“Dios
visitó con su maldición no sólo a los hijos de Elí, sino a Elí mismo, y este
terrible ejemplo debiera ser una advertencia para los padres de nuestros días”
Y VINO UN VARÓN DE DIOS A ELÍ
27 Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No me
manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa
de Faraón?
28 Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para
que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí;
y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel.
29 ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé
ofrecer en el tabernáculo, y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos
de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y
la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho
Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me
desprecian serán tenidos en poco.
1 Samuel 2.
ELÍ murió de 98 años (cap. 4: 15;
ver com. cap. 2: 22), cuando Samuel tenía suficiente edad para ser reconocido
como profeta y como probable sucesor de Elí como juez (cap. 3: 19-21). Puesto que naturalmente debe haber
transcurrido algún tiempo entre las dos solemnes amonestaciones de los caps. 2
y 3, parece probable que esta visita del profeta anónimo se efectuó poco
después de la dedicación de Samuel. De
lo contrario, no hay razón aparente para que Samuel no hubiera sido el portador
de ambos mensajes del Señor.
¡Cuán tolerante es Dios!
Por ejemplo, Saúl recibió amonestación tras
amonestación, y se le dieron muchos años para que reflexionara antes de que
finalmente eligiera proceder de acuerdo con su propia voluntad.
Pero Elí se rindió ante las
exigencias familiares en vez de cumplir con su deber ante Dios en bien del
pueblo. La virtud no se hereda; se
adquiere. Los hijos de Elí heredaron una
responsabilidad sagrada y un nombre honorable.
Sin embargo, debido al egoísmo, de tal manera se habían convertido en
siervos de Satanás, que merecían la reprobación unánime del pueblo.
Cuando su padre dejó de ejercer su autoridad,
se le advirtió que así 464 como la
reverencia y la honra producen una cosecha de buen carácter y utilidad,
también
cuando se siembran irreverencia y deshonra, los resultados son pesares y
chascos
(1 Samuel 2:32).
"La ley del
servicio propio
es la ley de la destrucción propia"
(DTG 577).
AMBOS MORIRÁN EN UN DÍA.
31 HE AQUÍ, vienen días en que
cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano
en tu casa. 32 Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel;
y en ningún tiempo habrá anciano en tu casa. 33 El varón de los tuyos que yo no
corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor; y
todos los nacidos en tu casa morirán en la edad viril.
34 Y te será por señal esto que
acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.
1 Samuel 2.
Puesto que Ofni y Finees habían
abusado de las cosas del Señor, iban a sufrir una muerte violenta. Con la esperanza de desviarlos de su mal
proceder, Dios descorrió brevemente la cortina del futuro. Habría sido natural esperar que los jóvenes
corrigieran su conducta cuando oyeran esta profecía, a fin de no cosechar su
cumplimiento. Dios sencillamente previó
su condenación; no la predeterminó. El
que ve el fin desde el principio conoce todo lo que afecta el ejercicio de Ia
libre elección. Al amonestar a ciertos
individuos en cuanto a lo que les depara el porvenir, Dios prueba al universo
que es tal el libre albedrío que ha otorgado al ser humano, que ni ese
conocimiento del futuro le impide realizar lo que se haya propuesto.
UN SACERDOTE FIEL
35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a
mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los
días. 1 Samuel 2:35.
*Las Escrituras no indican con
qué sacerdote se cumplió esta profecía.
Algunos eruditos piensan que se refiere a Sadoc, del linaje de Eleazar,
a quien Salomón dio el sacerdocio cuando Abiatar, del linaje de Itamar, fue
desposeído debido a su colaboración con Adonías en una tentativa para
apoderarse del trono de Salomón (1 Rey. 2: 27, 35).
Otros piensan que se refiere a
Cristo, y hay otros que piensan que la profecía se cumplió con Samuel y su
obra. Pero la lección importante de esta
declaración debe buscarse en el hecho de que el hombre no puede impedir el
cumplimiento final del deseo de Dios de restaurar su propia imagen en el
corazón del hombre.
