martes, 21 de abril de 2020

162. EL INICIO DEL DECLIVE DE SAÚL.


8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz.  Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho?  Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová.  Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 
1 Samuel 13.

EL VERDADERO SAÚL
*DESPUÉS de la asamblea de Gilgal, Saúl licenció el ejército que había acudido a su llamamiento para destruir a los amonitas.  Sólo retuvo una reserva de dos mil hombres que habían de permanecer apostados bajo su mando en Michmas, y mil hombres para que asistieran a su hijo Jonatán en Gabaa.  Esto fue un grave error.  Su ejército se había llenado de esperanza y ánimo con la victoria reciente; y si él hubiera procedido inmediatamente contra otras naciones enemigas de Israel, habría dado un golpe decisivo en pro de las libertades de la nación.
MIENTRAS TANTO, sus belicosos vecinos, los filisteos, estaban activos.  Aun después de la derrota de Eben-ezer, habían conservado algunos fortines en las colinas de la tierra de Israel; y ahora se establecieron en el mismo corazón del país.  En cuanto a facilidades, armas y equipo en general, los filisteos tenían una gran ventaja sobre Israel.  Durante el largo período de su opresión, habían procurado acrecentar su poder prohibiéndoles a los israelitas que practicaran el oficio de herreros, no fuera que se fabricaran armas de guerra.  Una vez hecha la paz, los hebreos hubieron de seguir acudiendo a las guarniciones filisteas para los trabajos de esa clase que necesitaban. 
DOMINADOS por el amor a la comodidad, y por el espíritu abyecto que creara la larga opresión, los hombres de Israel habían descuidado, en alto grado, el proporcionarse armas de combate.  En la guerra se usaban arcos y hondas, y los israelitas podían obtener estas cosas; pero ninguno de ellos, excepto Saúl y su hijo Jonatán, poseían una lanza o una espada. (1 Sam. 13: 22.)

Hasta el segundo año del reinado de Saúl no se hizo esfuerzo alguno por subyugar a los filisteos. El primer golpe fue 670 dado por Jonatán, el hijo del rey, que atacó y venció la fortaleza de Gabaa.  Los filisteos exasperados por la derrota que habían sufrido, se dispusieron a atacar con celeridad a Israel.
Saúl mandó entonces proclamar la guerra a son de trompeta en toda la tierra, para llamar a todos los hombres de guerra, inclusive las tribus de allende el Jordán, a fin de que se reunieran en Gilgal.  Esta orden y citación fue obedecida. Los filisteos habían reunido un enorme ejército en Michmas, "treinta mil carros, y seis mil caballos, y pueblo como la arena que está a la orilla de la mar en multitud." (1 Sam. 13: 5.) Cuando lo llegaron a saber Saúl y su ejército en Gilgal, el pueblo se atemorizó al pensar en las enormes fuerzas que habría de arrostrar en batalla.  No estaba preparado para ello, y muchos estaban tan aterrorizados que rehuían la prueba de un encuentro.  Algunos atravesaron el Jordán, en tanto que otros se escondieron en cuevas y hoyos, y entre las rocas que abundaban en aquella región.  A medida que se acercaba la hora de la batalla, el número de desertores aumentaba, y los que no se habían retirado de sus puestos estaban llenos de temor y de presentimientos desfavorables.

CUANDO SAÚL FUE UNGIDO REY DE ISRAEL, había recibido de Samuel instrucciones precisas acerca de la conducta que debía seguir en esa ocasión.  "Bajarás delante de mi a Gilgal -le había dicho el profeta;- y luego descenderé yo a ti para sacrificar holocaustos, e inmolar víctimas pacíficas. Espera siete días, hasta que yo venga a ti, y te enseñe lo que has de hacer." (1 Sam. 10: 8.)

SAÚL ESTUVO AGUARDANDO UN DÍA TRAS OTRO, pero sin hacer esfuerzos decididos por animar al pueblo ni inspirarle confianza en Dios.  Antes que hubiera expirado el plazo señalado por el profeta, se impacientó por la tardanza, y se dejó desalentar por las circunstancias difíciles que le rodeaban.

En vez de procurar fielmente preparar al pueblo para el servicio que Samuel iba a celebrar, cedió a la incredulidad y los funestos presentimientos.

“BUSCAR A DIOS por medio del sacrificio era 671 una obra muy solemne e importante; y Dios exigía que su pueblo escudriñara sus corazones y se arrepintiera de sus pecados, para que la ofrenda le fuera aceptable y su bendición pudiera acompañar sus esfuerzos por vencer al enemigo”.

Pero Saúl se había vuelto inquieto; y el pueblo, en vez de confiar en Dios y en su ayuda, quería ser dirigido por el rey a quien había escogido.
Sin embargo, el Señor seguía interesándose en ese pueblo, y no lo entregó a los desastres que le habrían sobrevenido si el brazo frágil de la carne hubiera sido su único sostén. Lo puso en estrecheces para que pudiese convencerse de cuán insensato es fiar en el hombre, y para que se volviera a él como a su única fuente de auxilio.

Había llegado la hora de la prueba para Saúl.  Debía él demostrar si quería o no depender de Dios y esperar con paciencia en conformidad con su mandamiento, revelando así si era hombre en quien Dios podía confiar como soberano de su pueblo en estrecheces, o si iba a vacilar y revelarse indigno de la sagrada responsabilidad que había recaído en él.

¿ESCUCHARÍA el rey escogido por Israel al Soberano de todos los reyes? ¿Dirigiría él la atención de sus soldados pusilánimes hacia Aquel en quien hay fuerza y liberación sempiternas?

Con impaciencia creciente esperaba Saúl la llegada de Samuel, y atribuía la confusión, la angustia y la deserción de su ejército a la ausencia del profeta. Llegó el momento señalado, pero el varón de Dios no apareció inmediatamente. La providencia de Dios había detenido a su siervo. PERO EL ESPÍRITU INQUIETO e impulsivo de Saúl no pudo ser refrenado por más tiempo. 

CREYENDO que debía hacerse algo para calmar los temores del pueblo, resolvió convocar una asamblea para el servicio religioso, e implorar la ayuda divina mediante el sacrificio.

