundamente, porque era hombre de Dios; y en lugar de continuar reprendiéndola pronunció una bendición sobre ella: "Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho."

Le fue otorgado a Ana lo que había pedido; recibió el regalo por el cual había suplicado con tanto fervor.  Cuando miró al niño, lo llamó Samuel, "demandado de Dios." 


Tan pronto como el niño tuvo suficiente edad para ser separado de su madre, cumplió ella su voto.  Amaba a su pequeñuelo con toda la devoción de que es capaz un corazón de madre; día tras día, mientras observaba su crecimiento, y escuchaba su parloteo infantil, sus afectos lo enlazaban cada vez más íntimamente.  Era su único hijo, el don especial del Cielo, pero lo había recibido como un tesoro consagrado a Dios, y no quería privar al Dador de lo que le pertenecía.

Una vez más Ana hizo el viaje a Silo con su esposo, y presentó al sacerdote, en nombre de Dios, su precioso don, diciendo: "Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.  Yo pues le vuelvo también a Jehová: todos los días que viviere, será de Jehová."

Elí se sintió profundamente impresionado por la fe y devoción de esta mujer de Israel.  Siendo él mismo un padre excesivamente indulgente, se quedó asombrado y humillado cuando vio el gran sacrificio de la madre al separarse de su único hijo para dedicarlo al servicio de Dios.  Se sintió reprendido a causa de su propio amor egoísta, y con humildad y reverencia se postró ante el Señor y adoró.

El corazón de la madre rebosaba de gozo y alabanza, y anhelaba expresar toda su gratitud hacia Dios.  El Espíritu divino la inspiró "y Anna oró, y dijo:
"Mi corazón se regocija en Jehová,
Mi cuerno es ensalzado en Jehová;
Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,
Por cuanto me alegré en tu salud.
No hay santo como Jehová; 617
Porque no hay ninguno fuera de ti;
Y no hay refugio como el Dios nuestro.
No multipliquéis hablando grandezas, altanerías;
Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;
Porque el Dios de todo saber es Jehová.
Y a él toca el pesar las acciones. . . .

Jehová mata, y él da vida:
El hace descender al sepulcro, y hace subir.
Jehová empobrece, y él enriquece:
Abate, y ensalza.
El levanta del polvo al pobre,
Y al menesteroso ensalza del estiércol,
Para asentarlo con los príncipes;
Y hace que tengan por heredad asiento de honra:
Porque de Jehová son las columnas de la tierra,
Y él asentó sobre ellas el mundo.
El guarda los pies de los santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su fuerza.
Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,
Y sobre ellos tronará desde los cielos:
Jehová juzgará los términos de la tierra,
Y dará fortaleza a su Rey,
Y ensalzará el cuerno de su Mesías."

Las palabras de Ana eran proféticas, tanto en lo que tocaba a David, que había de reinar como soberano de Israel, como con relación al Mesías, el ungido del Señor.  Refiriéndose primero a la jactancia de una mujer insolente y contenciosa, el canto apunta a la destrucción de los enemigos de Dios y al triunfo final de su pueblo redimido.

DE SILO, Ana regresó quedamente a su hogar en Ramatha, dejando al niño Samuel para que, bajo la instrucción del sumo sacerdote, se le educase en el servicio de la casa de Dios.  Desde que el niño diera sus primeras muestras de inteligencia, la madre le había enseñado a amar y reverenciar a Dios, y a considerarse a sí mismo como del Señor.  Por medio de todos los objetos familiares que le rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensamientos hacia el Creador.  

Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de la madre fiel por el niño. Era 618 el tema de las oraciones diarias de ella.  Todos los años le hacía con sus propias manos un manto para su servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su marido, entregaba al niño ese recordatorio de su amor.  Mientras la madre tejía cada una de las fibras de la pequeña prenda rogaba a Dios que su hijo fuese puro, noble, y leal.  No pedía para él grandeza terrenal, sino que solicitaba fervorosamente que pudiese alcanzar la grandeza que el cielo aprecia, que honrara a Dios y beneficiara a sus conciudadanos.

¡CUÁN GRANDE FUE LA RECOMPENSA DE ANA! ¡Y CUÁNTO ALIENTA A SER FIEL EL EJEMPLO DE ELLA!
A toda madre se le confían oportunidades de valor inestimable e intereses infinitamente valiosos.  El humilde conjunto de deberes que las mujeres han llegado a considerar como una tarea tediosa debiera ser mirado como una obra noble y grandiosa.  La madre tiene el privilegio de beneficiar al mundo por su influencia, y al hacerlo impartirá gozo a su propio corazón. 