A Israel se le había entregado el
servicio del santuario con todo su minucioso simbolismo para ilustrar el medio
por el cual obra Cristo. Con todo,
aunque sacerdotes y gobernantes rechazaron el plan, todavía el propósito de
Dios -que no conoce ni prisa ni pausa- avanzó ininterrumpidamente hasta su
cumplimiento pleno.
Si el hombre elige proceder así, puede
asociarse con Cristo en el logro de esta meta; si rehúsa, él es el único
culpable. No puede acusar a Dios de que
tenga malos designios contra él. CBA
JUICIO A LA CASA DE ELI
PERO CUANDO EL JUEZ de Israel (ELI) descuidó
su obra, Dios se hizo cargo de la situación.
"Y
vino un varón de Dios a Elí, y díjole: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo
claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón? Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas
las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase perfume, y
trajese ephod delante de mí; y dí a la casa de tu padre todas las ofrendas de
los hijos de Israel.
¿Por
qué habéis hollado mis sacrificios y mis presentes, que yo mandé ofrecer en el
tabernáculo?
¿y has
honrado a tus hijos más que a mí, engordándolos de lo principal de todas las
ofrendas de mi pueblo Israel?
Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo
había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí
perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré
a los que me honran, y los que me tuvieren en poco, serán viles. . . .Y yo me
suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo
le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días."
DIOS ACUSÓ A ELÍ de honrar a sus hijos más que al
Señor. Antes que avergonzar a sus hijos
por sus prácticas impías y odiosas, ELÍ había permitido que la ofrenda
destinada por Dios a ser una bendición para Israel se trocase en cosa
abominable.
LOS QUE SIGUEN SUS PROPIAS INCLINACIONES, en su afecto ciego por
sus hijos, y, permitiéndoles que satisfagan sus deseos egoístas, no les hacen
sentir el peso de la autoridad de Dios para reprender el pecado y corregir el
mal, ponen de manifiesto que 625 honran a sus hijos impíos más que a Dios. Sienten más anhelo por escudar la reputación
de ellos que por glorificar a Dios; y tienen más deseo de complacer a sus hijos
que de agradar al Señor y de mantener su servicio libre de toda apariencia de
mal.
A
ELÍ, COMO
SUMO SACERDOTE Y JUEZ DE ISRAEL, Dios le consideraba responsable por la condición moral y religiosa
de su pueblo, y en un sentido muy especial, por el carácter de sus hijos. El debió haber procurado refrenar primero la
impiedad por medidas benignas; pero si éstas no daban resultados positivos,
debiera haber dominado el mal por los medios más severos. Provocó el desagrado del Señor al no
reprender el pecado ni ejecutar justicia sobre el pecador. No se podría confiar en él para que
mantuviera puro a Israel.
AQUELLOS
QUE NO TIENEN SUFICIENTE VALOR PARA REPRENDER EL MAL, o que por indolencia o falta de
interés no hacen esfuerzos fervientes para purificar la familia o la iglesia de
Dios, son considerados responsables del mal que resulte de su descuido del
deber.
SOMOS
tan responsables de los males que hubiéramos podido impedir en otros por el ejercicio
de la autoridad paternal o pastoral, como SI HUBIÉSEMOS COMETIDO los tales
hechos nosotros mismos.
ELÍ NO ADMINISTRÓ SU CASA DE ACUERDO CON
LOS REGLAMENTOS QUE DIOS DIO PARA EL GOBIERNO DE LA FAMILIA. Siguió su propio juicio. El padre indulgente pasó por alto las faltas
y los pecados de sus hijos en su niñez, lisonjeándose de que después de algún
tiempo, al crecer, abandonarían sus tendencias impías.