Dios había ordenado que sólo los que habían sido consagrados para el servicio divino podían presentarle los sacrificios.  Pero Saúl mandó: "Traedme holocausto y sacrificios pacíficos" (1 Samuel 13, 14), 
y así como estaba, 672 equipado con su armadura y sus armas de guerra, se acercó al altar y ofreció el sacrificio delante de Dios.
"Y como él acababa de hacer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl le salió a recibir para saludarle." Samuel vio en seguida que Saúl había obrado contrariamente a las instrucciones expresas que se le habían dado.  El Señor había dicho por medio del profeta que en esa ocasión revelaría lo que Israel debía hacer en esta crisis.  Si Saúl hubiera cumplido las condiciones bajo las cuales se prometió la ayuda divina, el Señor habría librado maravillosamente a Israel mediante los pocos que permanecieran fieles al rey.  
PERO SAÚL estaba tan satisfecho de sí mismo y de su obra, que fue al encuentro del profeta como quien merecía alabanza y no desaprobación.
El semblante de Samuel estaba cargado de ansiedad y tribulación; pero a su pregunta: "¿Qué has hecho?" Saúl contestó excusando su acto de presunción y dijo: "Vi que el pueblo se me iba, y que tú no venías al plazo de los días, y que los Filisteos estaban juntos en Michmas, me dije: Los Filisteos descenderán ahora contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Esforcéme pues, y ofrecí holocausto.

"Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.  Mas ahora tu reino no será durable: Jehová se ha buscado varón según su corazón, al cual Jehová ha mandado que sea capitán sobre su pueblo.... Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín."
O Israel debía dejar de ser el pueblo de Dios, o el principio en que se fundaba la monarquía debía mantenerse y la nación debía ser gobernada por un poder divino.  Si Israel quería pertenecer enteramente al Señor, si la voluntad de lo humano y de lo terrenal se mantenía en completa sujeción a la voluntad de Dios, él continuaría siendo el Soberano de Israel.  Sería él su defensa mientras el rey y el pueblo se condujeran como subordinados a Dios. 

Pero ninguna monarquía podía prosperar 673 en Israel si no reconocía en todas las cosas la autoridad suprema de Dios. Si en esta hora de prueba Saúl hubiera demostrado alguna consideración por los requerimientos divinos, el Señor podría haber realizado su voluntad por medio de él.  Al fracasar entonces demostró que no era apto para desempeñar el cargo de vicegerente de Dios ante su pueblo.  Más bien descarriaría a Israel. 
SU VOLUNTAD, Y NO LA VOLUNTAD DE DIOS, 
SERÍA EL PODER DOMINADOR. 
Si Saúl hubiera sido fiel, su reino se habría afirmado para siempre; pero en vista de que había fracasado, el propósito de Dios debía ser alcanzado por medio de otro.  El gobierno de Israel debía ser confiado a quien gobernara al pueblo de acuerdo con la voluntad del Cielo.

NO SABEMOS CUÁLES SON LOS GRANDES INTERESES que pueden hallarse en juego cuando Dios nos prueba.  No hay seguridad excepto en la obediencia estricta a la palabra de Dios.  Todas sus promesas se han hecho bajo una condición de fe y obediencia, y el no cumplir sus mandamientos impide que se cumplan para nosotros las abundantes provisiones de las Escrituras. 

No debemos seguir nuestros impulsos, ni depender de los juicios de los hombres; debemos mirar a la voluntad revelada de Dios y andar de acuerdo con sus mandamientos definitivos, cualesquiera que sean las circunstancias.

 Dios se hará cargo de los resultados; mediante la fidelidad a su palabra podemos demostrar en la hora de las pruebas, delante de los hombres y de los ángeles, que el Señor puede confiar en que aun en lugares difíciles cumpliremos su voluntad, honraremos su nombre, y beneficiaremos a su pueblo. PPEGW

·       SAÚL estaba emocionado por el éxito inmediato en su vida. Primero al ser ungido rey y la consiguiente prueba de que Dios los guiaba, al darle éxito en muchos de sus emprendimientos. Y fue tanta su alegría que después de la derrota de los amonitas. Mostró un espíritu perdonador y conciliador. 
Hasta ahí, todo bien.
·       Como en toda relación matrimonial, la emoción, el romanticismo, la hilaridad… tiene poca duración. Hasta que sale la verdadera personalidad y carácter de los contrayentes.  Que prueban, Si será duradero el amor o solo un grato recuerdo.
·       La relación con Dios es parecida. Y Saúl que tenía más en contra que a favor en relación a su carácter. 
No fortaleció esas partes flacas de su ser con el poder de Dios. dejó de vigilar y orar como debe ser.
·       Lo mismo pasa en nuestra vida cristiana. Vivimos sin pensar o ignoramos voluntariamente, de que nuestra naturaleza caída al entregarnos al Señor no desaparece, solo está durmiendo o muerto momentáneamente. Y cuando lo alimentamos con lo que antes hacíamos y amábamos. Resucitará y tomará el control nuevamente. Y muchas veces el estado posterior es peor. Mateo 12:43-45.
·       Y eso le está sucediendo a Saúl. Ahora paulatinamente, si no cambia, su futuro es incierto. El primer paso ya lo dio, y Samuel ya le informó, que su reino seria dado a otro. Vers. 9-14.
·       Que lección para nosotros: “Que debemos vigilar y orar”. Algo más para estar firmes y no caer. Recordemos lo dijo nuestro Señor Jesús al respecto:
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mateo 6.

Y Apóstol Inspirado por el Espira Santo Dice: “No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios”. 1 Corintios 10:21.
Hay una ley espiritual y mental: 
“Que nos transformaos a los que nos gusta contemplar y amar”
Por tanto “Cultivad vuestros talentos con fervor perseverante.  
EDUCAD y DISCIPLINAD la mente POR EL ESTUDIO,
 LA OBSERVACIÓN y la REFLEXIÓN en LA PALABRA 
DE DIOS.  
No podéis encontraros con la mente de Dios 
a menos que pongáis en uso toda facultad”.  1MCP
 Es nuestra la decisión, 
si seremos ignorantes y analfabetos espirituales o ilustrados. 
Dios nos ayude, a hacer de él; el centro de nuestra vida. Amen. 
Ministerio Hno. Pio

viernes, 3 de abril de 2020

161. DISCURSO Y DESPEDIDA DE SAMUEL.


1 Samuel Capítulo 12
SAMUEL HABLA DE SU INTEGRIDAD.
1 DIJO Samuel a todo Israel: He aquí, yo he oído vuestra voz en todo cuanto me habéis dicho, y os he puesto rey.
2 Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros.  Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.
3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.
4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre.
5 Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado cosa alguna en mi mano.  Y ellos respondieron: Así es.

*1. He oído.
El reino de Dios se basa en el principio de la libre elección.  El hecho de que Dios conozca el fin desde el principio en ninguna forma limita al hombre para que tome sus propias decisiones (ver Ed 174).  Antes de que los israelitas entraran en Palestina, Dios les reveló que llegaría el tiempo cuando pedirían un rey (Deut. 17: 14).  Al hacer esa revelación, no les expresó cuál era su voluntad en el asunto.  Tan sólo desplegó ante ellos la forma en que se desarrollarían los acontecimientos.

