viernes, 2 de junio de 2017

14. LA FRAGILIDAD DE LA VIDA


Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. (Eclesiastés 9:5 R60). 

Cuando se es joven, se tiene muchos sueños, sueños que según nuestra visión juvenil, es posible alcanzarlos. Porque nuestro idealismo nos dice que si podemos desafiar cualquier reto. Pero cuantos sueños se han truncado, por la muerte. 
Se cuenta la muerte de 4 jóvenes, que mientras hacían prácticas como parte de su ejercicio militar en la playa se ahogaron. 
Tenían ente 18 – 21 años de edad.

 La muerte está presente en cada etapa de la vida humana, no hay garantía para nadie. Como alguien decía: “Quieren que les diga una estadística: de cada cien personas, los cien mueren” 

En los años 20, decían: ¿Cuál era el lugar más seguro para vivir? decían que era la parte del oriente entre china y Japón… y sucedió la segunda guerra mundial, donde la muerte se hizo presente.

 Bueno ya vimos los argumentos 
sobre la fragilidad de la vida. 
¿Eso será todo? 

¿La Biblia tendrá alguna palabra de esperanza y seguridad? 
¡Claro que la biblia tiene muchas palabras de esperanza! 
Veamos algunos pasajes. 

Bendiciones a la obediencia. Deut. 28:1-14. 
Consecuencias de la desobediencia. Deut. 28:15-68. 

Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza. Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte. Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día. No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. (Salmos 71:5-9 R60).

 Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad. (Prov. 11:14 R60). 
Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él. (Efes. 3:11-12 R60).

 … Padre Eterno, Príncipe de Paz. (Isa 9:6 R60).
En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. 
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Isa. 26:1-3 R60).

 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia. 
(Isa. 48:18-19 R60). 

Si quieres vivir y tener una buena vejez, y tus hijos, de sus hijos continúen la línea de tu descendencia. 
Pon a Dios como el centro de tu vida… hónralo en todo momento con tu vida y tus bienes. 
Cada día búscalo al despertar, 
pide su dirección, 
no hagas nada sin consultarle,
 y todo te saldrá bien… 
y conforme a su voluntad. 
Nuestra vida solo tiene sentido vivirla,
 si es guiada día a día por el Espíritu de Dios. Hno. Pio

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