MUCHOS ESTÁN COMETIENDO AHORA UN ERROR
SEMEJANTE. Creen conocer una manera mejor de
educar a sus hijos que la indicada por Dios en su Palabra. Fomentan tendencias malas en ellos y se
excusan diciendo: "Son demasiado jóvenes para ser castigados. Esperemos que sean mayores, y se pueda
razonar con ellos." En esta forma se permite que los malos hábitos se
fortalezcan hasta convertirse en una segunda naturaleza. Los niños crecen sin freno, con rasgos de
carácter que serán una 626 maldición para ellos durante toda su vida, y que
propenderán a reproducirse en otros.
No
hay maldición más grande en una casa que la de permitir a los niños que hagan
su propia voluntad. Cuando los padres
acceden a todos los deseos de sus hijos y les permiten participar en cosas que
reconocen perjudiciales, los hijos pierden pronto todo respeto por sus padres,
toda consideración por la autoridad de Dios o del hombre, y son llevados
cautivos de la voluntad de Satanás.
LA INFLUENCIA DE UNA FAMILIA MAL GOBERNADA
SE DIFUNDE,
y es desastrosa para toda la sociedad.
Se acumula en una ola de maldad que afecta a las familias, las
comunidades y los gobiernos.
A
causa de su cargo, la influencia de Elí era mayor que si hubiera sido un hombre
común. Su vida familiar se imitaba por
doquiera en Israel. Los resultados
funestos de su negligencia y de sus costumbres indulgentes se podían ver en
miles de hogares que seguían el modelo de su ejemplo. Si se toleran las prácticas impías en los
hijos mientras que los padres hacen profesión de religión, la verdad de Dios
queda expuesta al oprobio. La mejor
prueba del cristianismo en un hogar es la clase de carácter engendrada por su
influencia. Las acciones hablan en voz
mucho más alta que la profesión de piedad más positiva.
SI
LOS QUE PROFESAN LA RELIGIÓN, en vez de hacer esfuerzos fervientes, persistentes y
concienzudos para criar una familia bien ordenada como testimonio de los
beneficios que reporta la fe en Dios, son flojos en el gobierno de la casa y
toleran los malos deseos de sus hijos, obran como Elí y acarrean deshonra a la
causa de Cristo, y ruina para si mismos y sus familias. Pero por grandes que sean los males debidos a
la infidelidad paternal en cualquier circunstancia, son diez veces mayores cuando
existen en las familias de quienes fueron designados maestros del pueblo. Cuando éstos no gobiernan sus propias casas,
desvían por su mal ejemplo a muchos del buen camino. Su culpabilidad es tanto mayor que la de los
demás cuanto mayor es la responsabilidad de su cargo. 627
Se
había prometido que la casa de Aarón andaría siempre delante de Dios; pero esta
promesa se había hecho a condición de que los miembros de la tal casa se
dedicaran a la obra del santuario con corazón sincero y honraran a Dios en toda
forma, no sirviéndose a sí mismos ni siguiendo sus propias inclinaciones
perversas. Elí y sus hijos habían sido
probados, y el Señor los había hallado enteramente indignos del elevado cargo
de sacerdotes en su servicio. Así que
Dios declaró: "NUNCA YO TAL HAGA." No podía hacer en su favor el bien
que quería hacerles, porque ellos no habían hecho su parte.
EL EJEMPLO que deben
dar los que sirven en las cosas santas debe ser de tal carácter que induzca al
pueblo a reverenciar a Dios y a temer ofenderle.
Cuando los hombres que actúan como
"en nombre del Cristo"(2 Cor. 5: 20), para proclamar al pueblo el
mensaje divino de misericordia y reconciliación, usan su sagrada vocación como
un disfraz para satisfacer sus deseos egoístas o sensuales, se convierten en
los agentes más eficaces de Satanás.
COMO OFNI Y
FINEES, inducen
al pueblo a aborrecer el sacrificio a Jehová.
