…14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de
Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas… 1 Samuel 3.
*Tan paciente es Dios, que demora
para juzgarnos. Porque nos ama y quiere que reconsideremos nuestra
equivocación. Y volvamos en paz con él; mientras la puerta de su gracia está
abierta.
Eli por su amor equivocado a sus
hijos, cerró voluntariamente su comunicación directa con Dios.
Para ello Dios, como ayer usa
otras personas. En éste caso, usará a su nuevo pupilo, Samuel.
Y está es la historia.
I. CÓMO FUE
REVELADA A SAMUEL LA PALABRA DE JEHOVÁ POR PRIMERA VEZ.
1 EL JOVEN Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de
Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus
ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver,
3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de
Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,
4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió:
Heme aquí.
Heme aquí.
5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y
acuéstate. Y él se volvió y se acostó.
6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a
Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he
llamado; vuelve y acuéstate.
7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había
sido revelada.
8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme
aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces
entendió Elí que Jehová llamaba al joven.
9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla,
Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue
Samuel, y se acostó en su lugar.
10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel,
Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla,
porque tu siervo oye. 1 Samuel 3.
* Y LA PALABRA DE JEHOVÁ ESCASEABA EN AQUELLOS DÍAS; NO HABÍA VISIÓN CON
FRECUENCIA.
"No eran corrientes las visiones" (BJ). Esta declaración muestra que la palabra del
Señor "escaseaba" (RVR) o era "rara" (BJ) en aquel
tiempo. Pocas veces llegaban mensajes
inspirados hasta el pueblo de Dios.
Ahora bien, el narrador explica más específicamente por qué existía esta
situación: Dios no aparecía en visión con tanta frecuencia como en otros
tiempos. El énfasis no se aplica tanto a
la manera de la revelación como a su frecuencia. 466
Este es el primer uso en la Escritura de la palabra jazon,
"visión", y es el único caso en que se usa en los dos libros de
Samuel. Una comparación de jazon con
mar'ah -también traducida "visión"- aclara el método de Dios de
revelar sus planes para la salvación de la humanidad.
La palabra jazon proviene de un verbo que significa "PERCIBIR CON
VISIÓN INTERIOR", en tanto que mar'ah se deriva de un verbo que significa
"ver visiblemente".
Ambas se usan indistintamente con
jalom, "sueño". La palabra
mar'ah se emplea comúnmente en los libros más antiguos de la Biblia para
describir mensajes de Dios para los hombres, ya sea en sueños o mediante
visitas personales de mensajeros celestiales.
Cuando Jacob salió de viaje para Egipto (Gén. 46: 2), Dios le habló
"en visiones [mar'ah] de noche". Jacob se sintió en la presencia
divina, y la revelación fue tan real como la que recibió Abrahán cuando lo
visitaron los tres ángeles antes de la destrucción de Sodoma (Gén. 18:
2-22).
Esta misma clase de revelación divina es también llamada un sueño -jalom-
como cuando Dios amonestó a Abimelec, acerca de la mujer de Abrahán (Gén. 20:
3-13). Cuando sucedió la sedición de
Aarón y María, Dios dijo: "Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová,
le apareceré en visión [mar'ah], en sueños [Jalom] hablaré con él".
DANIEL usa
frecuentemente las tres palabras. Cuando relata la visión de las cuatro bestias
usa la palabra jazon (Dan. 7: 1, 2, 7, 13, 15) para describir el sueño; jalom
(cap. 7: 1) cuando se describen simbólicamente acontecimientos futuros.
También usa la palabra jazon en cap. 8: 1.
Pero cuando Daniel se turbó en
cuanto al significado de la visión y fue a la orilla del río, allí vio al ángel
Gabriel, a quien se le ordenó: "Enseña a éste la visión
[mar'ah]". Pero Gabriel, después de
alentar al profeta, le dijo: "Entiende, hijo del hombre, porque la visión
[jazon] es para el tiempo del fin" (Dan.
8: 16, 17).
La impresión que el visitante celestial hizo en Samuel fue tan real, que él
se refirió a ella en 1 Sam. 3: 15 como a una mar'ah. Por lo tanto, la declaración del vers. 1 no
implica que el Señor no estuviera dispuesto a guiar a su pueblo. Sin embargo, es evidente que entonces LAS PERCEPCIONES espirituales e
intelectuales de Israel habían decaído mucho.
ANTES QUE LA LÁMPARA DE DIOS
FUESE APAGADA,
Nunca debía apagarse el candelero de oro de siete brazos, colocado en el
lado sur del lugar santo (ver com. Exo.