En todo cuanto me habéis dicho.
Dios les había dado un rey que correspondía con los ideales de ellos -por lo menos en lo que concernía a la apariencia- y que también parecía estar a la altura de las normas espirituales deseadas por Dios.  DURANTE LOS ÚLTIMOS MESES SAÚL HABÍA DEMOSTRADO QUE ESTABA POSEÍDO POR EL ESPÍRITU DE DIOS.  Era apacible en su proceder, paciente con sus enemigos, humilde delante del Señor, obediente a los consejos del profeta, enérgico para la guerra, decisivo en las emergencias y se destacaba por su abnegación.

Os he puesto rey.
SI EL SEÑOR HUBIESE PERMITIDO ELECCIONES EN ISRAEL, las aspiraciones políticas de las tribus más grandes sin duda habrían producido confusión y una amarga división.  Al echar suertes, fue tomado uno de la tribu más pequeña.  Israel debía comprender su continua necesidad de la dirección divina.  Aunque los israelitas ahora tenían un rey de acuerdo con su deseo, DEBÍAN RECORDAR que no se puede progresar con ejército ni con fuerza, sino con el Espíritu de Dios (ver Zac. 4: 6). DEBERÍAN haber estado dispuestos a seguir a su juez -Samuel- que los había conducido a través de más de una crisis durante las décadas de su ministerio.  Pero una vez que su decisión en favor de una forma monárquica de gobierno había sido confirmada irrevocablemente, Samuel procuró que comprendieran QUE UN DIRIGENTE NO PUEDE IR MÁS A PRISA DE LO QUE LOS SUYOS ESTÁN DISPUESTOS A ACOMPAÑARLO, y que las acciones del caudillo deben estar condicionadas por la elección voluntaria del pueblo.  Aunque se daba cuenta de que había indecibles peligros por delante, no guardó resentimiento para con ellos, ni en forma alguna los abandonó para que siguieran sus propias inclinaciones.

3. Aquí estoy.
EL ANCIANO PROFETA NO ERA EGOCÉNTRICO.  Procuró que los israelitas -entonces muy excitados como resultado de sus últimas victorias y felices por el nombramiento de un rey- tranquilamente hicieran memoria de la forma en que Dios los había tratado en lo pasado y que examinaran las perspectivas del futuro.  EN LA MONARQUÍA RECIÉN ESTABLECIDA NO SE NECESITARÍAN MÁS LOS SERVICIOS DE SAMUEL COMO JUEZ.  El rey se rodearía de hombres de guerra (cap. 14: 52) y la influencia moral de Samuel sería sobrepujada por la fuerza física de las órdenes de Saúl.  Con todo, Samuel todavía podía ser el portavoz de Dios y podía ser aún el canal por cuyo medio el Espíritu de Dios dirigiría a su pueblo.

FUE UN TIEMPO DE AGUDA CRISIS PARA SAMUEL, quien comprendió que en gran medida la eficacia convincente del mensaje que estaba por presentar dependía de su propia integridad de carácter.  A no ser por esto, su consejo sería poco eficaz.  Los israelitas lo conocían desde su nacimiento; sabían de su obra como profeta; eran testigos de su conducta como juez y profeta; conocían su carácter ejemplar; estaban familiarizados con la justicia y equidad de sus decisiones judiciales; les era fácil admitir que nunca se había enriquecido con su cargo; estaban convencidos de que su único propósito en la vida era poner en práctica las órdenes de Dios para el bienestar de ellos.

LA VIDA DE SAMUEL MUESTRA Claramente Que El Carácter, Como Una Planta, Crece Gradualmente.  Sus facultades habían sido regidas desde la niñez por un espíritu de consagración.  Así como la savia proporciona los elementos para el crecimiento de la planta, también el Espíritu de Dios se convirtió en una 504 fuerza interior, silenciosa, QUE SE DIFUNDÍA por todos sus pensamientos, sentimientos y acciones, hasta que todos los hombres pudieron ver que su vida seguía las pautas divinas.  EL CARÁCTER SIMÉTRICO DE SAMUEL ERA EL RESULTADO DEL CUMPLIMIENTO DE SUS DEBERES, realizados bajo la dirección del Espíritu Santo.  Así es hoy día: "En todos los que se sometan a su poder, el Espíritu de Dios consumirá el pecado" 
(DTG 82).

“Es Tan Plenamente Posible Ser Un Samuel Hoy En Día Como Lo Fue Mil Años Antes De Cristo”.

 SAMUEL REPROCHA AL PUEBLO SU INGRATITUD.
6 Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová que designó a Moisés y a Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto, es testigo.
7 Ahora, pues, aguardad, y contenderé con vosotros delante de Jehová acerca de todos los hechos de salvación que Jehová ha hecho con vosotros y con vuestros padres.
8 Cuando Jacob hubo entrado en Egipto, y vuestros padres clamaron a Jehová, Jehová envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.
9 Y olvidaron a Jehová su Dios, y él los vendió en mano de Sísara jefe del ejército de Hazor, y en mano de los filisteos, y en mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.
10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado, porque hemos dejado a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, Pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.
11 Entonces Jehová envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos en derredor, y habitasteis seguros.
12 Y habiendo visto que Nahas rey de los hijos de Amón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros un rey; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.
13 Ahora, pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto rey sobre vosotros.
14 Si temiereis a Jehová y le sirvierais, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien.
15 Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres.

*6. Jehová.
Este Jehová a quien todos ellos habían invocado como testigo, "designó" -literalmente "hizo"- a Moisés y a Aarón, los protegió de la venganza de Faraón y los sacó de la casa de servidumbre.  SIN EMBARGO, AL PEDIR UN REY querían decir que Dios no podía protegerlos de los estragos de las bandas merodeadoras de las naciones circunvecinas, aun cuando estaban establecidos en sus propias ciudades y no eran más esclavos.

9. Olvidaron a Jehová.
Rodeados por idólatras, como habían estado en Egipto, y viviendo ahora entre naciones que practicaban las formas más degradantes de culto, les resultó difícil a los israelitas ser el pueblo peculiar de Dios y dar testimonio con su vida de una forma mejor de hacer frente a los intrincados problemas de la vida.

“Las Formas De Culto Estaban Entonces Tan Firmemente Establecidas Como Lo Están Hoy Las Modas De Vestir”.

 Se necesitaba mucho valor para resistir la marea de la opinión pública, y pocos estaban dispuestos a intentarlo.

