miércoles, 26 de junio de 2019

112. ¡YO Y MI CASA SERVIREMOS A JEHOVÁ!


*JOSUÉ, en el capítulo 24:2-13, hace una Breve historia a los Israelitas en Siquem. Y narra los beneficios recibidos de Dios, desde Taré que vivió en Mesopotamia.
Y de esa tierra de idolatría, sacó a Abraham, para que sirvieran al Dios verdadero. Y como los condujo hasta Canaán, luego a Egipto, y de la liberación y el paso milagroso por el mar hacia el desierto. Y de su llegada accidentada, a la tierra prometida, en su primera parte antes de cruzar el Jordán. Y como también las maldiciones de sus enemigos fueron “trocados en bendición” 
Además, sigue reseñando Josué, de Como destruyó a enemigos poderosos; que humanamente eran imposibles derrotarlos. Y luego el cruce del Jordán, también milagrosa. Y poseyeron finalmente la tierra, que los tocó por sorteo. 

ANTE ESTA BREVE HISTORIA, en la que la fidelidad no fue completa y muy accidentada, a través de la historia de éste pueblo. 
JOSUÉ como última clase, como una enseñanza final se presenta como ejemplo para los que quieran servir al Señor. Y les dice que tienen libertad y opciones para elegir entre los dioses paganos y el Dios verdadero. CUANDO DICE: “… PERO YO Y MI CASA SERVIREMOS A JEHOVÁ”. Josué 24:15.

ESCOGEOS.
La orden de servir al Señor no elimina la posibilidad de escoger.  Cualquier servicio que no sea voluntario es inútil.  Dios pone ante los hombres la vida y la muerte y los insta a escoger la vida, pero no interfiere cuando eligen lo contrario, ni tampoco los protege de sus resultados naturales.

MI CASA.
Los que son dirigentes de la causa de Dios deben cuidarse de un modo especial para que los que están bajo su cuidado, sobre todo los de su propia casa (1 Tim. 3: 4, 5), sigan el camino de la justicia. Josué resolvió que tanto él como su casa servirían al Señor a pesar de lo que otros pudieran hacer.  Algunas veces la elección de servir a Dios se convierte en un acto raro; pero, "no seguirás a los muchos para hacer mal" (Exo. 23: 2).  Los que van camino al cielo deben estar dispuestos, a pesar de toda oposición, a hacer lo que hacen los mejores, y no lo que hace la mayoría. Josué había sido notablemente fiel a Dios durante toda su vida, y estaba resuelto a mantenerse así hasta el fin.  En su último discurso instó al pueblo para que siguiera su ejemplo de consagración, y la dignidad y la sencillez de su vida aumentaron grandemente el peso de sus palabras. 2 CBA

*ISRAEL, ante el llamado directo de su anciano líder. Aceptan y juramentan, RENOVANDO SU PACTO con Dios. Josué 24:16-28.
*Como reflexión, sabemos que la historia fue de olvido progresivo y general del pacto que renovaron con Dios.
¿Por qué olvidaron? O, mejor dicho: ¿porque olvidamos, nuestras promesas dadas a Dios?

EN EL VERSÍCULO 19. JOSUÉ LES DICE QUE NO PODRÍAN OBEDECER Y SERVIR AL SEÑOR. 
*Pareciera haber alguna dificultad gramatical en relacionar el "si" condicional del vers. 20 con esta declaración, y sin embargo el sentido es apropiado y quizá intencional.  Significaría entonces: "Ciertamente no podemos servir a Jehová si lo dejamos y servimos a otros dioses.  Es un Dios celoso y no puede compartir con otros dioses su posición o autoridad".

Por otra parte, es probable que la afirmación del vers. 19 debía tener fuerza propia.  La declaración: "No podréis servir a Jehová" puede referirse a la incapacidad moral del hombre de obedecer por sí mismo los mandatos divinos. Josué no estaba diciendo meramente que no podían servir a Jehová junto con otros dioses, sino que estaba afirmando también que no podían servir en absoluto a Jehová con sus propias fuerzas. Josué, al reconocer esto siglos antes del apóstol Pablo, señaló el gran principio de la justificación por la fe.  Tanto el hombre como Dios tienen una parte que desempeñar para lograr esta justificación.  Dios no puede hacer nada por nosotros sin nuestro consentimiento y cooperación.  Asimismo, no podemos hacer nada sin la ayuda de Dios.  La fe y las obras son como los dos remos de un bote, los cuales deben usarse a la par.  La parte del hombre consiste en escoger el camino correcto y luego dedicarse a recorrerle, reconociendo plenamente su total dependencia de Dios.  La parte de Dios es suplir el poder que capacita.  Está dispuesto en todo momento a cumplir su parte del contrato.  

Pero la pregunta es: ¿Cumpliremos nosotros con la nuestra? ¿Escogeremos desechar lo malo y adoptar lo bueno? ¿Nos dedicaremos activamente a hacer que los propósitos de nuestra elección sean una realidad? 2CBA

FINALMENTE. De buenas intenciones está lleno éste mundo. Eso no quiere decir que no sea importante; claro que es importante tener buenas intenciones, porque es la base y debemos avanzar en la afianzación de nuestra promesa y resolución a Dios. 
No podemos servir eficazmente al señor, si tenemos un corazón dividido. 
Un corazón que ama el mundo y a Dios; ambos se excluyen. El fracaso de Israel fue amar al mundo y ser moldeados por él; antes que por su Dios. 

¿Quieres ser exitoso en tu vida espiritual? 
Entrégale el 100% de tu vida a Dios. 
Y todo estará bien. Ministerio Hno. Pio

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