 A través de luces y sombras, puede trazar sendas rectas para los pies de sus hijos, que los llevarán a las gloriosas alturas celestiales.  

Pero sólo cuando ella procura seguir en su propia vida el camino de las enseñanzas de Cristo, puede la madre tener la esperanza de formar el carácter de sus niños de acuerdo con el modelo divino.

EL MUNDO REBOSA de influencias corruptoras.  LAS MODAS y las costumbres ejercen sobre los jóvenes una influencia poderosa.  Si la madre no cumple su deber de instruir, guiar y refrenar a sus hijos, éstos aceptarán naturalmente lo malo y se apartarán de lo bueno.  

Acudan todas las madres a menudo a su Salvador con la oración: "¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?" Cumpla ella las instrucciones que Dios dio en su Palabra, y se le dará sabiduría a medida que la necesite. HPP EGW

Que podemos decir, ¿A Todo Lo Que Ya No Se Haya Dicho?
Bueno podemos añadir un poco más. 
LA FORMA como resolvió Ana, su problema después de muchos años. Es una esperanza para todos los que siguen esperando en el Señor.
Pedidos sin respuesta por mucho tiempo, por algún proyecto personal, salud. Problemas en el matrimonio, hijos, laborales...etc.  

Cuando leí este capítulo, realmente me conmovió las palabras de Ana. Cuando se dirige al todopoderoso, y como esas palabras pudo conmover su gracia. Y recibir lo que tanto anhela, un hijo; que fue la realización y la dignificación de Ana.

 De ahora en adelante, nunca más, nadie se burlaría de ella. Ya no tenía miedo. La tristeza se fue para siempre. La felicidad seria el pan de cada día en su vida. ¡Todo porque confió la causa de su desdicha a Dios; quien está siempre a responder a la fe contrita y humilde!

PUEDES PREGUNTARTE: 
¿Por qué Ana, demoró tanto tiempo, para resolverlo? 
¿acaso no iba al templo periódicamente? 
¿Será que a Dios, le gusta hacernos esperar? 

Mientras Ana fue al Santuario en Silo, los últimos años. No estaba preparada para recibir su bendición total. ¿Cómo? 
Bueno es simple. Iba, pero en ese periplo solo estaba centrada en ella y solo en ella. 
Diciendo, ¿pero porque Dios me castiga y no me da hijos? ¿Porque mi esposo trajo otra mujer a mi casa? ¿Por qué soy tan desdichada?
Y los porqués no acababan. 

Antes las dificultades y pruebas de la vida, tenemos más de una actitud: 
1. Porque a mi Señor, ¿acaso no creo en ti?
2. Porque no a mi Señor. 
3. ¿Qué me quieres enseñar?
4. Que se haga tu voluntad.
5. Gracias por las pruebas. Santiago 1:2; Rom. 12:12.

Y Ana, salió de la autocompasión y de la falsa humidad y enfrentó su problema como debe enfrentarlo todo hijo (a) de fe, y humillándose suplicó. Y la solución vino.

Muchos pedidos no llegan, porque pedimos mal. Santiago 4:3.
 Vayamos a Dios, con la actitud correcta. Y los resultados vendrán. 
Dios te bendiga. Ministerio Hno. Pio

viernes, 20 de septiembre de 2019

144. LA HISTORIA DE RUT 4: “UNA DESCENDENCIA BENDECIDA”


BOOZ HABLA CON EL PARIENTE MÁS CERCANO
1 BOOZ subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate.  Y él vino y se sentó.
2 Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí.  Y ellos se sentaron.
3 Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec.
4 Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo.  Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti.  Y él respondió: Yo redimiré.
5 Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión.

ESTE REHÚSA EFECTUAR LA REDENCIÓN CONFORME A LA COSTUMBRE QUE HABÍA EN ISRAEL. 
6 Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad.  Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.
7 Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel.
8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú.  Y se quitó el zapato.

BOOZ COMPRA LA HERENCIA. 
9 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón.
10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar.  Vosotros sois testigos hoy.

SE CASA CON RUT. 
11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos.  Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. 441
12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.

ELLA DA A LUZ A OBED, ABUELO DE DAVID. 
13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.
14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel;
15 el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.
16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su ayo.
17 Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed.  Este es padre de Isaí, padre de David.

LAS GENERACIONES DE FARES. 
18 Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón,
19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,
20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,
21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,
22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.