 MUCHO ANTES de la migración de Israel a Egipto, LOT CREYÓ que él y su familia podrían vivir en Sodoma sin sentir la influencia de las costumbres allí prevalecientes.  Tristes fueron los resultados de su decisión.  Dios prohibió a Israel que hiciera alianza alguna con los idólatras autóctonos de esas tierras.  Pero, cansados de guerrear, los israelitas pensaron que era mejor que se relacionaran íntimamente con los cananeos.  Tristes fueron las opresiones resultantes de Eglón, rey de Moab (Juec. 3: 12-14), de Sísara, capitán de las huestes de Jabín (Juec. 4: 2), de los filisteos 
(Juec. 13: 1) y de otros.

10. Clamaron.
Esta súplica consta de dos partes: (1) una confesión de haberse desviado al no seguir a su Guía, y (2) un pedido de liberación acompañado por la promesa de servir a Dios fielmente de entonces en adelante. 

“Pero Parece Que El Ser Humano Siempre Será Incapaz De Aprender Por La Experiencia Ajena”.

 Sigue sus propias inclinaciones hasta que casi es demasiado tarde y finalmente, con profunda desesperación, admite su propia necesidad de ayuda exterior.  Piensa que ha aprendido su lección y que nunca volverá a caer.

POR EJEMPLO, SALOMÓN entró en el laboratorio de la vida y probó toda forma concebible de felicidad.  Pero en cada experimento sólo halló vanidad y aflicción de espíritu (Ecl. 1: 14, 17; 2: 11, 15, 17, 23, 26; etc.). Finalmente llegó a la conclusión de que el temor de Jehová y la obediencia a sus mandamientos constituyen el todo del hombre (Ecl. 12: 13).  Pero aun con ejemplos tales delante de sí, los hombres pronto olvidan las conclusiones del sabio hasta que han recorrido el camino por sí mismos y han comprobado bien que uno cosechará con seguridad lo que siembra.

11. Jerobaal.
Otro nombre de Gedeón que recuerda la ocasión cuando derribó el altar de Baal (ver Juec. 6: 25-32).

Barac.
"Bedán" (RVA).  No hay ningún juez que lleve el nombre de "Bedán".  En la LXX y en la versión Siriaca se lee "Barac".  La letra hebrea d se parece mucho a la letra r, y la n a la k (ver com.  Gén. 10: 4; 25: 15).  Otros identifican a "Bedán" con "Abdón" (ver Juec. 12: 13, 15) debido al parecido entre estos dos nombres en hebreo, mayor que el que hay entre "Bedán" y "Barac".

Jefté.
El paladín de Israel cuando los hijos de Amón intentaron recuperar la tierra de Galaad (Juec. 11). Jefté dijo a los amonitas que él confiaba en el poder de Dios para proteger a Israel en su posesión de la tierra (Juec. 11: 24), y su victoria sobre ellos fue tan completa como lo fue más tarde la de Saúl.

14. Si temiereis a Jehová.
Fuera de sí de gozo por su victoria, los israelitas habían coronado a Saúl como rey sin pensar ni en el futuro ni en el liderazgo protector de Dios en el pasado.  Al igual que Adán, quien por su libre elección había escogido una forma de vida contraria a la voluntad divina, también ahora la decisión de Israel fue tal que afectó la vida futura de toda la nación.  Sin embargo, Dios aseguró su dirección divina a las huestes de Israel si reconocían su dependencia de él, aceptaban su consejo y seguían sus órdenes.

15. Si no oyereis.
Israel se había rebelado contra Dios al pedir un rey.  Con frecuencia se había rebelado en lo pasado.  Sin embargo, cada vez que clamó al Señor, había recibido ayuda.
La mano de Jehová.
No podían decir que la mano de Dios había estado contra ellos.  Los había protegido y salvado repetidas veces aunque, por su egoísmo y necedad, vez tras vez se habían apartado de él.  Dios procuró inducirles a responder voluntariamente a su amor como individuos. ¿En qué otra forma podían aprender que ninguna nación puede ser salvada como nación, sino que cada individuo debe decidir por sí mismo sin tomar en cuenta su ambiente?

DIOS ATEMORIZA AL PUEBLO CON TRUENOS Y LLUVIA EN TIEMPO DE COSECHA.
16 Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos.
17 ¿No es ahora la siega del trigo?  Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y lluvias, para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová, pidiendo para vosotros rey.
18 Y  Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel.
19 Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.

*17. Truenos y lluvias.
Dios no podía dar a Israel una evidencia más impresionante que la señal de la lluvia en tiempo de la cosecha.  Sería algo sorprendente una lluvia en primavera: el tiempo de la cosecha.  En Palestina, las lluvias primaverales normalmente cesan antes del tiempo de la pascua, e inmediatamente se inicia la estación seca.  La lluvia vuelve en el otoño antes de la siembra del trigo y la cebada.

Para que conozcáis.
Debían conocer dos cosas: (1) que habían pecado delante del Señor al demandar un rey, y (2) que Dios los amaba y nunca los abandonaría.  Ese día añadieron otro recordativo a las muchas pruebas que ya habían recibido: que el hijo pródigo que vuelve al hogar recibe la más cordial bienvenida de parte de su Padre.

SAMUEL CONSUELA AL PUEBLO EN LA MISERICORDIA DE DIOS.
20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón.
21 No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.
22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, 503 por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.
24 Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
25 Mas si perseverarais en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis. 1 Samuel 12. 

20. Con todo vuestro corazón.
El servicio para Dios es una esclavitud voluntaria que emana del amor.  Por causa del amor, el hombre hará lo que no haría de otra manera.  Samuel amaba al Señor, y su servicio era el de un esclavo que se deleitaba en estar con su amo.  Cuando el pueblo observaba una comunión tal entre Samuel y el Señor, tendía a crearse el deseo de experimentar lo mismo.

21. No os apartéis.
El verdadero amor no es estático; es progresivo.  Dios estuvo listo para revelar su amor permanente para Israel.  Le dolía ver que los israelitas se volvían egoístas y lo olvidaban.  Es constante el amor de Dios para el hombre y lo invita a que retribuya ese amor en la forma de un servicio consagrado.

23. Os instruiré.
Samuel aseguró a los israelitas que no les tenía mala voluntad debido a la elección que habían hecho, y que dedicaría su vida para seguirlos instruyendo en las cosas de Dios.  Aunque no tendría la responsabilidad del gobierno ahora que ellos habían elegido un rey, como profeta todavía sería el representante de Dios para ellos.  Samuel comprendía los peligros del futuro.  Sabía que era imposible que el ser humano hiciera lo correcto sin ser guiado por el Espíritu de Dios.  Comenzaba a darse cuenta de que sus responsabilidades como profeta probablemente serían aún mayores que en el pasado; sin embargo, estaba resuelto a que nadie jamás pudiera señalarlo con el dedo para dirigirle el posible reproche de que no había estado cerca de Israel a través de todas las vicisitudes de la vida.  Como juez, había sido leal a los israelitas; y ahora que lo habían rebajado de categoría, por así decirlo, iba a demostrarles que su amor para ellos no había cambiado como tampoco el amor de Dios.

