8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero
Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9 Entonces dijo Saúl: Traedme
holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció
el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel
que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo:
¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque
vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado,
y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán
los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13
Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento
de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera
confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será
duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová
ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has
guardado lo que Jehová te mandó.
1 Samuel 13.
1 Samuel 13.
EL VERDADERO SAÚL
*DESPUÉS de la asamblea de Gilgal, Saúl licenció el ejército que había
acudido a su llamamiento para destruir a los amonitas. Sólo retuvo una reserva de dos mil hombres
que habían de permanecer apostados bajo su mando en Michmas, y mil hombres para
que asistieran a su hijo Jonatán en Gabaa.
Esto fue un grave error. Su
ejército se había llenado de esperanza y ánimo con la victoria reciente; y si
él hubiera procedido inmediatamente contra otras naciones enemigas de Israel,
habría dado un golpe decisivo en pro de las libertades de la nación.
MIENTRAS TANTO, sus belicosos vecinos, los filisteos, estaban activos. Aun después de la derrota de Eben-ezer,
habían conservado algunos fortines en las colinas de la tierra de Israel; y
ahora se establecieron en el mismo corazón del país. En cuanto a facilidades, armas y equipo en
general, los filisteos tenían una gran ventaja sobre Israel. Durante el largo período de su opresión,
habían procurado acrecentar su poder prohibiéndoles a los israelitas que
practicaran el oficio de herreros, no fuera que se fabricaran armas de
guerra. Una vez hecha la paz, los
hebreos hubieron de seguir acudiendo a las guarniciones filisteas para los
trabajos de esa clase que necesitaban.
DOMINADOS por el amor a la comodidad, y por el espíritu abyecto que creara
la larga opresión, los hombres de Israel habían descuidado, en alto grado, el
proporcionarse armas de combate. En la
guerra se usaban arcos y hondas, y los israelitas podían obtener estas cosas;
pero ninguno de ellos, excepto Saúl y su hijo Jonatán, poseían una lanza o una
espada. (1 Sam. 13: 22.)
Hasta el segundo año del reinado de Saúl no se hizo esfuerzo alguno por
subyugar a los filisteos. El primer golpe fue 670 dado por Jonatán, el hijo del
rey, que atacó y venció la fortaleza de Gabaa.
Los filisteos exasperados por la derrota que habían sufrido, se
dispusieron a atacar con celeridad a Israel.
Saúl mandó entonces proclamar la guerra a son de trompeta en toda la
tierra, para llamar a todos los hombres de guerra, inclusive las tribus de
allende el Jordán, a fin de que se reunieran en Gilgal. Esta orden y citación fue obedecida. Los
filisteos habían reunido un enorme ejército en Michmas, "treinta mil
carros, y seis mil caballos, y pueblo como la arena que está a la orilla de la
mar en multitud." (1 Sam. 13: 5.) Cuando lo llegaron a saber Saúl y su
ejército en Gilgal, el pueblo se atemorizó al pensar en las enormes fuerzas que
habría de arrostrar en batalla. No
estaba preparado para ello, y muchos estaban tan aterrorizados que rehuían la
prueba de un encuentro. Algunos
atravesaron el Jordán, en tanto que otros se escondieron en cuevas y hoyos, y
entre las rocas que abundaban en aquella región. A medida que se acercaba la hora de la batalla,
el número de desertores aumentaba, y los que no se habían retirado de sus
puestos estaban llenos de temor y de presentimientos desfavorables.
CUANDO SAÚL FUE UNGIDO REY DE
ISRAEL, había recibido de Samuel instrucciones precisas acerca de la conducta que
debía seguir en esa ocasión.
"Bajarás delante de mi a Gilgal -le había dicho el profeta;- y
luego descenderé yo a ti para sacrificar holocaustos, e inmolar víctimas
pacíficas. Espera siete días, hasta que yo venga a ti, y te enseñe lo que has
de hacer." (1 Sam. 10: 8.)
SAÚL ESTUVO AGUARDANDO UN DÍA
TRAS OTRO, pero sin hacer esfuerzos decididos por animar al pueblo ni
inspirarle confianza en Dios. Antes que
hubiera expirado el plazo señalado por el profeta, se impacientó por la
tardanza, y se dejó desalentar por las circunstancias difíciles que le
rodeaban.
En vez de procurar fielmente
preparar al pueblo para el servicio que Samuel iba a celebrar, cedió a la
incredulidad y los funestos presentimientos.
“BUSCAR A DIOS por medio del
sacrificio era 671 una obra muy solemne e importante; y Dios exigía que su
pueblo escudriñara sus corazones y se arrepintiera de sus pecados, para que la
ofrenda le fuera aceptable y su bendición pudiera acompañar sus esfuerzos por
vencer al enemigo”.