27: 20, 21). Las lámparas estaban llenas
con el mejor aceite de oliva -símbolo del Espíritu Santo- y el sumo sacerdote
"alistaba" las lámparas a la mañana y a la noche, cuando colocaba el
incienso sobre el altar delante del velo que separaba el lugar santo del lugar
santísimo (ver com. Exo. 30: 7, 8). Así como el brillo de esas lámparas alumbraba
en la oscuridad de la noche, también Cristo ilumina este mundo tenebroso,
proyectando siempre la gloria de su amor y sacrificio en las tinieblas del
corazón humano (ver Juan 1: 4, 5, 9). ¡Cuánto gozo se experimenta al aceptar
con sinceridad esta luz celestial!
Así como el candelero daba luz en el santuario de la antigüedad, el
Espíritu Santo ilumina espiritualmente a los hombres para que puedan percibir
con claridad el plan de salvación. Pero
sin la luz interior que ilumina el alma, la luz literal tendría muy poco
valor. La letra del ritual del santuario
nada significaría si no estuviese allí el espíritu (ver Isa. 1: 11, 13, 15,
16). Aunque tanto los dirigentes como el
pueblo imitaban a las naciones idólatras que los rodeaban, aquí y allá había
almas humildes -tales como Elcana y su casa- que preservaban la visión
espiritual que tanto se necesitaba.
ENTONCES ENTENDIÓ ELÍ QUE JEHOVÁ
LLAMABA AL JOVEN.
Cuando Samuel se presentó ante Elí por tercera vez, el anciano sacerdote
comprendió que era Dios el que hablaba. El hecho de que Dios lo pasara por alto
para comunicarse con un jovencito fácilmente podría haberle despertado celos
profesionales. Sin embargo, recordando
el mensaje que había recibido años atrás del varón de Dios, Elí, al advertir
que el mensaje era para él, pudo haber razonado que el Señor debería habérselo
revelado directamente. Es admirable la
honradez de Elí al tratar con Samuel en esas condiciones. Comprendiendo quizá por primera vez que Dios
estaba preparando a otro para que ocupara su cargo, no sintió rencor; por el
contrario, hizo todo lo que pudo a fin de preparar a Samuel para su importante
misión, dando al muchacho el mejor consejo de que disponía. Samuel recibió la instrucción de que pensara
en sí mismo como el siervo del Señor, listo para oír el consejo divino y para
obedecerlo. ¡Qué lección hay en la experiencia de Elí para quienes temen no
recibir la honra que demanda su cargo, y de que las manos de otros ocupen el
467 lugar de las suyas en las tareas propias de ese cargo!
Y VINO JEHOVÁ Y SE PARÓ, Y LLAMÓ
COMO LAS OTRAS VECES
Puesto que era una experiencia nueva para el joven Samuel, bondadosamente
el Señor manifestó su presencia en alguna forma definida que no se describe con
detalles. Antes de que se pronunciara
una palabra, tanto el anciano sacerdote como su joven ayudante comprobaron
ampliamente que allí estaba la presencia de un poder sobrenatural y, como niños
instruidos por sus padres, ambos fueron inducidos por el Espíritu Santo a estar
dispuestos a escuchar y a obedecer.
¡Eso no habría sucedido si el mensaje del Señor se hubiera dirigido a un
hombre como Ofni! Por ejemplo, ¡cuán
diferente fue la recepción del reproche de Dios por parte de Saúl y de David! Saúl abundó en censuras, disculpas y
justificación propia (cap. 15: 16-31), pero David - debido a muchos años de
entrega al Señor- no se disculpó por su pecado; sólo procuró tener un corazón
limpio y un espíritu recto.
(2 Sam. 12: 1-14; cf. Sal. 51: 10; 103: 12).
Bien puede hacerse la pregunta: ¿Por qué no habló el Señor directamente a
Elí? Este parece haber sido un hombre
sincero y humilde que deseaba paz y rectitud por encima de todo lo demás. Por lo tanto, ¿para qué hacer intervenir a
Samuel? Pero Dios ya no se comunicaba
más con Elí ni con sus hijos. (PP 629).
II. DIOS LE ANUNCIA
A SAMUEL LA DESTRUCCIÓN DE LA CASA DE ELÍ.
11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien
la oyere, le retiñirán ambos oídos.
12 Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su
casa, desde el principio hasta el fin.
13 Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que
él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado.
14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de
Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas. 1 Samuel 3.