Puede ser que se entreguen secretamente a su mala conducta por algún
tiempo; pero cuando finalmente se revela su verdadero carácter, la fe del
pueblo recibe un golpe que a menudo resulta en la destrucción de toda fe en la
religión.
Queda en su mente desconfianza hacia
todos los que profesan enseñar la palabra de Dios. Reciben con dudas el mensaje del siervo
verdadero de Cristo. Se preguntan
constantemente: "¿No será este hombre como aquel que creíamos tan santo y
que resultó tan corrupto?" Así pierde la palabra de Dios todo su poder
sobre las almas de los hombres.
EN LA REPRENSIÓN QUE DIRIGIÓ ELÍ A
SUS HIJOS, hay palabras de significado solemne y terrible, palabras que deben pesar
todos los que sirven en las cosas sagradas:
"Si pecare el hombre contra el
hombre, los jueces le juzgarán; más si alguno pecare contra Jehová, ¿quién
rogará por él?"
Si
los delitos de ellos hubieran perjudicado tan sólo a sus semejantes, el juez
podría haber hecho una reconciliación señalando una pena y requiriendo 628 la
restitución correspondiente; y los culpables podrían haber sido perdonados. O
si su pecado no hubiese sido de presunción, podría haberse ofrecido en su favor
un sacrificio expiatorio.
PERO SUS PECADOS
ESTABAN TAN ENTRETEJIDOS CON SU MINISTERIO COMO SACERDOTES DEL ALTÍSIMO en el ofrecimiento de
sacrificios por los pecados, y la obra de Dios había sido tan profanada y
deshonrada ante el pueblo, que no había expiación aceptable en su favor. Su propio padre, a pesar de que era sumo
sacerdote, no se atrevía a interceder por ellos; ni podía escudarlos de la ira
de un Dios santo.
DE TODOS LOS PECADORES, son más culpables los
que arrojan menosprecio sobre los medios que el Cielo proveyó para la redención
del hombre, los que crucifican "de nuevo para si mismos al hijo de
Dios," y le exponen "a vituperio." (Heb. 6: 6.)
*AÑO
TRAS AÑO el Señor había
postergado los castigos con que le amenazaba. Mucho pudo haberse hecho en
aquellos años para redimir los fracasos del pasado; pero el anciano sacerdote
no tomó medidas eficaces para corregir los males que estaban contaminando el
santuario de Jehová y llevando a la ruina a millares de Israel. Por el hecho de
que Dios tuviera paciencia, Ofni y Finees endurecieron su corazón y se
envalentonaron en la transgresión. Elí hizo conocer a toda la nación los
mensajes de reproche que habían sido dirigidos a su casa. Así esperaba
contrarrestar, hasta cierto punto, la influencia maléfica de su negligencia
anterior.
PERO
LAS ADVERTENCIAS fueron
menospreciadas por el pueblo, como lo habían sido por los sacerdotes.
(Patriarcas
y Profetas págs. 624-628, 630, 631).
“DIOS CONDENA LA
NEGLIGENCIA que se solaza en
el pecado y el crimen, y la insensibilidad que es lenta para detectar su
funesta presencia en las familias de cristianos profesos.
El hace responsables a los padres en alto
grado por las faltas y necedades de sus hijos. Dios visitó con su maldición no
sólo a los hijos de Elí, sino a Elí mismo, y este terrible ejemplo debiera ser
una advertencia para los padres de nuestros días”.
(4 Testimonies pág. 200).
· ¡Como estas viviendo hoy!
RECUERDA. El juicio a la casa de Eli. Fue a un líder religioso. Que tuvo
grandes privilegios. Pero lo usó mal. Que puso como dios a sus hijos, por la
buena política de la paz. Olvidando que Dios, debe estar primero. Y como tal
dio una falsa impresión al pueblo de la gloria de Dios.
Ministerio Hno. Pio