 *Éste capítulo es la culminación, que empezó con pérdidas, tristezas, amarguras… de una familia de Belén de Judá, que partió a un pueblo distinto a su fe. De cuatro miembros que fueron, volvieron solo uno. Después de sus muertes. Una de sus nueras se queda con su suegra.  

Y lo admirable de esta historia es que, cómo una joven se hizo cargo de una anciana con su futuro incierto. 
“Pero al que obra bien, de seguro activará las bendiciones, reservadas para su beneficio”. 
Y después de muchas peripecias llegan a Belén. Y por gracia de Dios. Rut va al campo de Booz. Donde entablan una relación que conlleva al matrimonio. 

Éste capítulo 4, es la concretización de las bendiciones a una mujer que obró de buena fe. Solo por el simple hecho de ayudar y proteger a su suegra.

*Pero aún era necesario arreglar el caso del pariente cercano, y Booz le informa del caso a su pariente. Y este consiente en comprar las tierras de Noemí. Pero no quiere todo el paquete, solo las tierras. Y Así Booz se hace cargo de las Tierras y de lo más valioso, de Rut. Este relato termina con el nacimiento del hijo de ambos. Y Noemí tiene el privilegio de educarlo. “Por el amor de Rut, Obed fue, por así decirlo, hijo de Noemí”. CBA

Si Rut, si hubiera quedado en su país, así como lo hizo Orfa la otra nuera. Su nombre no hubiera sido tan ilustre como predecesora de reyes y lo más importante del Mesías. Cristo Jesús. Mt. 1.

 Dios bendiga tu vida hoy y siempre. Y tengas el espíritu del amor que movió a Rut por su suegra. Amen. 
Ministerio Hno. Pio 

143. LA HISTORIA DE RUT 3: “EL PARIENTE CERCANO”


"Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos".

CAPÍTULO 3
POR INSTRUCCIÓN DE NOEMÍ, 
1 DESPUES le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?
2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado?  He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
4 Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.

RUT SE ACUESTA A LOS PIES DE BOOZ
5 Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.
6 Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón.  Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.

BOOZ RECONOCE EL DERECHO DEL PARIENTE MÁS CERCANO. 
8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies.
9 Entonces él dijo: ¿Quién eres?  Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.
11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.
13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová.  Descansa, pues, hasta la mañana.

LA ENVÍA CON SEIS MEDIDAS DE CEBADA.
14 Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.
15 Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo.  Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.
16 Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía?  Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.
17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías.
18 Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto 

*NOEMÍ, siente la responsabilidad de que debería buscar seguridad permanente para Rut. Ya está anciana y necesita estar segura que después de que ella no esté, Rut pueda estar bien. 
Y para ello planifica que Booz la acepte como su esposa. Y cuando él, descubre la presencia de Rut. La bendice por haberlo elegido. Porque como joven que era Rut; pudo elegir entre los jóvenes de Israel.

Pero no actuó por si juicio propio; 
sino por el consejo de una anciana.
 Su Suegra. 

*Que lección para los jóvenes de hoy. Que ante una decisión tan importante de consecuencias duraderas; deberían de buscar el consejo de los padres, ante estos casos especialmente.  

A Rut, le fue bien, porque escuchó el consejo de un adulto experimentado. 
“la juventud con la experiencia fue lo que conllevó el éxito de Rut.”

¿Joven quieres ser exitoso en la vida? 
Busca el consejo de Dios, de tus padres y de los ancianos en la fe. 

Bien, Siendo Booz el pariente más cercano, estaba en la obligación moral de redimirla. 
Pero ante el encuentro con Rut, Booz dice: “Que aún hay otro pariente más cercano” 
“si él te redimiere, bien, redímate; más si él no te quisiere redimir, yo te redimiré” vers. 13.
“Eso quiere decir que era voluntario redimir”

¡Ojo! 
El encuentro de Rut y Booz, estaba en armonía a los principios. Fue un encuentro de pureza y respeto. 

Y este capítulo termina, con palabras de esperanza de Noemí a Rut. Que diferencia, Noemí ya no está frustrada, ni amargada. Esta ya curada. Ahora tiene esperanza y fe. 

Aplicando a nuestro pariente mas cercano Jesús. También nos redimió voluntariamente, de buena gana, no fue obligado. Mejor dicho: se obligó a sí mismo, para salvarnos.

Él dijo: “porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar” “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar” Juan 10:17,18.

5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2. 
Ministerio Hno. Pio 

142. LA HISTORIA DE RUT 2: “ADAPTÁNDOSE A SU NUEVA VIDA”


RUT CAPÍTULO 2
RUT ESPIGA EN LOS CAMPOS DE BOOZ. 
1 TENIA Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. 2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia.  Y ella le respondió: Ve, hija mía. 3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.