*HARÉ YO UNA COSA EN ISRAEL
Samuel vivió durante años en un mal ambiente, y no podía menos que ver la
diferencia entre las instrucciones dadas en los rollos de la ley y la vida de
los jóvenes sacerdotes con quienes se había relacionado íntimamente. Si les hubiera preguntado a ellos, tan sólo
habría recibido airados desdenes. Sus
padres no estaban presentes para darle consejos, y vacilaba en recurrir al
mismo Elí. Mientras meditaba en este asunto, pudo haberle venido la misma
pregunta que acude a la mente de un joven piadoso de hoy día: Si la Palabra de
Dios establece ciertos principios para realizar la obra divina, y los
dirigentes no sólo no siguen esas instrucciones sino que son culpables de
graves faltas,
¿Por Qué Les Permite Dios Que Sigan
Ministrando En Su Cargo Santo?
La semilla sembrada no rinde inmediatamente una cosecha porque se necesita
tiempo para que el fruto llegue a su madurez.
El proceso del desarrollo del carácter requiere tiempo: un tiempo de
gracia. Tal fue el caso de Ofni y Finces;
así también es hoy día.
Finalmente Dios reduce a la nada a los que desafían sus estatutos (Sal.
119: 118). Del mismo modo en que Cristo
permitió que Judas ocupara un puesto en que tuviera la oportunidad de lograr
éxito, también Dios permitió que Ofni y su hermano fueran colocados en un
puesto desde el cual, confiando en él, pudieran llegar a ser ministros
aceptables del pacto.
Pero, al igual que Judas, los hijos
de Elí no se entregaron a la conducción divina.
Permitiendo que se enseñoreara EL YO, impidieron que Dios les impartiera
la preparación necesaria. Dios sabía lo
que iba a suceder si continuaban con su conducta perversa, y con amor y
tolerancia les advirtió cuál sería el resultado. Sin embargo, tal como Judas, hicieron lo que
les plugo tan sólo para comprender finalmente la verdad expresada por Pablo
siglos más tarde: "El que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción"(Gál. 6: 8). En su propia experiencia, Samuel comprobó la
admonición de Pablo: "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su
tiempo segaremos, si no desmayamos"(Gál. 6: 9).
* LA
RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES *
Vi
que descansa sobre los padres una gran responsabilidad. Estos no deben ser
manejados por sus hijos, sino que deben dirigirlos a ellos. Se me señaló el caso
de Abrahán. Él era fiel en su casa, gobernó a su familia después de él, y ello
fue recordado por Dios.
SE ME MENCIONÓ luego el caso de Elí. Él no reprendía a sus hijos y éstos se
pervirtieron y envilecieron y por su maldad extraviaron a Israel.
Cuando Dios
hizo conocer sus pecados a Samuel, y le comunicó la grave maldición que los iba
a sobrecoger porque Elí no los había reprendido, dijo que sus pecados no podían
ser limpiados por sacrificios u ofrendas. Cuando Samuel le transmitió lo que el
Señor le había revelado, Elí se sometió, diciendo: "Jehová es; haga lo que
bien le pareciera." (1 Sam. 3: 18).
La maldición de Dios no tardó en
sobrevenir. Aquellos malvados sacerdotes fueron muertos, así como treinta mil
hombres de Israel, y el arca de Dios fue tomada por el enemigo. Y cuando Elí
oyó que el arca de Dios había sido tomada, cayó de espaldas y murió. TODO ESTE MAL RESULTÓ de la negligencia de Elí en cuanto a
reprender a sus hijos.
“Vi Que, Si Dios Era Tan Escrupuloso Que Advertía
Tales Cosas Antiguamente, No Las Nota Menos En Estos Último Días”.
LOS PADRES DEBEN GOBERNAR A SUS HIJOS, corregir sus acciones y
subyugarlos, o Dios destruirá seguramente a sus hijos en el día de su gran ira;
y los padres que no hayan dominado a sus hijos no quedarán sin culpa. De manera
especial, deben los siervos de Dios gobernar sus propias familias y mantenerlas
en buena sujeción. Vi que no están preparados para juzgar o decidir asuntos de
la iglesia, a menos que puedan gobernar bien su propia casa. Primero deben
poner orden en su casa, y luego su juicio e influencia pesarán en la iglesia.
* ELÍ podría haber
reprendido a sus hijos perversos, pero temía desagradarles. Los dejó persistir en su rebeldía, hasta que
llegaron a ser una maldición para Israel.
SE EXIGE que los padres
refrenen a sus hijos.
La salvación de
éstos depende en gran parte de la conducta seguida por los padres.
EN SU AMOR Y TERNURA EQUIVOCADOS, muchos padres
miman a sus hijos para perjuicio de éstos, fomentan su orgullo, y los atavían
con adornos que los envanecen e inducen a pensar que el traje es lo que hace a
un caballero o a una dama. Pero una
corta relación con ellos convence a quienes los tratan de que una hermosa
apariencia no es suficiente para ocultar la deformidad del corazón desprovisto
de las gracias cristianas, pero lleno de amor propio, altanería, y pasiones sin
freno.
