martes, 9 de julio de 2019

118. TAMPOCO OYERON.


16 Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban;17 pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.19 Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino. Jueces 2.

16. JUECES. 
Por su experiencia, su nombre es sinónimo de "libertador".  Eran paladines o dirigentes a quienes el Señor llamó para hacer frente a situaciones especiales (ver Introducción, pág. 301).  Después de un período de castigo, Dios daba un descanso a los israelitas concediendo a un hombre escogido autoridad y don de mando para que pudiera expulsar a los opresores.  Las vicisitudes posteriores iban a revelar si la gente había aprendido o no las lecciones que las consecuencias de su apostasía religiosa debería haberle enseñado.

17. TAMPOCO OYERON.
Las derrotas que sufrieron ante sus enemigos y la consiguiente opresión no sirvieron para enseñar al pueblo hebreo que debía obedecer.  En sus esfuerzos por salvarlo, Dios permitía que a veces lo fustigara el desastre; pero cuando lo aliviaba por medio de la obra de los jueces, encontraba a la gente tan impenitente como siempre.

FUERON TRAS.
El hebreo usa un verbo que indica tener relaciones sexuales ilícitas.  La RVA dice: "fornicaron".  Es ésta una metáfora frecuente en la Biblia para indicar apostasía religiosa.  Puesto que la adoración de las deidades paganas en el Cercano Oriente iba a menudo acompañada de inmoralidad sexual en los templos y bosques, este término no sólo sería una metáfora, sino un cuadro tristemente literal.

18. JEHOVA ERA MOVIDO A MISERICORDIA.
"Yahvéh se conmovía de los gemidos que proferían ante los que maltrataban y oprimían" (BJ).  Dios permitía que fuesen castigados para su propio bien.  Cuando ese castigo producía los efectos deseados. la misericordia de 320 Dios hacía surgir a alguien que pudiera libertar a los oprimidos.  Dios deseaba que el sufrimiento produjese un cambio en la conducta.  Cuando se lograba ese propósito, se eliminaba o mitigaba la opresión.  Esto estaba totalmente de acuerdo con su propósito original.

19. ELLOS VOLVÍAN ATRÁS. 
Volvían a la apostasía anterior.  Abandonaban el culto a Jehová y reincidían en la adoración de las deidades paganas y las prácticas degradantes de la idolatría.  Dentro del marco de estos hechos, el autor de Jueces presenta su tesis: Dios permitió que como resultado del pecado surgieran dificultades para que su pueblo comprendiera la maldad de sus caminos.  Cuando esas tribulaciones producían una forma de tristeza y arrepentimiento, el Señor suscitaba a un libertador.  Durante ese respiro, Dios daba la oportunidad para que su pueblo demostrara si era genuino su arrepentimiento; pero, desagradecido, después de la muerte del juez volvía pronto a su conducta anterior.  Cuando se lo considera desde este punto de vista, el libro de Jueces es más que una narración histórica: es una filosofía de la historia.  

Al autor no sólo le interesa relatar lo que ocurrió una vez que los israelitas se hubieron establecido en Canaán: es más predicador que historiador, y desea que el lector comprenda por qué ocurrieron esas cosas.  Informa que después de la entrada en Canaán hubo una época de inestabilidad, por lo general desastrosa para los hebreos.  Por un tiempo eran libres, luego nuevamente quedaban en la servidumbre o sufrían alguna invasión. ¿Por qué ocurrió esto?  Porque el pueblo se había apartado de Dios, y en sus esfuerzos por hacerlo volver a él, Dios permitía que ocurriera el desastre.  En otras palabras, el autor nos dice que la mano de Dios dirigía la historia para lograr el cumplimiento del fin deseado.  El autor de Jueces fue uno de los primeros verdaderos historiadores, pues procuró registrar para las generaciones futuras el significado de los acontecimientos.

MAS QUE SUS PADRES.
Una de las características notables del pecado es la facilidad con que crece y aumenta.  No necesita más que un pequeño comienzo, y pronto aniquila la capacidad de resistirlo y satura toda la vida.

Y NO SE APARTABAN DE SUS OBRAS. 
Literalmente, "no dejaban caer [nada] de sus obras".  No estaban dispuestos a abandonar ninguna de sus impías prácticas.  No habían experimentado una verdadera transformación interior.  Si en verdad hubiesen recibido un nuevo espíritu, éste les habría obligado a renunciar a las malas prácticas, así como la savia que sube por el tronco del árbol hace que caigan las hojas muertas. 2 CBA

JOSUÉ. Entre otras exhortaciones. En sus últimas palabras, da una severa reprensión a Israel. Josué 24.
 Los dioses de los amorreos no habían podido proteger a sus adoradores. A causa de sus pecados abominables y degradantes, aquella nación impía había sido destruída, y la buena tierra que una vez poseyera había sido dada al pueblo de Dios. 

¡Qué Insensatez Sería La De Israel Si Escogiera Las Divinidades Por Cuyo Culto Habían Sido Destruidos Los Amorreos! PP 562. 

PERO ESO FUE LO QUE ESCOGIERON. 
!LA INSENSATEZ!

*Creo Que Solo Hay Una Razón por lo cual, se olvidaron todas las advertencias del Señor y sus líderes. 

Dejaron de aprender día a día de la voluntad de Dios, por medio del culto familiar y personal. Y como tal dejaron un vacío, ese vacío fue llenado por las costumbres de las naciones. 

De esas costumbres derivan dos hábitos principales: 
La sensualidad y la idolatraría que tienen como plataforma 
la oscuridad. 

Nadie está seguro. Si cada día no aprende, guarda y practica la palabra de Dios. y así siempre el oído estará atento a la voluntad de Dios. Y las bendiciones le acompañarán. “Bienaventurado el que lee, y los que oyen…” Apoc. 1:3. Ministerio Hno. Pio 

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