24. Considerad.
UNA DE LAS COSAS que más necesitan los hombres hoy día es darse tiempo para la meditación en la infinita bondad de Dios y en las pruebas de su cuidado y conducción. 2 CBA

 DISCURSO DE SAMUEL. En esa llanura, vinculada con tantos recuerdos conmovedores, estaban Samuel y Saúl; y cuando los gritos de bienvenida al rey se hubieron acallado, el anciano profeta pronunció sus palabras de despedida como gobernante de la nación.

"He aquí -dijo él,- yo he oído vuestra voz en todas las cosas que me habéis dicho, y os he puesto rey.  Ahora pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros.  Yo soy ya viejo y cano; . . . y yo he andado delante de vosotros desde mi mocedad hasta este día.  Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho por el cual haya cubierto mis ojos: y os satisfaré."

A una voz el pueblo contestó: "Nunca nos has calumniado, ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre." 667
Samuel no procuraba meramente justificar su propia conducta.  Había expuesto previamente los principios que debían regir tanto al rey como al pueblo, y deseaba tan sólo agregar a sus palabras el peso de su propio ejemplo.  Desde su niñez había estado relacionado con la obra de Dios, y durante toda su larga vida había tenido un solo propósito: la gloria de Dios y el mayor bienestar de Israel.

Antes de que pudiera Israel tener alguna esperanza de prosperidad, debía ser inducido al arrepentimiento para con Dios.  Como consecuencia del pecado había perdido la fe en Dios, y la capacidad de discernir su poder y sabiduría para gobernar la nación; había perdido su confianza en que Dios pudiera vindicar su causa.
  Antes de que pudieran los israelitas hallar verdadera paz, debían ser inducidos a ver y confesar el pecado mismo del cual se habían hecho culpables.  Habían expresado así su objeto al exigir un rey: "Nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras."

Samuel reseñó la historia de Israel, desde el día en que Dios lo sacó de Egipto.  Jehová, el Rey de reyes, había ido siempre delante de ellos, y había librado sus batallas.  A MENUDO SUS PROPIOS PECADOS LOS HABÍAN ENTREGADO AL PODER DE SUS ENEMIGOS, pero tan pronto como ellos se apartaban de sus caminos impíos, la misericordia de Dios les suscitaba un libertador. 

El Señor envió a Gedeón y a Barac, "a Jephté, y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos alrededor, y habitasteis seguros." Sin embargo, cuando se vieron amenazados de peligro declararon: "Rey reinará sobre nosotros; siendo -dijo el profeta- vuestro rey Jehová vuestro Dios."

Samuel continuó diciendo: "Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos. ¿No es ahora la siega de los trigos?  Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey.  Y Samuel clamó a Jehová; y Jehová dio truenos y aguas en aquel día." 668

En el Oriente, no solía llover durante el tiempo de la siega del trigo, en los meses de mayo y junio. El cielo se mantenía despejado, y el aire era sereno y suave.  Una tormenta tan violenta en ese tiempo llenó de temor todos los corazones.  Con humillación el pueblo confesó sus pecados, -el pecado preciso del cual se había hecho culpable: "Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, que no muramos: porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros."
Samuel no dejó al pueblo en el desaliento, pues éste habría impedido todo esfuerzo por vivir mejor.  Satanás los habría inducido a considerar a Dios como severo e implacable, y así habrían quedado expuestos a múltiples tentaciones. 

Dios es misericordioso y perdonador, y desea siempre manifestar favor hacia su pueblo cuando éste obedece a su voz.  "No temáis -fue el mensaje que Dios envió por medio de su siervo:- vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servid a Jehová con todo vuestro corazón: no os apartéis en pos de las vanidades, que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.  Pues Jehová no desamparará a su pueblo."

NADA DIJO SAMUEL acerca del desprecio que él había sufrido; ni reprochó a Israel la ingratitud con la cual le había retribuido toda una vida de devoción.  Antes le prometió seguir interesándose incesantemente por él: "Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes yo os enseñaré por el camino bueno y derecho.  Solamente temed a Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros.  Mas si perseveraréis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis." PPEGW

*Toda buena lección o discurso pasa y se olvida.
¿Porque debe ser así?
En el futuro veremos que Israel, pronto olvidó, a través de su historia, la enseñanza de los grandes líderes que pasaron. Principalmente la enseñanza del Torá.
Olvidó porque no puso en práctica las enseñanzas. Conforme al principio básico: Oír, Aprender y guardar para practicarlo. Deut. 5:1; 6.
Eso también puede suceder con nosotros, sino ponemos en práctica lo aprendido. Que Dios more siempre con su Espíritu en todo nuestro Ser. Amen. 
Ministerio Hno. Pio

160. SAÚL UNIFICA ISRAEL Y ES CONSTITUIDO REY.


1 Samuel Capítulo 11.
NAHAS AMENAZA A LOS DE JABES DE GALAAD.
1 DESPUES subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad.  Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.
2 Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
3 Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti.

*1. Nahas amonita.
 El nombre Nahas es la palabra qtie en hebreo significa "serpiente".  Abundaban los adornos en forma de serpientes en los templos paganos de Palestina.  A los hijos de Israel les pareció conveniente preservar la serpiente de bronce después de lo que les pasó con los reptiles venenosos en el desierto de Zin cuando salieron de Cades (Núm. 20: 1; 21: 59; cf. 2 Rey. 18: 4).
 Viendo la importancia que se daba a las serpientes en las religiones de todos sus vecinos, no mucho tiempo después los israelitas también comenzaron a venerar la serpiente que pensaban que los había salvado en el desierto (cf.  Eze. 8: 7-12).

 Posteriormente, en los días de Ezequías, fue destruida la serpiente de bronce debido a ese culto (2 Rey. 18: 4).  Puesto que los nombres personales con frecuencia eran formados con los de diversas deidades, es evidente que a Nahas se le dio un nombre que implicaba ciertas características de la serpiente, tales como sabiduría, astucia y maña. 499

Jabes de Galaad.
Mejor "Yabés" (BJ).  Hasta hace algún tiempo, los eruditos creían que este pueblo estuvo en las colinas que dominan el Wadi Y~bis (Jabes) a unos 11,5 km al este del río Jordán.  Pero esta distancia habría sido demasiado grande para que los hombres de Jabes de Galaad llevaran los cuerpos de Saúl y de Jonatán la misma noche en que sacaron los cadáveres decapitados y empalados de esos personajes del muro de la ciudad de Betseán (cap. 31: 11-13).  El arqueólogo Nelson Glueck encontró varias pruebas muy claras que lo llevaron a identificar a Jabes de Galaad con los actuales montículos de Tell el-Meqbereh y Tell Abã Kharaz, que están a casi tres kilometros al este del Jordán, y que dominan el río Yabis después de que éste emerge de su profundo barranco en las colinas de Galaad y corre hacia el oeste hasta unirse con el Jordán (The River Jordan [El río Jordán, págs. 159-167). 
Esta ciudad había sido el hogar de las 400 doncellas cuyos padres fueron muertos porque no participaron en la guerra civil contra Benjamín, y que fueron dadas como esposas al residuo de esa tribu después de su extinción casi total (Juec. 21: 8- 14).