LOS QUE AMAN LA MANSEDUMBRE, la humildad y
la virtud, deben huir de tal sociedad, aún cuando sea la de hijos de
observadores del sábado. Su compañía es
deletérea; su influencia conduce a la muerte. 77 Los padres no se dan cuenta de
la influencia destructora que ejerce la semilla que están sembrando. Ella
brotará y dará un fruto que hará a los hijos despreciar la autoridad paterna.
1JT 28, 76,77
III. SAMUEL LE
COMUNICA LA VISIÓN
A ELÍ.
15 Y Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y abrió las puertas de la casa
de Jehová. Y Samuel temía descubrir la
visión a Elí. 16 Llamando, pues, Elí a Samuel, le dijo: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí. 17 Y Elí dijo:
¿Qué es la palabra que te habló? Te
ruego que no me la encubras; así te haga Dios y aun te añada, si me encubrieras
palabra de todo lo que habló contigo. 18 Y Samuel se lo manifestó todo, sin
encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová
es; haga lo que bien le pareciera. 1 Samuel 3.
Y SAMUEL TEMÍA DESCUBRIR LA
VISIÓN A ELÍ.
*En este mundo de pecado, nunca es fácil ser portavoz del Señor. Elías arriesgó la vida cuando advirtió a Acab
del hambre que sobrevendría; pero fue intrépido en su obediencia, y Dios se
encargó de los resultados. ¡Samuel era apenas un jovencito! Y tuvo que aprender en su mocedad a no tener
miedo de afrontar a los hombres, así como Jesús, cuando era un muchacho de sólo
12 años no temió afrontar a los dirigentes de su tiempo.
IV. SAMUEL CRECE Y
GOZA DE LA PROTECCIÓN DE DIOS.
19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna
de sus palabras.
20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beer-seba, conoció que Samuel era fiel
profeta de Jehová.
21 Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel
en Silo por la palabra de Jehová. 1 Samuel 3.
JEHOVÁ ESTABA CON ÉL.
Estaba por ponerse el sol de Elí, pero ya estaba saliendo el de
Samuel. Cristo sufrió las angustias de la
separación del Padre (ver DTG 636,637, 701, 704, 705), pero
Dios nunca ha conducido a su pueblo a través de la oscuridad total que produce
nuestra separación de él.
En la cruz le pareció a Cristo que
hollaba solo el lagar; sin embargo, su Padre estaba allí sufriendo con él.
Después de haber estado durante años
observando el pecado que lo rodeaba, podría haberle parecido a Samuel que Dios
toleraba el pecado o que había cambiado su plan para el hombre. Pero no sabía Samuel cuánto tiempo Dios había
esperado a un joven a quien pudiera realmente impartir su Espíritu y confiarle
468 el liderazgo de su obra en la tierra.
Por ejemplo, cuando fracasó Saúl no fue reemplazado inmediatamente.
Durante años todavía tuvo la
oportunidad de cambiar su actitud mental y entregarse a la conducción de un
Padre amante. Pero el fanatismo y la
censura pronto produjeron la rebelión contra la dirección divina, mientras que
el orgullo y la justificación propia lo despojaron de la fortaleza
espiritual. Sin embargo, durante los
años de la prueba de Saúl, David fue invitado a sentarse a los pies del Rey de
reyes, como una preparación para asumir las responsabilidades de la dirección
de Israel.
NINGUNA DE SUS PALABRAS.
Naturalmente Samuel tenía mucho que aprender, pero desde temprano se educó
en la escuela de la obediencia a las órdenes de Dios. ¡Qué gozo debe haber sido
para el Señor encontrar a un muchacho que anhelaba el privilegio de aprender
sus caminos y que estaba determinado a obedecerle cualquiera fuese el costo!
No es de admirarse que el pueblo lo hubiese aceptado como profeta cuando
era todavía muy joven. 2 CBA
*LAS PEQUEÑAS responsabilidades que desempeñó fielmente Samuel en su
preparación previa a este gran encuentro con Dios. Determinó ser portavoz de
Dios.
Por tanto, ¡Padres y Madres!, Preparemos a nuestros hijos, dándoles en casa
responsabilidades de acuerdo a su edad. Supervisando que los hagan bien y con
alegría. Eso hará que mañana se les confié responsabilidades mayores y por ende
serán buenos en su profesión con la gracia de Dios.
Porque deben entender que la tarea encomendada, lo hacen para Dios y no
solo para los padres o maestros. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,
como para el Señor y no para los hombres”
Colosenses 3:23. Amen.
Colosenses 3:23. Amen.
Ministerio
Hno. Pio
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