Pero Saúl se había vuelto inquieto; y el pueblo, en vez de confiar en Dios
y en su ayuda, quería ser dirigido por el rey a quien había escogido.
Sin embargo, el Señor seguía interesándose en ese pueblo, y no lo entregó a
los desastres que le habrían sobrevenido si el brazo frágil de la carne hubiera
sido su único sostén. Lo puso en estrecheces para que pudiese convencerse de
cuán insensato es fiar en el hombre, y para que se volviera a él como a su
única fuente de auxilio.
Había llegado la hora de la
prueba para Saúl. Debía él
demostrar si quería o no depender de Dios y esperar con paciencia en
conformidad con su mandamiento, revelando así si era hombre en quien Dios podía
confiar como soberano de su pueblo en estrecheces, o si iba a vacilar y
revelarse indigno de la sagrada responsabilidad que había recaído en él.
¿ESCUCHARÍA el rey escogido por Israel al Soberano de todos los reyes?
¿Dirigiría él la atención de sus soldados pusilánimes hacia Aquel en quien hay
fuerza y liberación sempiternas?
Con impaciencia creciente esperaba Saúl la llegada de Samuel, y atribuía la
confusión, la angustia y la deserción de su ejército a la ausencia del
profeta. Llegó el momento señalado, pero
el varón de Dios no apareció inmediatamente. La providencia de Dios había detenido a su siervo. PERO EL ESPÍRITU INQUIETO e impulsivo de Saúl
no pudo ser refrenado por más tiempo.
CREYENDO que debía hacerse algo
para calmar los temores del pueblo, resolvió convocar una asamblea para el
servicio religioso, e implorar la ayuda divina mediante el sacrificio.
Dios había ordenado que sólo los que habían sido consagrados para el
servicio divino podían presentarle los sacrificios. Pero Saúl mandó: "Traedme holocausto y
sacrificios pacíficos" (1 Samuel 13, 14),
y así como estaba, 672 equipado con su armadura y sus armas de guerra, se acercó al altar y ofreció el sacrificio delante de Dios.
y así como estaba, 672 equipado con su armadura y sus armas de guerra, se acercó al altar y ofreció el sacrificio delante de Dios.
"Y como él acababa de hacer
el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl le salió a recibir para
saludarle." Samuel vio en seguida que Saúl había obrado contrariamente a
las instrucciones expresas que se le habían dado. El Señor había dicho por medio del profeta
que en esa ocasión revelaría lo que Israel debía hacer en esta crisis. Si Saúl hubiera cumplido las condiciones bajo
las cuales se prometió la ayuda divina, el Señor habría librado
maravillosamente a Israel mediante los pocos que permanecieran fieles al
rey.
PERO SAÚL estaba tan satisfecho de sí mismo y de su obra, que fue al encuentro del profeta como quien merecía alabanza y no desaprobación.
PERO SAÚL estaba tan satisfecho de sí mismo y de su obra, que fue al encuentro del profeta como quien merecía alabanza y no desaprobación.
El semblante de Samuel estaba cargado de ansiedad y tribulación; pero a su
pregunta: "¿Qué has hecho?" Saúl contestó excusando su acto de
presunción y dijo: "Vi que el pueblo se me iba, y que tú no venías al
plazo de los días, y que los Filisteos estaban juntos en Michmas, me dije: Los
Filisteos descenderán ahora contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor
de Jehová. Esforcéme pues, y ofrecí holocausto.
"Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el
mandamiento de Jehová tu Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová
hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será durable: Jehová se
ha buscado varón según su corazón, al cual Jehová ha mandado que sea capitán
sobre su pueblo.... Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de
Benjamín."
O Israel debía dejar de ser el pueblo de Dios, o el principio en que se
fundaba la monarquía debía mantenerse y la nación debía ser gobernada por un
poder divino. Si Israel quería
pertenecer enteramente al Señor, si la voluntad de lo humano y de lo terrenal
se mantenía en completa sujeción a la voluntad de Dios, él continuaría siendo
el Soberano de Israel. Sería él su
defensa mientras el rey y el pueblo se condujeran como subordinados a
Dios.
Pero ninguna monarquía podía prosperar 673 en Israel si no reconocía en
todas las cosas la autoridad suprema de Dios. Si en esta hora de prueba Saúl hubiera demostrado alguna consideración por
los requerimientos divinos, el Señor podría haber realizado su voluntad por
medio de él. Al fracasar entonces
demostró que no era apto para desempeñar el cargo de vicegerente de Dios ante
su pueblo. Más bien descarriaría a
Israel.
SU VOLUNTAD, Y NO LA VOLUNTAD DE
DIOS,
SERÍA EL PODER DOMINADOR.