Muchos años antes de Nahas, Israel había estado sometido a los amonitas durante 18 años.  Habría sido natural que los amonitas, resentidos todavía por su derrota a manos de Jefté, hubieran estado aguardando una oportunidad para recuperar el dominio de Galaad.  Los gaditas y la media tribu de Manasés disponían de fértiles tierras regadas por los ríos Jaboc, Yabis y Yarmuk.  Debido a que por su ubicación elevada no se veían afectados por el calor del desierto, sus viñedos y excelentes campos de pastoreo provocaban la envidia de los moradores de los desiertos orientales. Jabes de Galaad había resurgido de la ruina de días previos, pero probablemente sus habitantes no habían olvidado el brutal castigo que sufrieron después del asunto de Benjamín.  Pero más fuerte que la enemistad entre los hombres de Jabes de Galaad y sus propios parientes, estaba el odio que sentían los amonitas contra todo Israel como resultado de la derrota que les infligió Jefté.

2. Afrenta sobre todo Israel.
Indudablemente Nahas no sabía que Israel deseaba una cohesión más estrecha de las tribus bajo el gobierno de un rey.  Si los hombres de Jabes de Galaad conocían el plan -y todas las tribus estuvieron representadas cuando fue elegido Saúl en Mizpa (cap. 10: 17)-, pareciera que le dieron poca importancia.  EL PROCEDER DE JABES DE GALAAD DA UNA IDEA DE LA DESORGANIZACIÓN DE LA NACIÓN, no tanto debido a que necesitaba un rey sino porque había rechazado el plan del Señor. 

El egoísmo había aumentado hasta el punto de que cualquier solución ofrecida por Dios no iba a resultar aceptable para la nación en su conjunto (ver cap. 10: 27).  Nahas no tenía una INQUINA especial contra los ancianos de Jabes más que contra el resto de Israel.  Su propósito era demostrar su desprecio por todos los israelitas lesionando a algunos de ellos.  De la misma manera el adversario de las almas provoca sufrimientos a alguna alma perdida, y luego se las ingenia para que sean despreciadas las huestes de los cielos pretendiendo que ese castigo es el resultado natural de servir a Dios.

3. Enviemos mensajeros.
Parecería que desde que Israel estuvo sometido a servidumbre por los amonitas, Jabes había tenido poca relación aun con las tribus cercanas, tales como Isacar, Efraín y Benjamín.  La ciudad no estaba a más de unos 50 km de Silo, y el ministerio de Samuel parece haber estado limitado mayormente a Efraín, Benjamín y Judá. ¿Podría haber sido que los hombres de Jabes de Galaad por tanto tiempo habían fomentado su inquina contra las otras tribus que no sabían que Samuel era juez?  Hasta parece que nada sabían del nombramiento de Saúl.  Quizá no habían tomado parte en la campaña contra los filisteos; más bien se habían incluido sin estar dispuestos a participar de sus responsabilidades tribales.  Ni siquiera estaban seguros de que las tribus darían alguna respuesta a su súplica.  EN SU AGUDA DESESPERACIÓN virtualmente reconocieron sus faltas y se entregaron a la misericordia de sus compatriotas israelitas, a quienes habían desatendido en lo pasado.
“Siempre se necesita de la gente, mientras estemos vivos, decía mi Madre”

LOS DE JABES DE GALAAD ENVÍAN MENSAJEROS Y SON LIBRADOS POR SAÚL.
4 Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora?  Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes.
6 Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera.
7 Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel.  Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
8 Y los contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
9 Y respondieron a Ios mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados.  Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron.
10 Y los de Jabes dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere.
11 Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.

*5. Tras los bueyes.
Es evidente que Saúl había estado arando y regresaba con sus bueyes al anochecer. Josefo piensa que esto sucedió por lo menos un mes después de su nombramiento (Antigüedades vi. 5. 1).  PUESTO QUE SU ELECCIÓN NO RESULTÓ AGRADABLE PARA MUCHOS, es indudable que volvió a su hogar para esperar las instrucciones del profeta que lo había ungido.

 ¿Qué habría sucedido si Nahas hubiera sitiado a Jabes antes de que Saúl fuera constituido como rey? ¿Y podía haber algo más esencial para el nuevo rey que tener la ocasión de demostrar lo que valía, ante los descontentos que rehusaban reconocerlo como rey? 

El hombre y el acontecimiento se complementaban mutuamente.  No tenemos nada que temer, a menos que olvidemos cómo ha guiado Dios a su pueblo en lo pasado.  ESTA EXPERIENCIA asegura a cada humilde cristiano que es imposible que se halle en una situación para la cual Dios ya no haya provisto abundantes recursos.

6. Vino sobre él con poder.
Esta expresión es la misma que se emplea para describir la experiencia de Saúl cuando volvía a su casa después de su ungimiento (cap. 10: 6, 10). 

Acerca del llamamiento de Gedeón, el registro dice literalmente que "el Espíritu de Jehová se vistió con Gedeón" (Juec. 6: 34).  Así como Josué recibió la instrucción de acudir en ayuda de los gabaonitas -cuando los cinco reyes del sur de Canaán procuraban castigarlos por haber celebrado un tratado con los hijos de Israel- así también, sin tomar en cuenta el pasado, cuando Jabes necesitó ayuda ante el ataque de un enemigo, el Espíritu de Dios demostró que ya estaba en marcha la respuesta a su oración en procura de ayuda. ¡GRACIAS A DIOS porque tiene mil formas para librarnos de cada dificultad que se nos presenta!  ¡Alabado sea siempre nuestro Dios!

7. Un par de bueyes.
Quizá la misma yunta con que había estado arando. ¡CUÁN CERCANOS ESTÁN LOS INSTRUMENTOS CON LOS QUE SIEMPRE DIOS DEMUESTRA SU PODER!  Moisés no necesitó los caballos y carros de Egipto.  Su cayado de pastor se convirtió en la "vara de Dios".  Gedeón no necesitó las lanzas de hierro indispensables para los filisteos.  Fueron mejores unos pocos cántaros de arcilla y unas teas. 

