Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás
del todo, tú y también este pueblo que está contigo. porque el trabajo es
demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Éxodo 18:17,18.
Cuando hacemos todo lo que está de
nuestra parte para tener salud, entonces podemos esperar que sigan benditos resultados, y podemos
pedir a Dios con fe que bendiga nuestros esfuerzos para la preservación de la salud.
Él entonces contestará nuestra oración si su nombre puede ser glorificado por ello. Pero entiendan todos que tienen una obra que hacer.
Dios no obrará de una manera milagrosa para preservar
la salud de personas que están siguiendo una conducta que los lleva con
seguridad a la enfermedad.
Una cuidadosa conformidad
de nuestra parte a las leyes que Dios ha implantado en nuestro ser,
asegurará la salud, y no se producirá
un quebrantamiento de la constitución.
Muchos me han preguntado: ¿Cuál es el mejor proceder que puedo seguir
para conservar mi salud?
Mi respuesta es la siguiente: Dejen de transgredir las leyes de su ser; dejen de gratificar un apetito
depravado; coman alimentos sencillos; vístanse en forma saludable, lo cual
exigirá modesta sencillez; trabajen en forma sana, y no estarán enfermos...
Muchos están sufriendo como consecuencia de la transgresión
de sus padres.
No pueden ser censurados
por los pecados de sus padres, pero no obstante es su deber indagar
en qué punto violaron sus padres las
leyes de su ser, y en dónde estuvieron equivocados los hábitos de sus padres.
Entonces debieran cambiar su propio proceder y colocarse, por medio de hábitos correctos, en una
relación mejor con la salud.
La acción armoniosa y saludable de todas las facultades del cuerpo y la
mente produce felicidad; mientras más
elevadas y limpias sean estas facultades, más pura y genuina será la felicidad.
Una existencia sin propósitos es
una muerte en vida. La mente debería preocuparse de los temas que se refieren a
nuestros intereses eternos. Esto contribuirá a la salud del cuerpo y de la
mente.
El Señor se ha comprometido a
mantener esta maquinaria viviente en funcionamiento saludable si el agente
humano obedece sus leyes y colabora con Dios. El Señor le ha dado a su pueblo
un mensaje en cuanto a la reforma pro salud.
Esta luz ha estado
brillando sobre su sendero por [muchos] años, y el Señor no puede
sostener a sus siervos en un proceder que la contrarreste...
La luz que Dios ha dado sobre la reforma pro salud no puede ser tratada con ligereza, sin perjuicio para los
que intentan jugar con ella, y ningún ser humano puede esperar triunfar en la obra de Dios
mientras, por precepto y por ejemplo, actúa en
oposición a la luz que Dios ha enviado. Healthful Living, 30-32 (1897) (1898). [303]