BOOZ LA CONOCE Y 
4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros.  Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. 5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? 6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; 7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas.  Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.

LA TRATA CON GRAN FAVOR. 
8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. 9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten.  Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. 10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? 11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. 13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. 14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre.  Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. 15 Luego se levantó para espigar.  Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; 16 y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. 17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.

LLEVA A NOEMÍ EL FRUTO DE SU TRABAJO.
18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido.  Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. 434 19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado?  Bendito sea el que te ha reconocido.  Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. 20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto.  Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. 21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. 22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. 23 Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra. Rut 2.

*En este segundo capítulo. Rut ya está en Belén, junto a su suegra. Que bendición fue para Noemí, la presencia de Rut. Como una hija, dispuesta a satisfacer las necesidades básicas de su madre. 
con todo el ánimo, sale a buscar alimento, y llega al campo de un pariente. Y es tratada con mucho favor. Donde recoge lo suficiente para varios días.  
 A pesar de todo eso Noemí aún está cargada de rencor, frustración por la pérdida de su familia. Vers 20.
 No quiere ver y entender, que la mala decisión, junto a sus esposo e hijos, de irse lejos de su pueblo. Es lo que les costó; estas pérdidas. 

Es importante sacar lecciones 
para nuestra vida

“Todos tenemos la libertad de hacer con nuestra vida lo mejor que nos parezca. Pero también seamos responsables y honorables para asumir las consecuencias. 
Buenas o malas”. 

Gracias a Dios, que siempre nos sustenta cada día. las aves son un ejemplo del cuidado sostenedor de Dios. Pero no les da el grano en el pico. Tienen que salir a buscarlo. Y así cuando salimos confiando en el Señor. todo nos saldrá bien. Por eso, a pesar de los problemas y conflictos de la vida. Confiemos en nuestro Dios. Porque él sabe, lo que es beneficioso para nosotros. Amen. 
Ministerio Hno. Pio

141. LA HISTORIA DE RUT 1: “UNA DECISIÓN ACERTADA Y BENDECIDA”


16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Rut 1:16,17.

Rut Capítulos 1-4.

INTRODUCCIÓN
La historia de Rut, es una prueba categórica, de que el amor de Dios, solo tiene una condición: Aceptarlo como Señor y Salvador. Y cuando Dios decretó la destrucción de los cananeos. Aún estaba implícito en esa orden de salvación a todo los que querían volverse al Dios verdadero.  Y así, “Todos los que, como Rahab la cananea, y Rut la moabita, se volvieran de la idolatría al culto del verdadero Dios, habían de unirse con el pueblo escogido”.  PVGM.

*El libro de Rut no nos da la historia de un amor romántico, sino del amor reverente de una viuda joven por la madre de su esposo difunto.  

El amor que se revela en el carácter de Rut es del tipo más puro, abnegado y extraordinario.  Aunque era moabita, Rut aceptó como propia la fe de Noemí, y fue recompensada mediante su matrimonio con un noble judío, Booz, con quien llegó a ser antecesora de David, y así finalmente de Cristo. 

*Las costumbres, la sociedad y el gobierno que se reflejan en el libro de Rut, concuerdan con el período de los jueces, tal como se presentan en el libro de ese nombre.  Esto se hace más evidente a medida que se estudian los detalles de la narración de Rut.

*La relación entre suegra y nuera es tema de diversión para muchos.  Pero no ocurre así con la relación de Rut y su suegra Noemí.

*Después de una permanencia de diez años en la tierra de Moab, Noemí, cuyo esposo e hijos habían muerto, supo que nuevamente había abundancia en la tierra de Judá, y decidió regresar.  Rut, con una devoción que casi habla tanto en favor de Noemí como de Rut misma, rompió todos los vínculos de hogar y de parentela para acompañarla.  Con una última mirada a los fértiles campos de su patria, Moab, y con una apasionada exclamación dirigida a Noemí, "tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios", entró en una tierra extraña, se unió con el verdadero pueblo de Dios, y se convirtió en adoradora del Dios de los cielos. 
 Esta lealtad a su suegra resultó finalmente en que llegó a ser una de las progenitoras de David, el dulce salmista de Israel; de Salomón, el más sabio de los hijos de los hombres; de Zorobabel, el Moisés posterior; y del Mesías, el hijo de David.  