SAÚL no pidió un equipo especial.  Sacrificando sus propios bueyes, convenció a Israel de su buena voluntad para gastarse y ser gastado a favor del Señor.  Resultaron contagiosas su energía e ingeniosidad, "y cayó temor de Jehová sobre el pueblo". 

UNA VEZ MÁS DEMOSTRÓ LA REALIDAD DE QUE, regido por el Espíritu, sería guiado para hacer lo correcto en el tiempo debido. 

El yo fue completamente olvidado.  Las críticas de los "perversos", que probablemente habían ocupado un lugar importante en el pensamiento de Saúl durante el último mes o algo más, se desvanecieron en la insignificancia.  BAJO ESE NUEVO PODER -extraño para él- Saúl sintió que aumentaba su valor.  Confiado en el éxito, sin vacilar se puso del lado de Samuel para proporcionar protección a una ciudad acosada.

8. Bezec.
Bezec, el lugar de reunión de los ejércitos de las diversas tribus, está a unos 20,4 km al noreste de Siquem en el camino a Bet-seán, y a unos 16 km al suroeste de Jabes de Galaad.  No quedaba demasiado lejos para las tribus del norte, pero está a unos 67,6 km al norte de Jerusalén.  De modo que resultaba imposible que muchos de la tribu de Judá se reunieran allí dentro del tiempo dado.  Desde Bezec, a más de 300 m sobre el nivel del mar, los ejércitos podían descender a lo largo del Wadi el-Khashneh hasta el Jordán, que en ese punto está a cerca de 300 m bajo el nivel del mar.  Vadeando ese arroyo podían llegar a la ciudad, a un par de kilómetros más hacia el este.  Esta reunión de hombres armados pudo realizarse dentro de un período de seis días, y marchando desde Bezec durante la noche, Saúl pudo llegar a Jabes temprano por la mañana del séptimo día.  A la mañana del sexto día el ejército con que contaba Saúl resultó suficiente para asegurar a los ancianos de Jabes que recibirían ayuda a tiempo.

11. A LA VIGILIA DE LA MAÑANA.
Entre los antiguos hebreos la noche estaba dividida en tres vigilias militares.  La primera vigilia se menciona en Lam. 2: 19.  Gedeón y sus hombres cayeron sobre los madianitas "al principio de la guardia [vigilia] de la medianoche" (Juec. 7: 19).  En ocasión de la tercera, o "vigilia de la mañana", fue cuando Moisés extendió su vara y las aguas del mar Rojo, volviendo a su cauce, cubrieron a los egipcios perseguidores (Exo. 14: 24-27).

  Después de marchar toda la noche, Saúl y sus tres divisiones cayeron sobre los desprevenidos amonitas durante la vigilia de la mañana  -justamente antes del amanecer-  y se riñó la batalla hasta el mediodía.  La derrota fue completa: no quedaron dos enemigos juntos.

MUCHAS DE LAS LIBERACIONES PROVIDENCIALES DE DIOS se han producido en ese momento del día.  David puede haber estado pensando en la liberación del mar Rojo cuando cantó: "Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría" (Sal. 30: 5).  A semejanza de las palabras del guarda que respondió: "La mañana viene, y después la noche" (Isa. 21: 12), LA MAÑANA trajo gozo a los ancianos de Jabes, pero la noche fue de ruina para Nahas y sus seguidores.  La destrucción que tramaba para los hombres de la ciudad sitiada se volvió 501 sobre su propia cabeza y en medida doble.

FUE EN EL MOMENTO de la vigilia matutina cuando dijo el adversario de Jacob: "Déjame, porque raya el alba" (Gén. 32: 26).  El despuntar de un nuevo día trajo consigo consuelo y seguridad.  Fue en la vigilia de la mañana (la cuarta vigilia, tal como se computaba en los días de los romanos) cuando Jesús llegó hasta la barca zarandeada por la tormenta en el mar de Galilea, y tranquilizó el corazón de los discípulos turbados con dudas en cuanto a su mesianismo (ver com.  Mat. 14: 25). 

FUE EN LA VIGILIA de la mañana cuando el cielo envió el poderoso ángel con fulmínea velocidad hasta la tumba que estaba fuera de las puertas de Jerusalén, para que derribara la guardia de soldados y exclamara: "Hijo de Dios, sal fuera; tu Padre te llama" (DTG 725, 726).

SAÚL NO SE DETUVO A PREGUNTAR por qué los ancianos de Jabes no respondieron a la invitación de Samuel cuando se iba a nombrar un rey.  No preguntó en cuanto a su pasado, cualquiera que hubiera sido.  Estaban en necesidad, y el Espíritu Santo se posesionó de él para llevarles ayuda.  DIOS SE INTERESA mucho más en nuestra reacción después de que reconocemos los errores, que en los errores en sí. Por su comportamiento posterior, los hombres de Jabes demostraron que habían experimentado un genuino cambio de corazón (1 Crón. 10: 11, 12).

SAÚL ES CONFIRMADO Y HECHO REY PÚBLICAMENTE.
12 El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los que decían: ¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros?  Dadnos esos hombres, y los mataremos.
13 Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel.
14 Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino.
15 Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal.  Y sacrificaron allí ofrendas de paz delante de Jehová, y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel. 1 Samuel 11.

*12. Dijo a Samuel.
Esto, junto con la declaración de Saúl del vers. 7, indica que el profeta fue con Saúl por lo menos hasta Bezec y ayudó en la planificación de la campaña.  Quizá los ejércitos volvieron a Bezec antes de disgregarse, muy alborozados por su victoria y listos para castigar a cualquiera que se hubiera opuesto al ungimiento de Saúl.  SU PROCEDER como militar, manifestado durante esos pocos días, fue para ellos una confirmación mayor de su título que su elección por sorteo (cap. 10: 19-21) o cuando lo ungió Samuel (cap. 10: 1).

13. Y SAÚL DIJO.
Sin esperar la respuesta de Samuel, Saúl dio otra prueba de que se había transformado en otro hombre cuando dijo que la victoria era de Jehová, y que no debía matarse a nadie.  Si debido a acontecimientos recientes un enemigo podía transformarse en un amigo, sería mayor la ventaja que si era muerto.

 EXACTAMENTE EL MISMO ESPÍRITU QUE HABLÓ MEDIANTE SAÚL FUE EL QUE HABLÓ MEDIANTE CRISTO, en su Sermón del Monte, cuando dijo: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" 
(Mat. 5: 44).