Si Saúl hubiera sido fiel, su reino se habría afirmado para siempre; pero en vista de que había fracasado, el propósito de Dios debía ser alcanzado por medio de otro. El gobierno de Israel debía ser confiado a quien gobernara al pueblo de acuerdo con la voluntad del Cielo.
SERÍA EL PODER DOMINADOR.
Si Saúl hubiera sido fiel, su reino se habría afirmado para siempre; pero en vista de que había fracasado, el propósito de Dios debía ser alcanzado por medio de otro. El gobierno de Israel debía ser confiado a quien gobernara al pueblo de acuerdo con la voluntad del Cielo.
NO SABEMOS CUÁLES SON LOS GRANDES INTERESES que pueden hallarse en juego
cuando Dios nos prueba. No hay seguridad
excepto en la obediencia estricta a la palabra de Dios. Todas sus promesas se han hecho bajo una
condición de fe y obediencia, y el no cumplir sus mandamientos impide que se
cumplan para nosotros las abundantes provisiones de las Escrituras.
No debemos seguir nuestros impulsos, ni depender de los juicios de los
hombres; debemos mirar a la voluntad revelada de Dios y andar de acuerdo con
sus mandamientos definitivos, cualesquiera que sean las circunstancias.
Dios se hará cargo de los resultados;
mediante la fidelidad a su palabra podemos demostrar en la hora de las pruebas,
delante de los hombres y de los ángeles, que el Señor puede confiar en que aun
en lugares difíciles cumpliremos su voluntad, honraremos su nombre, y
beneficiaremos a su pueblo. PPEGW
·
SAÚL estaba emocionado por el
éxito inmediato en su vida. Primero al ser ungido rey y la consiguiente prueba
de que Dios los guiaba, al darle éxito en muchos de sus emprendimientos. Y fue tanta
su alegría que después de la derrota de los amonitas. Mostró un espíritu
perdonador y conciliador.
Hasta ahí, todo bien.
Hasta ahí, todo bien.
· Como en toda
relación matrimonial, la emoción, el romanticismo, la hilaridad… tiene poca
duración. Hasta que sale la verdadera personalidad y carácter de los
contrayentes. Que prueban, Si será
duradero el amor o solo un grato recuerdo.
· La relación con
Dios es parecida. Y Saúl que tenía más en contra que a favor en relación a su
carácter.
No fortaleció esas partes flacas de su ser con el poder de Dios. dejó de vigilar y orar como debe ser.
No fortaleció esas partes flacas de su ser con el poder de Dios. dejó de vigilar y orar como debe ser.
· Lo mismo pasa
en nuestra vida cristiana. Vivimos sin pensar o ignoramos voluntariamente, de
que nuestra naturaleza caída al entregarnos al Señor no desaparece, solo está
durmiendo o muerto momentáneamente. Y cuando lo alimentamos con lo que antes
hacíamos y amábamos. Resucitará y tomará el control nuevamente. Y muchas veces
el estado posterior es peor. Mateo 12:43-45.
· Y eso le está
sucediendo a Saúl. Ahora paulatinamente, si no cambia, su futuro es incierto.
El primer paso ya lo dio, y Samuel ya le informó, que su reino seria dado a
otro. Vers. 9-14.
·
Que lección para nosotros: “Que
debemos vigilar y orar”. Algo más para estar firmes y no caer. Recordemos lo
dijo nuestro Señor Jesús al respecto:
21 Porque donde esté vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón.22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así
que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;23 pero si tu ojo es maligno, todo tu
cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas,
¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mateo 6.
Y Apóstol Inspirado por el Espira Santo Dice: “No podéis beber la copa del
Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y
de la mesa de los demonios”. 1 Corintios 10:21.
Hay una ley espiritual y mental:
“Que nos transformaos a los que nos gusta contemplar y amar”
“Que nos transformaos a los que nos gusta contemplar y amar”
Por tanto “Cultivad
vuestros talentos con fervor perseverante.
EDUCAD y DISCIPLINAD la mente POR EL ESTUDIO,
LA OBSERVACIÓN y la REFLEXIÓN en LA PALABRA
DE DIOS.
No podéis encontraros con la mente de Dios
a menos que pongáis en uso toda facultad”. 1MCP
EDUCAD y DISCIPLINAD la mente POR EL ESTUDIO,
LA OBSERVACIÓN y la REFLEXIÓN en LA PALABRA
DE DIOS.
No podéis encontraros con la mente de Dios
a menos que pongáis en uso toda facultad”. 1MCP
Es nuestra la decisión,
si seremos ignorantes y analfabetos espirituales o ilustrados.
Dios nos ayude, a hacer de él; el centro de nuestra vida. Amen.
Ministerio Hno. Pio
si seremos ignorantes y analfabetos espirituales o ilustrados.
Dios nos ayude, a hacer de él; el centro de nuestra vida. Amen.
Ministerio Hno. Pio