Finalmente el relato está repleto de ejemplos notables de fe, piedad, humildad, laboriosidad y bondad reveladas en los sucesos de la vida diaria.

Así tenemos en la historia de Rut, no sólo una joya encantadora de la literatura hebrea, sino también un comentario importante sobre una parte de la genealogía de Cristo (ver com.  Mat. 1: 4-6).

*Mediante el estudio de esta narración, Israel debería haber estado preparado para entender el plan de Dios para la salvación de individuos de todas las naciones que hiciesen lo que hizo Rut la moabita: aceptar al Dios cuyo carácter les había sido representado por sus siervos.  Era el plan de Dios que muchos fuesen transformados de tal manera en su carácter, que pudieran estar preparados individualmente para llegar a ser ciudadanos del eterno reino de Cristo (ver PVGM 232).

Rut Capítulo 1:1-22.
ELIMELEC VA A MOAB A CAUSA DEL HAMBRE DE LA TIERRA, Y MUERE ALLÁ. 
1 ACONTECIÓ en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra.  Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá.  Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.
3 Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,

MAHLÓN Y QUELIÓN TAMBIÉN MUEREN DESPUÉS DE HABERSE CASADO CON MUJERES DE MOAB. 
4 los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. 5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.

NOEMÍ, AL REGRESAR A SU TIERRA NATAL, 
6 Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. 7 Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.

DISUADE A SUS DOS NUERAS DE SU INTENCIÓN DE ACOMPAÑARLA. 
8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. 9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido.  Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron, 429 10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo. 11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? 12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido.  Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, 13 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos?  No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.

ORFA LA ABANDONA, PERO RUT INSISTE EN ACOMPAÑARLA. 
14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella. 15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. 16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré.  Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.

AMBAS LLEGAN A BELÉN DONDE SON BIEN RECIBIDAS.
19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí? 20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. 21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido? 22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada. Rut 1.

*Qué lecciones podemos sacar de este primer capítulo. Creo que muchas. Es verdad que siempre deberíamos interpretar de acuerdo a la idea original del autor. O sea que quiso decir y enseñar. 
Pero hay libertad para poder aplicarlo como una enseñanza moral, como dicen los maestros cuando enseñan con refranes: 
¿Cuál es la moraleja?

CUANDO veo a los emigrantes cerca. La gran excusa que dicen es: 
“Es que, en mi país, hay mucha crisis” 
llevando esa excusa a Elimelec (mi Dios es rey). El hizo lo mismo, por la hambruna, se fue de Belen (Casa de pan), se fue a Moab. Un enemigo del pueblo de Dios. Un pueblo idolatra con su dios QUEMOS. Que para ganar su gracia era necesario sacrificar niños. 

Excusa que no es real totalmente. 
Si fuera en extremo la hambruna. ¿Porque todo Israel no emigró? Entonces había otras alternativas que tomaron los otros ante esa crisis nacional. De quedarse en su pueblo y luchar. 

RECUERDA: “Nunca, para el hijo de Dios. Hay completa necesidad. Siempre tienes algo. Y con ese algo el resto de Israel se quedó con su pueblo; en su pueblo, mientras llegaba las lluvias”. 
Su falta de fe, le costó, pérdidas materiales, de su vida y la de sus dos únicos hijos. Dejando a una anciana sola. 

Nunca es buena inversión; dejar los caminos de Dios. Porque perdemos más de lo que ganamos. Como dice el cantico: “El mejor lugar del mundo; es estar junto a Jesús”

Pero gracias a Dios, que vela siempre por sus hijos. Proveyó en Rut a una protectora, sustentadora y compañera. A pesar de la negativa de Noemi, en que le acompañara. Ella persistió. 
Rut, vio en Noemí algo que le hizo despreciar su futuro en Moab, junto a los suyos; Y viajar a una tierra extraña. 
Quien haría eso. ¡Pocos! 

Éste mundo aún existe, porque hay mucha gente de bien, que no mira su interés personal y piensa en los demás primero.

Noemí (Dulce), llega a Belén. Cargada de amargura y frustración por las pérdidas de su esposo e hijos. Pero Dios le tenía preparado una sorpresa feliz al final. Que hermoso así también, nuestro Dios no preparará algo hermoso al final; una tierra nueva en que hará nueva las cosas. 

Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33. 
Las promesas de Dios. Son solo para los vencedores. Dios nos ayude a confiar en sus promesas, y nos dé el poder de su Espíritu para vencer. 
¡Y vivamos pensando más en sus bendiciones que en las dificultades! Amen. Ministerio Hno. Pio