15. Gilgal.
Allí estuvo el cuartel general de Israel durante todo el período de seis años de guerra por la posesión de Palestina, pero una vez que fue sometido el país, el tabernáculo fue trasladado a Silo (Jos. 18: 1).  Sin embargo, todavía se consideraba a Gilgal como el lugar más sagrado.  Samuel lo visitaba en su gira anual (1 Sam. 7: 16).  Era un sitio especialmente frecuentado para ofrecer sacrificios (cap. 13: 8; 15: 21; etc.). Es evidente que más tarde se convirtió en un centro de idolatría (ver pág. 848).
EN ESTE LUGAR, tan saturado con los recuerdos del milagroso proceder de Dios, Samuel convocó a los hijos de Israel para renovar el reino.  Sin duda, allí volvió a recordarles el amoroso cuidado y la paciente longanimidad de un Padre celestial durante los siglos pasados.  Habría sido mucho mejor si hubieran estado satisfechos con el plan de gobierno original de Dios; pero, ya que deseaban un reino, Dios prometió conceder su Espíritu al nuevo rey como lo había hecho con los jueces. 

Aunque lo habían rechazado, tenían un abundante testimonio de que Dios todavía estaría con ellos.  Al establecer una monarquía hereditaria, los israelitas estaban abriendo las puertas a muchos problemas y peligros que no habrían encontrado si hubieran estado regidos por los jueces.  Pero por medio de Samuel Dios afirmó su amor y afecto eternos, y prometió rodearlos con la misma solícita protección de que habían disfrutado en los siglos pasados. 2 CBA

GUERRA CON AMÓN
Así las cosas, Saúl no juzgó conveniente asumir la dignidad real.  Dejando a Samuel la administración del gobierno como antes, regresó él a Gabaa.  Lo escoltó allá con honores un grupo de hombres que, viendo en él al hombre escogido divinamente, estaban resueltos a sostenerlo.  Pero él no hizo esfuerzo alguno por apoyar con la fuerza su derecho al trono.  En su casa de las alturas de Benjamín, desempeñaba pacíficamente sus deberes de agricultor, dejando enteramente a Dios el afianzamiento de su autoridad.
Poco después del nombramiento de Saúl, los amonitas, bajo su rey Naas, invadieron el territorio de las tribus establecidas al este del Jordán, y amenazaron la ciudad de Jabes de Galaad.  Los habitantes de esa región trataron de llegar a un entendimiento de paz ofreciéndoles a los amonitas hacerse tributarios de ellos.  A esto el rey cruel no quiso acceder a menos que fuese bajo la condición de que les sacara el ojo derecho a cada uno de ellos, como testimonio permanente de su poder.
Los habitantes de la ciudad sitiada suplicaron que se les diera una tregua de siete días. 

Los amonitas accedieron a esta solicitud, creyendo que con esto engrandecerían más el honor de su esperado triunfo.  En seguida los de Jabes enviaron mensajeros para pedir auxilio a las tribus del oeste del Jordán.  Así llegaron a Gabaa las noticias que despertaban terror por todas partes.

POR LA NOCHE, al regresar Saúl de seguir los bueyes en el campo, oyó ruidosas lamentaciones indicadoras de una gran 665 calamidad. Dijo entonces: "¿Qué tiene el pueblo, que lloran?" Cuando se le contó la vergonzosa historia, se despertaron todas sus facultades latentes.  "El espíritu de Dios arrebató a Saúl, . . .y tomando un par de bueyes, cortólos en piezas, y enviólas por todos los términos de Israel por mano de mensajeros, diciendo: Cualquiera que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel, así será hecho a sus bueyes."

Trescientos treinta mil hombres se congregaron en la llanura de Bezec, bajo las órdenes de Saúl. Inmediatamente se mandaron mensajeros a los habitantes de la ciudad sitiada, con la promesa de que podrían esperar auxilio al día siguiente, el mismo día en el cual habían de someterse a los amonitas.  Gracias a una rápida marcha nocturna, Saúl y su ejército cruzaron el Jordán, y llegaron a Jabes, "a la vela de la mañana." Dividiendo, como Gedeón, sus fuerzas en tres compañías, cayo sobre el campo de los amonitas aquella madrugada, en el momento en que, por no sospechar ningún peligro, estaban menos en guardia.  En el pánico que siguió al ataque, fueron derrotados completamente y hubo una gran matanza.  "Y los que quedaron fueron dispersos, tal que no quedaron dos de ellos juntos."

La celeridad y el valor de Saúl, así como el don de mando que reveló en la feliz dirección de tan grande ejército, eran cualidades que el pueblo de Israel había deseado en su monarca, para poder hacer frente a las otras naciones. 
Ahora le saludaron como su rey, ATRIBUYENDO EL HONOR DE LA VICTORIA A LOS INSTRUMENTOS HUMANOS y olvidándose de que sin la bendición especial de Dios todos sus esfuerzos hubieran sido en vano. 

EN EL CALOR DE SU ENTUSIASMO, algunos propusieron que se diera muerte a los que al principio había rehusado reconocer la autoridad de Saúl.  Pero el rey intervino diciendo: "No morirá hoy ninguno, porque hoy ha obrado Jehová salud en Israel."
Con esto dio Saúl testimonio del cambio realizado en su carácter.  En vez de atribuirse el honor, dio a Dios toda 666 la gloria.  En vez de manifestar un deseo de venganza, mostró un espíritu de compasión y perdón.  Este es un testimonio inequívoco de que la gracia de Dios mora en el corazón.

Samuel propuso entonces que se convocara una asamblea nacional en Gilgal, para que el reino fuese públicamente confiado a Saúl.  Se hizo así; "y sacrificaron allí víctimas pacíficas delante de Jehová; y alegráronse mucho allí Saúl y todos los de Israel."
GILGAL había sido el sitio donde Israel había acampado por primera vez en la tierra prometida. 
ALLÍ fue donde Josué, por indicación divina, erigió la columna de doce piedras para conmemorar el cruce milagroso del Jordán. 
ALLÍ se había reanudado la práctica de la circuncisión.
ALLÍ se había celebrado la primera pascua después del pecado de Cades y la peregrinación en el desierto. 
ALLÍ cesó el suministro del maná. 
ALLÍ el Capitán de la hueste de Jehová se había revelado como comandante en jefe de los ejércitos de Israel.  De ese sitio habían salido para conquistar a Jericó y a Hai.
 ALLÍ Acán recibió el castigo de su pecado, y se hizo con los gabaonitas aquel tratado que castigó la negligencia de Israel en cuanto a pedir consejo a Dios.  PP EGW

* Si todos fuéramos usados por su Espíritu, que diferente seria el mundo. En la iglesia, en la familia. No habría problemas, todos hablaríamos lo necesario y para edificación.
Saúl mostró una disposición de perdón y de pacificador. Después de la victoria. ¡Hasta ahí todo bien! 
Esta historia continuará... Ministerio Hno. Pio