EL oscurecimiento del sol ocurrió el 19 de mayo de
1780. El oscurecimiento de la luna
ocurrió en la noche del mismo día.
“El Oscurecimiento Del Sol Y La Luna” Isaías 24:23; Joel
2:30,31; San Marcos 13:24; San Mateo 24:29.
Este evento extraordinario ocurrió
como saco de silicio, y la luna se puso toda como sangre, como a la media
mañana, una extraña oscuridad cubrió gran parte de los Estados Unidos. Que duro
todo el día. Y como a la media noche se vio la luna como sangre. Siendo una
noche sin nubes. Dando cumplimiento a la
segunda y tercera señal del tiempo del fin.
Pues bien, el 19 de mayo de 1780 se cumplió esta
profecía. "Único o casi único en su
especie, por lo misterioso del hasta ahora inexplicado fenómeno que en él se
verificó... fue el día obscuro del 19 de mayo de 1780, inexplicable
obscurecimiento de todo el cielo visible y atmósfera de Nueva
Inglaterra." -R. M. Devens, Our First Century, pág. 89.
"La obscuridad de la noche no fue menos extraordinaria
y terrorífica que la del día, pues no obstante ser casi tiempo de luna llena,
ningún objeto se distinguía sin la ayuda de luz artificial, la cual vista de
las casas vecinas u otros lugares distantes parecía pasar por una obscuridad
como la de Egipto, casi impenetrable para sus rayos." -Isaías Thomas,
Massachusetts Spy; or American Oracle of Liberty, tomo 9, No. 472 (25 de mayo, 1780).
Un testigo ocular de la escena dice: "No pude substraerme, en aquel momento,
a la idea de que si todos los cuerpos luminosos del universo hubiesen quedado
envueltos en impenetrable obscuridad, o hubiesen dejado de existir, las
tinieblas no habrían podido ser más intensas.“
-Carta del Dr. S.
Tenney, de Exeter, N. H., diciembre de 1785 (Massachusetts Historical Society
Collections, 1792, serie 1, tomo 1, pág. 97).
Aunque la luna llegó aquella noche a su plenitud, "no
logró en lo más mínimo disipar las sombras sepulcrales." Después de media
noche desapareció la obscuridad, y cuando la luna volvió a verse, parecía de
sangre.
El 19 de mayo de 1780 figura en la historia como el
"día obscuro.“ Desde el tiempo de
Moisés, no se ha registrado jamás período alguno de obscuridad tan densa y de
igual extensión y duración.
La descripción de este acontecimiento que han hecho los
historiadores no es más que un eco de las palabras del Señor, expresadas por el
profeta Joel, dos mil quinientos años antes de su cumplimiento: "El sol se
tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día grande y
espantoso de Jehová" (Joel 2: 31).
Cristo había mandado a sus discípulos que se fijasen en las
señales de su advenimiento, y que se alegrasen cuando viesen las pruebas de que se
acercaba.
"Cuando estas cosas comenzaren a hacerse -dijo,- mirad,
y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca."
Llamó la atención de sus discípulos a los árboles a punto de
brotar en primavera, y dijo: "Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros
mismos entendéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis
hacerse estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios."
(San Lucas 21: 28,
30, 31). {El Conflicto de los Siglos Pág. 351-354}.
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