Pilato vaciló en desagradar a los judíos. Sin embargo, si ordenaba la ejecución de Jesús sabiendo que era inocente, bien podría tener que dar cuenta ante el emperador.
Los Judíos conocían bien el simbolismo de lavarse las manos como una demostración de inocencia. En ciertos casos lo prescribía la ley (Deut. 21: 6-7; cf. Sal. 26: 6; 73: 13).
Pero aunque Pilato pudiera procurar evadir la responsabilidad por la muerte de Jesús, su culpa permanecía. CBA MHP
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